Leo Lobos (Santiago, 1966) es poeta, traductor y artista visual. Autor de varios trabajos como: Cartas de más abajo (1992), +Poesía (1995), Perdidos en La Habana y otros poemas (1996), Ángeles eléctricos (1997), Nueva York en un poeta (2001), Poesía Reunida 1986-2003 (2003), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Nieve e otros poemas (2013), Corazón (2108). Entre los premios que ganó como poeta, destacamos el UNESCO-Aschberg de Literatura (2002). Tiene poemas traducidos a varios idiomas, como árabe, búlgaro, chino, francés, holandés, inglés, italiano, japonés y portugués.
Como traductor desde el portugués, ha producido versiones en español de autores como Roberto Piva, Claudio Willer, Helena Ortiz, Hilda Hilst y Claudio Aguiar, entre otros. Participa en numerosas exposiciones como artista visual y tiene obras en colecciones privadas y públicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia. En 2003, recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación de Chile. Además, se destaca como productor de las últimas versiones del Encuentro Internacional de poetas CHILEPOESIA, un importante festival de poesía Hispanoamericana. Actualmente es gestor cultural y director de proyectos de la Fundación Profesor José Recabaren en San Bernardo, Santiago, Chile.
—Hola, Leo Lobos. En primer lugar, nos gustaría que nos hables un poco sobre ti. Cuéntanos un poco acerca de tus orígenes en el arte, ¿cómo te autodefines y cuáles son tus influencias e inspiraciones? —Soy esencialmente un poeta, que se permite desarrollar una obra en distintos ámbitos creativos, la escritura, el dibujo, la pintura, la fotografía, el audiovisual, la gestión cultural y la traducción. He sido influenciado por los grandes poetas chilenos Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Raúl Zurita y otros artistas universales, también de diversos ámbitos artísticos desde Los Beatles o João Gilberto, desde el artista alemán Joseph Beuys o el chileno Roberto Matta, Hilda Hilst o Allen Ginsberg, Bertold Brecht o Egon Wolff por mencionar sólo algunos. Mi primer libro fue publicado el año 1992 en los talleres de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y desde ahí no he parado de publicar y realizar exposiciones, trabajando también en la producción con otros creadores en áreas como la música, el teatro, el cine, las artes visuales, el diseño, la edición de libros y la televisión.
—En la literatura brasileña, tenemos el caso de la obra Aniki Bóbó (1958), de Cabral de Melo Neto y asociación con el diseñador e ilustrador Aloisio Magalhães, donde la relación entre texto e imagen ocurre de forma opuesta a lo que suele suceder, porque las ilustraciones generalmente vienen después del texto. En este sentido, la poesía y las composiciones visuales, aunque presentan singularidades, pueden revelarse con gran afinidad. Como poeta y artista visual, en su proceso de creación, ¿se produce este intercambio? —En mi caso ambas expresiones corren por caminos paralelos y evidentemente la poesía influye en todos los ámbitos de mi creación y el arte también generando cruces. Mi arte es llamado de "poesía visual" y la poesía paradójicamente no es algo que se ve, pero sí creo que es una luz que nos permite ver, la vida y al mismo tiempo es un misterio esencial que nos toca. Quiero hacer de las palabras arte y no dolor, un arte que se liberé de ser una verdad absoluta o inmutable, el arte no existe para que se le apruebe, no defiendo mi obra, pero si defiendo mi derecho a llevarla a cabo de la manera más fiel e impecable que me sea posible.
—¿Y la actividad de traductor, específicamente, influye en tu universo de creación poética de alguna manera y viceversa? —Sin dudar un segundo, como toda buena lectura, la traducción es una manera profunda de entender y comprender lo ajeno, lo distinto, la experiencia de lo extranjero. Y eso es una gran influencia, inspiración y motivación para enriquecer el propio camino, ayuda a desatar amarras, explorar, soñar y descubrir. Lo importante es saber dónde estás y a dónde quieres llegar, y ese andar debes lidiar con la bondad y con la crueldad de nuestro tiempo y con nuestras diferencias, culturas e ideas.
—La traducción de poesía presenta especificidades que son diferentes de la traducción de otros géneros textuales, considerada por muchos como difícil y en algunos casos incluso imposible. Desde tu práctica de traducción, ¿crees que la habilidad como poeta contribuye a la tarea de traducción? ¿Qué opina sobre la traducción de poesía? ¿Y cuáles son tus estrategias para traducir poesía? —La diversidad de las lenguas, lejos de ser un castigo como supone el mito de Babel, está presente para que podamos vivir la prueba o la experiencia de lo extranjero. Es necesario recuperar la felicidad del traductor como desafío presente que entraña toda traducción. Teoría y práctica se complementan de ahí que toda reflexión sobre ella sea inseparable de la experiencia de traducir. Realizo las traducciones siempre de originales y desde ahí me apartó creativamente, recreando, como sugerían los poetas-traductores Ezra Pound y Haroldo de Campos, buscando sentido por sentido y no letra por letra, significación y sonido, pues en eso difieren las lenguas. Comprender es traducir.
—Tradujiste poetas como Claudio Willer, Herbert Emanuel, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz entre otros. Nos gustaría que comentaras un poco sobre su relación con Brasil. ¿Qué significa traducir poetas brasileños para ti y cómo se interesó por la literatura brasileña? Al traducir autores contemporáneos, te pones en contacto con ellos, ¿cómo se produce esta relación? —En efecto desde el año 2001 he estado estudiando y conociendo la obra literaria de muchos artistas brasileños, poetas, diseñadores, músicos, intelectuales, arquitectos y he realizado más de 50 viajes a ese país-continente. Aquellos caminantes que frecuentamos Brasil nos descubrimos sorprendidos y maravillados ante el tamaño de los dominios de la lengua activa del portugués brasileño. Gracias a la poeta y estudiosa brasileña Cristiane Grando que conozco en Marnay-sur-Seine, Francia en el centro de arte CAMAC donde ambos estábamos becados, ella me presentó la obra de la poeta Hilda Hilst y su propia obra. Desde ese punto he traducido al castellano a insignes brasileños, como: Lêdo Ivo, Roberto Piva, Alice Ruiz, Tanussi Cardoso, Paulo Leminski, Jiddu Saldanha, Carlos Gurgel, Herbert Valente de Oliveira, José Castello, Sandra Santos, Ferreira Gullar, Artur Gomes, Claudio Willer, Adriana Zapparoli, Virna Teixeira, Ligia Dabul, Simone Homem de Mello, Eduardo Jorge, Jorge Lucio de Campos, Flanklin Alves, Esio Macedo Ribeiro, Ruy de Vasconcelos, Vinicius de Moraes, Edival Perrini, Tarso de Melo, Cazuza, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Fred Maia y Ademir Assunção entre otros muchos. He traducido a más de 100 poetas de todo Brasil y sigo traduciendo, cada semana recibo en Santiago de Chile, libros venidos desde ese hermoso país. Este ejercicio ha sido potenciado por una voluntad y espíritu de tratar comprender lo distinto, la necesidad de acercarse a la alteridad sin anularla, es una actividad que me parece fascinante.
—En una entrevista con Sandra Maldonado Henríquez, dijiste que el arte es “Una fuerza interior atacante que se exterioriza capaz de cambiar la vida. Una forma de dar intensidad a la vida, una forma de visualizar lo inexpresable”. En este momento que estamos viviendo en medio de una pandemia, de aislamiento físico, ¿Cómo ubicarías el papel del arte en medio de todo esto? Además, quién sigue tu trabajo, se da cuenta de que mantienes una producción constante y eres muy activo culturalmente. ¿Cómo estás tratando con esta situación? —El célebre y probablemente más importante escritor ruso Fiódor Dostoievski decía "el arte salvará al mundo", y el poeta portugués Fernando Pessoa escribe "el arte tiene valor por que nos tira de aquí". Creo que ciertamente en un mundo trágico el arte tiene una función liberadora. En este contexto de tanto dolor hemos organizado en mayo del 2020, junto a Miguel Iriarte, director de la Biblioteca Piloto del Caribe y su equipo en la ciudad de Barranquilla, Colombia la primera exposición de arte virtual en América Latina, que contiene 15 obras de mi autoría montadas en un innovador formato 3D para ser recorrida de manera remota, con éxito de asistencia para una exposición de arte, más de 400 visitas. Esta muestra titulada "Flores y luces de la pandemia" ha sido un presente de luz y color para compartir con los amigos latinoamericanos. El poeta no puede permanecer de brazos cruzados ante la desgracia y el dolor, debe transformar ese dolor en fruto de alegría, es su deber y obligación.
—Para terminar esta entrevista, gustaría que nos brindaras un poema tuyo.
Una secreta forma
“las palabras como el río en la arena
se entierran en la arena”
Roberto Matta
El automóvil esta poseído por la fuerza
de los animales que le habitan
como un carruaje tirado por caballos
sobre piedras húmedas de un pasado verano
Río de Janeiro aparece de repente como
la secreta forma que el Atlántico
deja entrever desde sus colinas de azúcar:
ballenas a la distancia algo
comunican a nuestra humanidad sorda
y cegadas por el sol preparan su próximo vuelo
caen ellas entonces una vez más como
lo han hecho desde hace siglos
caen ellas en las profundidades entonces
caen ellas y crecen en su líquido amniótico.
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Elys Regina Zils es traductora español-portugués, artista visual, profesora. Posee maestría en Estudios de la Traducción por la PGET/Universidad Federal de Santa Catarina, graduación en Letras-Lengua Española y Literaturas y actualmente cursa Letras-Portugués también por la Universidad Federal de Santa Catarina – Florianópolis/Brasil. E-mail: elysre@gmail.com
Disponible en: <http://www.poesias.cl/reportaje_leo_lobos.htm>.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Entrevista con Leo Lobos
Por Elys Regina Zils