Entrevista a Luis Marín, autor de Ciudad Sur
Por Javier
Aguirre
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- Ciudad Sur es una visión reconcentrada, abigarrada, de tintas cargadas. ¿Por qué carga sus tintas Luis Marín?
- Lo de abigarrado en el sentido de heterogéneo, lo concedo, pero no en en sentido de confuso, pues todo en “Ciudad Sur” (prólogo, epígrafes bíblicos, relatos y notas al pie) terminó siendo parte de un programa, digamos, y está fríamente calculado, como dice un superhéroe mexicano. Ahora, sobre las tintas cargadas, eso responde a la línea editorial del libro, que está dada por uno de los epígrafes del comienzo, que apela a la superioridad estética del relato reconcentrado, cuyas frases, deudoras del lenguaje poético en mi caso, tienen una fuerza simbólica y una capacidad de síntesis o tonelaje semántico –lo digo con humildad– que hace innecesarias las excesivas descripciones. En mi libro de relatos imbricados hay a lo menos cuatro o cinco novelas entrecruzadas.
- La objetividad es impensable en lo humano. El fotógrafo elige lo que retrata. ¿Cuánto hay de ti en el retrato de la ciudad que habitas?
- Hay un ajuste de cuentas, claro está. Pero esa visión un tanto descarnada permite que mi obturador se detenga en situaciones, acaecidas en los 90 y en la primera parte de la década siguiente, que muchos soslayan, por intereses creados o por el pathos de la desmemoria.
- En tu escritura se adivina una tensión entre el periodista y el fabulador, y los lindes entre ambos se desdibujan. ¿A qué responde ese juego o esa indecisión entre el reportaje y la ficción?
- Es parte de las leyes de la novela realista: ser verosímil, aunque no necesariamente exacto (¿quién lo es?, ¿qué lo es?, ¿por qué tendría que serlo un mero literato?). En mi libro no le salen alas verdes a los personajes.
- Leonardo Sanhueza habló de “carnaval de esperpentos” para referirse a tu novela. Crees que la estética del esperpento (los espejos deformantes) está vigente y es pertinente y necesaria aún hoy?
- Sin duda que está vigente, como casi todas las estéticas cuando están bien trabajadas y pueden provocar un abanico de emociones, por ejemplo hilaridad.
- Muchos de los personajes de la novela son reconocibles, tienen un parecido con la realidad que no es casual. ¿Has buscado algún impacto con ello? ¿Hasta qué punto Ciudad Sur hace “farándula de la literatura”?
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La expresión “farándula”, que alude a la aristocracia bastarda de la televisión, no me parece pertinente acá. Si bien apelo a impresionar al lector de mi comunidad (la de “Ciudad Sur” y la de los escritores nacionales) mencionando sujetos reconocibles –estrategia interesante en el combate contra el neoanalfabetismo y el desinterés lector– mis personajes tienen una profundidad y una complejidad muy superiores a las de farandulandia. Además, no me agoto en tan solo ese recurso.
- Carlos Barra Acún es el personaje con más peso del libro. ¿Puedes contar algo del personaje real que lo inspiró? ¿Ficcionalizarlo, no le quita relevancia a lo que podría haber sido un reportaje impactante?
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El reportaje, incluso el de denuncia, ha perdido relevancia en Chile. Ni siquiera los libros de la periodista Monckeberg logran insertarse en la agenda pública. Por otro lado, creo que la literatura tiene sus propias leyes: tiene un valor en sí misma por ser un objeto de arte, pero también puede apelar a insertarse en lo que podríamos llamar “hechos reales”. Sobre el personaje principal de “Ciudad Sur”, puedo decir que es un hijo del libertinaje económico que no ha dicho su última palabra.
- En la parte final, “Violento Sur”, parece que la ficción se lleva la palma y las ligaduras con la realidad se sueltan. ¿No estás más cómodo en la pura fabulación, con sus leyes propias, independientes de las de lo real?
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Las leyes de lo que llamas fabulación (que yo llamaría ficción) no difieren, en la novela de corte realista, con lo que se llama realidad. En mis relatos no le salen alas a los personajes. Y algo importante: para diferenciar a los personajes de las personas en quienes se inspiraron, yo modifico los nombres de estos que, dicho sea de paso, nadie conoce en Francia.
- ¿Qué nuevos proyectos tienes?
- Hay un imaginario que ya está trazado. Espero reiterar algunos personajes, pero poner el foco en sucesos diferentes, que serán protagonizados por alguien que sale esbozado en “Ciudad Sur”, un sujeto de pasado extraordinario.
- ¿Cómo ves el panorama de la narrativa actual en la Araucanía?
- Por muchas razones, me parece irresponsable responder esa pregunta.