Proyecto Patrimonio - 2014 | index | Omar Cáceres | Leonardo Sanhueza | Autores |
Publican el libro "Luis Omar Cáceres: el ídolo creacionista"
Las nuevas pistas para esclarecer el gran enigma de la poesía chilena
Por Leonardo Sanhueza
Las Últimas Noticias, lunes 4 de agosto de 2014
.. .. .. .. .. .
Hace casi diez años se divulgó el hallazgo de numerosos papeles inéditos del poeta Luis Omar Cáceres. Eran trece carpetas –una de las cuales contenía el manuscrito de su único libro, Defensa del ídolo, publicado en 1934– que habían aparecido de la nada como valiosas pistas que, quizás, permitirían esclarecer los enigmas que dejaron la vida y la obra de aquel “poeta fantasmal” (como lo llamó Volodia Teitelboim), cuya extraña muerte en 1943 –su cadáver, con profusas heridas y contusiones, fue encontrado en un canal de Renca– cerró el acertijo con una autopsia llena de preguntas y elucubraciones propias de un caso policial sin resolver.
Justamente esos papeles, adquiridos después por la Biblioteca Nacional, fueron el punto de partida para que María José Cabezas 
Corcione emprendiera la investigación biográfica y literaria que culminó en el libro Luis Omar Cáceres: el ídolo creacionista, que acaba de publicar Ediciones Lastarria.
El volumen se articula en cuatro partes, la primera de las cuales aborda la vida y personalidad de Cáceres, aspecto que hasta ahora, por los escasos y dudosos datos disponibles, ha sido caldo de cultivo para todo tipo de mistificaciones y leyendas.
En efecto, el retrato suyo que dejaron sus contemporáneos –un ser casi espectral, impenetrable, incluso tenebroso– en el libro se dispara hacia muchas otras direcciones mostrando al poeta como un joven sindicalista, vinculado posiblemente con los anarquistas de mediados de los años veinte, a la vez que concentrado con fervor en la música, en la poesía y en una búsqueda filosófica obsesiva y omnívora, que lo hizo investigar desde la filosofía alemana hasta el pensamiento oriental, pasando por un maremágnum de ciencias ocultas, clarividencia, teosofía, runas, medicina psicosomática, psicoanálisis y hasta metaloterapia.
Esa variedad de inquietudes intelectuales en que se trenzaba arte y política en un solo afán revolucionario, aunque en Cáceres llegaba a su extremo, fue uno de los rasgos generacionales de los jóvenes poetas chilenos que, a mediados de los años treinta, hicieron cuajar el espíritu de las vanguardias impulsado en el país por Pablo de Rokha y Vicente Huidobro. Precisamente a ese contexto se dedica la autora del libro en su segunda parte, con énfasis en la importancia que pudiera tener el creacionismo huidobriano en Defensa del ídolo.
A partir de eso, la autora plantea en la tercera parte del libro una idea provocadora: que Luis Omar Cáceres sería un “continuador del creacionismo, aún no descubierto”, en el sentido de que la poética huidobriana implicaba una noción del “artista comprometido con la transformación del mundo”, a la vez que, como Huidobro, Cáceres “fundó una lírica profunda y cuestionadora, que mantiene una poderosa actitud de exploración y desintegración del yo poético”.
Finalmente, antes de un anexo con diversos artículos ya conocidos pero dispersos sobre Cáceres, el libro incluye una nueva edición de Defensa del ídolo, con el texto íntegro, realizada a partir del cotejo entre el manuscrito y sus tres ediciones, la primera de las cuales fue casi íntegramente quemada por su autor apenas salió de la imprenta.
Violinista vidente
Mientras las circunstancias de la muerte de Cáceres parecen condenadas al mito -¿crimen político, vulgar cogoteo, absurdo accidente?-, otro de sus misterios parecen haber sido aclarado al menos en parte: si era o no violinista. Efectivamente, lo era, y se dedicaba con pasión a la música, como lo prueban sus apuntes no sólo sobre el instrumento, sino también sobre músicos, teoría y composición. Lo que queda por resolver es si tocaba en una orquesta de ciegos, como sostenía Jorge Teillier.
