La novela Chicago Chico, de Armando Méndez Carrasco, cuando apareció en 1962, detonó dos bombas de reacciones. Por un lado, una tormenta de críticas la destrozó: la acusaban de vulgar, coprolálica, sórdida, inmoral, propia de delincuentes. Si en vez de libro hubiese sido persona, muchos habrían llamado a Carabineros para denunciar sus incontables fechorías. Por el otro lado, los lectores se la hacían de rechupete: agotada la primera edición en un dos por tres, luego vinieron la segunda y todas las demás. Chicago Chico se encaminaba a convertirse en un clásico de la literatura chilena del siglo veinte, metiéndose en ese canon desde los márgenes más despreciados.
De pronto, Chicago Chico desapareció del mapa editorial, pero no de la memoria. Cada nuevo lector que hallaba algún ejemplar en los mercados persas o en las librerías de viejo, como preparando un renacimiento clandestino, encendía otra vez la llama y propagaba su trascendencia subterránea. Entre conocedores, era objeto de colección y conversación, tanto así que hace unos 15 años, apenas fue reeditada por Beuvedráis, volvió a esfumarse enseguida de las librerías y a sumergirse otra vez, por así decirlo, en la clandestinidad.
Volumen de culto, hoy esa novela inolvidable de los bajos fondos ha vuelto a sus andanzas, gracias a una remozada reedición
a cargo del Fondo de Cultura Económica. La publicación fue dirigida por el editor Carvacho Alfaro, quien fijó el texto cotejando diversas ediciones impresas entre 1962 y 1967, todas supervisadas en su tiempo por el propio Méndez Carrasco, y aporta una breve introducción que contextualiza la obra en el contexto de la llamada literatura de los bajos fondos. Además, el libro es prologado por el escritor Simón Soto.
Chicago Chico no es una novela para gente muy delicada de cutis. Por el contrario, es un viaje crudo por las vidas de personas que en los años 30 o 40 se equilibran entre el placer y la supervivencia, el crimen y la bondad, la lealtad y la traición. El protagonista es el Chicoco Escudero, un joven que no termina de salir del liceo cuando se enfrenta duramente a su destino: su padre, un tahúr empedernido, es abatido a balazos por un tal Chucheta, en el barrio que por entonces era conocido como Chicago Chico, actual calle Merced. El muchacho debe hacerse cargo de su santa madre y sus hermanas chicas, pero múltiples fuerzas lo ponen en la ruta del hijo descarriado, una de ellas el jazz, esa música endemoniada que le da sentido a su vida y, a la vez, lo empuja a internarse en un laberinto de experiencias bohemias en que todo no puede ir sino de mal en peor.
Desde unos dudosos clubes de baile entre Avenida Matta y el Matadero, el protagonista llega al Salón Olimpia, en la calle Huérfanos, donde se codea con la Cáfila hampona, una manga de delincuentes y malentretenidos de la más diversa especie: desde narcotraficantes y cafiches hasta simples vividores y alcohólicos emperdernidos. La Cáfila —compuesta por sujetos como el Cachetón Pelota, el Muleta o el Gomina— es un clan de amigos, que también pueden ser enemigos peligrosos: no hay una moralidad fija a la que atenerse. El Chicoco, en ese ambiente, no tiene casi opción frente a su destino, a sus amores y desamores, al sexo desbocado, a los excesos, como tampoco frente a la derrota moral, los prejuicios sociales y la economía pura y dura del trabajo y el capital.
Jazz en las venas
Lo novela "Chicago Chico" tiene el jazz en su corazón, pese a que sólo el protagonista parece ser sensible a sus estímulos. Para los demás, es sólo música de baile, ambiental, de prostíbulo, de juerga. Chicoco, en cambio, nota la diferencia entre escuchar a los músicos del barrio Matadero y los del Salón Olimpia, a la sazón la orquesta de Fernando Lecaros. Aunque la novela camufla bajo ficción casi todos sus referentes históricos, incluido el presidente de la república, deja con nombre y apellido a músicos como el trompetista Luis Aránguiz, una de los más legendarios pioneros del jazz nacional.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Reeditan clásica novela sobre el hampa nacional
"Chicago Chico", de Armando Méndez Carrasco.
Fondo de Cultura Económica, 2023, 205 páginas
Por Leonardo Sanhueza
Publicado en Las Últimas Noticias, 31 de julio de 2023
por tres, luego vinieron la segunda y todas las demás. Chicago Chico se encaminaba a convertirse en un clásico de la literatura chilena del siglo veinte, metiéndose en ese canon desde los márgenes más despreciados.
