Cuando has quemado todos los puentes, el único camino es hacia adelante. Martin, el papá de Finn el humano.
Soy profesor y cuándo trato de hacer clases sobre la poesía y sobre un poema hago esta pregunta. Es una pregunta que no tiene respuesta alguna, mucho menos dentro de una sala de clases.
El puente, poema que nos convoca, escrito por Luís Retamales y publicado por economías de guerra; interpela constantemente al lector a plantearse esta ecuación.
135.- Este poema debería ser un nuevo modelo de pensar el mundo, de diseñar la existencia, y de saber dónde queremos vivir en la desaparición de la ciudad.
Creo que no podemos hablar de la naturaleza del poema sin hablar de la experiencia del lector. Borges dice que escribir es recordar. Y es políticamente válido señalar que no podemos escribir de aquello que no recordamos. Y también es parcialmente válido señalar que no podemos recordar aquello que no hemos experimentado.
Es difícil hacer escuchar un poema. Sobre todo un poema que debería ser leído por todos. Recuerdo que hace muchos años vino Pearl Jam a Chile, y fue la primera vez que fui a un concierto. Ese día llovía en Santiago y yo estaba en una galería repleta de gente. Quería decirles a los músicos, oye Eddie, oye Jeff, su música me salvó la vida. Obviamente no me escucharon. Tampoco me escuchan mis estudiantes cuando trato de hablarles de un poema.
El puente, entonces nos plantea una ecuación que a primera vista parece solucionarse a si misma. La interpelación que cariñosamente hace a un posible receptor dentro del texto, llamándolo o llamándola de diferentes formas que implican cercanía:
Esta cercanía, real o artificial, nos interpela como lectores a plantearnos la pregunta: ¿qué es un poema? O peor aún ¿para qué sirve un poema?
Se nos presenta el texto como un objeto plástico, totalmente real, pero en su concreción es imposible de definir. Se nos presenta el poema “el puente” como un ejercicio de lectura, una guía sobre como desaparecer de la ciudad. Y en este ejercicio, la lectura y la escritura son los mecanismos de escape.
El puente, en tanto artefacto lúdico, utiliza un mecanismo de sinestesia, que más que una clave retórica de escritura, es una enfermedad. La sinestesia puede ocurrir por daños psíquicos o físicos; que alteran las posibilidades de percepción, ampliándolas y encerrándolas en una subjetividad sin salida. Cuando escuchan la palabra rojo, imaginan un grito en una calle; cuando tocan una pared helada sienten un disparo en la espalda. En el poema de Luís Retamales, cuando escribe la palabra PUENTE, leemos el sonido que hacen las ciudades cuando se desarman.
Es importante detenerse en la figura del personaje que nos entrega el poema. Pongamos que hablamos de Luís o de un hablante lírico o de un emisor. Este sujeto es un habitante más de San Antonio, un habitante de este sector litoral, y podríamos hablar incluso del trabajo de registro histórico que atraviesa en forma estructural la construcción de este libro. Este conocimiento experiencial de la ciudad, este conocimiento contextual e histórico del mundo lírico del Puente es una declaración de principios. No podemos odiar una ciudad sin haber sido también parte de ella. No podemos cambiar un país sin haber sufrido en ese país. No podemos volar un puente, como lo hacen los personajes de Hemingway, sin haber pagado las consecuencias de haberlo atravesado.
En los últimos años han ocurrido una serie de tragedias culturales y políticas, causadas en su mayoría por la necesidad de leer al patrimonio como un producto. O la necesidad de leer un poema como producto. O la necesidad de leer la Cultura como un producto. La apropiación cultural es una neoplastia hambrienta que no tiene cura en el corto plazo. El puente nos recuerda que no podemos leer la palabra POEMA sin entender el oficio de la escritura como un habitar poético y político. Teillier era tajante en esto. Para él el mundo de su poesía era “el mundo que realmente habito” y se perdió en él hasta las últimas consecuencias.
Por lo tanto, ¿qué es un poema?
En El Puente, el poema es una estructura que está en permanente definición y que tiene distintas propiedades físicas, y desde este punto, el autor nos ofrece algunas soluciones:
Porque el poema es una forma de existir
El poema cubrió todo el puente, menos una ventana para ver el origen del río.
Este poema es la memoria de otros
El poema es una tecnología que casi olvidamos
Un puñado de gorriones se posan sobre él
La ciudad nos desprecia
No se puede vivir en la ciudad, solo en el poema.
Por lo tanto no podemos responder esta pregunta en forma clara. No es necesario hacerlo. Debemos leer El Puente de la forma en que miramos una ruina, una fisura en la ciudad. Todas las ciudades están llenas de casas quemadas, de edificios abandonados, de puentes cortados o dinamitados, de trenes abandonados, de autos chocados. Por lo tanto todas las ciudades están llenas de poemas.
En conclusión. ¿Qué es un poema para usted?. Tarea para la casa.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com "El Puente" de Luis Retamales Rozas
(Economías de Guerra, 2022)
por yon