Proyecto Patrimonio - 2005 | index | Luis Fernando
Chueca | Autores |
Sobre el Libro hindú de Johnny Barbieri (1)
Por Luis Fernando Chueca*
En cada uno de sus libros anteriores, Johnny Barbieri organizaba
el conjunto sobre un eje que visiblemente le daba unidad: una trama
definida, un universo simbólico preciso, una estructura intensamente
experimental, son algunos de los casos. En el Libro hindú
(Lima: Noble Katerba ediciones, 2005) esto ocurre nuevamente, como
también se mantienen otros rasgos que, aunque abordados desde
perspectiva distinta, se retoman aquí; por ejemplo, la profusión
de imágenes, que en algún momento permitieron reconocer
en este poeta cierto ánimo surrealizante, y un intenso y, en
este libro, delicado erotismo.
Todo esto nos permite acceder a la imagen de un poeta preocupado por
la construcción de una voz propia, que permita identificarlo,
al tiempo que de un espíritu incansable de búsqueda
que, como debe ser, lo previene, desde que apareció Branda
y la mesón de los pandos, en 1993, contra la fácil
repetición.
Entre aquello que más notoriamente distingue al Libro hindú
de los precedentes está, precisamente, lo que el título
anuncia: una imaginería vinculada con el mundo de la espiritualidad
y las divinidades del hinduismo y del tantrismo, sobre todo. Referentes
que, si bien han estado presentes en determinados momentos y exploraciones
artísticas del mundo Occidental -pensemos en Octavio Paz o
en algunos de los beatniks, por ejemplo, para mencionar casos conocidos
entre nosotros e importantes también en el aprendizaje de Barbieri-,
... referentes, digo, que si bien han estado algo presentes, no han
llegado a convertirse en parte importante del bagaje literario o poético
peruano.
¿Qué hay detrás de esta opción?, podríamos
preguntar. Alguien suspicazmente pensaría en una vocación
de exotismo, artificial e innecesaria. Creo que el recorrido de la
poesía de Barbieri y el cabal logro de sus versos permiten
negar esa posibilidad: no es una pose o un gesto sin hondura lo que
está a la base de sus poemas. También podría
pensarse en una suerte de reclamo por que la imaginería hinduista
participe con mayor libertad, como de algún modo lo hacen la
china o japonesa, en el universo de nuestras referencias poéticas.
O quizás haya quien se anime a hablar de una profesión
de fe por parte del autor, aspecto que ignoro por completo. Frente
a ello, me interesa regresar a la fundamental vocación de exploración
de Johnny Barbieri. Sin duda, su poesía no podría entenderse
sin esa postura que tuvo quizás su desarrollo formal más
radical en El libro azul, de 1996. El Libro hindú
no pretende regresar a esos extremos, sino que, con un ritmo contenido
y terso, sereno sobre todo, y un fluido de imágenes de alta
sugerencia, indaga en aspectos que las tradiciones filosófico-religiosas
aludidas articulan: la vocación de trascendencia del ser humano,
su contacto con lo sagrado, la armonía, la posibilidad de iluminación
y el erotismo como vía de transformación y aprendizaje.
(Estoy seguro de que José Pancorvo, con su gran conocimiento
de las tradiciones y las simbologías religiosas, podrá
abordar estos aspectos del libro sin reducirlos a los lugares comunes
que yo menciono). Esto sin duda nos devuelve a la poesía como
vía de conocimiento y de descubrimiento, pero también
como movimiento interior de liberación o de aspiración
a la libertad: como modo de articular un deseo frente a una realidad
cotidiana que hace todo lo posible por que olvidemos esos aspectos
fundamentales del ser.
A propósito de esto, quiero terminar mencionando un poema en
que, a contracorriente de lo que ocurre en casi todo el libro, explícitamente
se nombra al Perú. "Cielo para doce niños"
termina diciendo "en Perú hay un rancio anochecer sobre
los cerros polvorientos / que se extienden por todo los lugares a
donde hemos llegado / con esas formas tibetanas impregnadas en nuestra
piel. / Muere Kala cada amanecer. / Solo hay un cielo esperándonos
y hay que subir con un soga / como se sube en Rajastán / y
hay que soltar a todos los niños, desatarlos de sus amarras
/ para que corran al horizonte / L I B R E S". Me parece que
ahí está una de las claves de lectura del Libro hindú:
se hacen necesarias, parece proponer el poema, y el libro todo, vías
que devuelvan al hombre al camino de su radical deseo de libertad
y plenitud. A la posibilidad de vivir la armonía y la comunión
con los otros y con el todo. Repito que no sé si algo de la
vía hinduista es parte de la experiencia de Johnny Barbieri;
pero, sin duda, haber elegido tal simbología, le permite articular
con profundidad ese reclamo por recuperar la dignidad de la vida en
contextos de aparente oscuridad. Detrás de esa oscuridad reside
la belleza y la pureza fundamental del alma humana, y el Libro
hindú nos ayuda a redescubrirla.
Texto leído en la presentación
del poemario Libro hindú de Johnny Barbieri, presentado
por, además del autor de la reseña, Gonzalo Espino y
José Pancorvo el pasado 28 de octubre en el Instituto Raúl
Porras Barrenechea de Miraflores, en Lima.
* Luis Fernando Chueca (Lima, 1965). Poeta y ensayista. Es
catedrático e investigador de las universidades Católica
y de Lima. Es autor de los poemarios Rincones. Anatomía
del tormento (Colmillo Blanco, 1991), Animales de la casa
(Asaltoalcielo, 1996), Ritos funerarios (Colmillo Blanco, 1998)
y Contemplación de los cuerpos (Estruendomudo, 2005).
Es editor de odumodneurtse! Periódico de poesía.