Lo más audaz en la obra de Lucy Oporto Valencia, es cómo ella presenta a Violeta como una pitonisa, Tiresias femenino, y que con “El gavilán” visualiza el futuro de nuestra historia. A través de un personaje dibujado con ambigua precisión, Violeta, según Lucy Oporto, describe no solo el drama de una mujer claramente individualizada, sino el de todo un pueblo. No está claro en el texto que nos presenta, el nombre de pila del gavilán. De pronto aparece como un ave rapaz, como el gran seductor, pero a la vez mentiroso.
Lucy Oporto quema todas sus naves, citando tanto a chilenos como estudiosos de renombre, para hacer un paralelo entre la seducción, el engaño y la muerte de la hembra, y los años posteriores de la desaparición de Violeta. Y aquí nos engañamos. Sobre los años de la dictadura ya es mucha la leche, sangre y tinta derramada. Libros y películas son suficiente alimento para satisfacer la curiosidad histórica presente y futura. Lo inédito en esta obra es que el daño del gavilán no ha terminado con la caída del muro de Pinochet. Shakespeare puede aportar algo al libro de Lucy, cuando dice “El mal que los hombres hacen continúa, continúa, después de ellos” (Julio César. Acto Tercero, escena segunda). La dictadura ha dejado el huevo de la serpiente y ese huevo, lejos de ser destruido por la Concertación, no hizo no ha hecho [sic] sino más que incubarlo. En ese sentido la autora camina sobre arenas movedizas o campo minado, usando palabras prohibidas como “espíritu fascista”, para referirse a los años post-dictadura.
Ignoro si la autora conoce el poema-discurso-monólogo de Gabriela Mistral llamado “Casandra”. No pongo en duda los conocimientos de Lucy Oporto sobre poesía en general. Sólo que se trata de un poema casi ignorado, escondido acaso de nuestra amada Gabriela. Allí muestra a Casandra, la del drama griego, conocedora del destino de los hombres. También de su propio destino. Ama al hombre que la tiene prisionera, Agamenón, y ese amor o pasión será la ruta hacia la muerte. El gavilán que nos muestra la autora de El Diablo en la música, es también la historia de una mujer enamorada del maldito que la tiene prisionera en su propia pasión. También ella, según Lucy Oporto, conoce el futuro, su futuro y el de todos nosotros. Es Casandra chilensis.
La obra de Lucy Oporto nos ilumina, hace saltar las escamas de los ojos no sólo sobre esa oveja disfrazada de lobo, esa enemiga de la zarzamora, sino también cómo fuimos a caer de la sartén a las brasas. Afirmaciones que pueden producir el efecto de la ortiga sobre la piel de la “democracia”.
Nota: El poema de Gabriela Mistral aparece en la obra de Roque Esteban Scarpa “Una mujer nada de tonta”.
[2009]
Texto inédito del periodista, crítico de cine y compositor chileno Orlando Walter Muñoz, fallecido en 2012, acerca de El Diablo en la música. La muerte del amor en El gavilán, de Violeta Parra, de Lucy Oporto Valencia. Ediciones Altazor, Viña del Mar, 2008 (1ª edición).
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com EL DIABLO EN LA MUSICA de Lucy Oporto Valencia
La muerte del amor en "El gavilán", de Violeta Parra
Por Orlando Walter Muñoz