Señales de ruta para un Safari
Por Christian Aedo J.
Presentación del libro “Safari”, de Leonardo Videla (Alquimia Ediciones, 2011, 152 páginas), realizada durante la
Primera Feria del Libro Independiente, Universidad Finis Terrae, 21 de Abril de 2012.
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Desde los primeros intentos por ordenar el mundo se construyeron listas, extensas hileras de información y descripción, que buscaban nombrar el espacio, determinar extensiones, medir y construir límites. Fronteras que terminaron definiendo la propiedad, el control y la estratificación del poder. También y peligrosamente, determinaron quién, qué y cómo se debe decir, cómo se debe construir el mundo y a quién le toca esa tarea.
Por suerte, Leonardo Videla nos entrega la bitácora de este safari, un viaje y no el paseo aséptico del paquete turístico, si no más bien la cartografía de una fuga, la ruta clandestina de un ir y venir a través de aquellos puntos donde la diferenciación no ha terminado ese trabajo devastador de la frontera. Así, en este safari, Videla construye un espacio que le permite estar dentro y fuera, por decirlo de alguna manera; un estar, quizás, más cercano al habitar un umbral.
¿Dentro y fuera de qué?, se podría preguntar el mítico y esquivo lector de lujo.
En Safari el enfrentamiento de formas, quizás y como lo quisiera Artaud, tensan lo meramente escrito liberando los elementos, sugerencias, gestos o señales, que van construyendo un recorrido expresivo y lingüístico, donde a ratos pareciera identificarse un mapa o el devenir de una ciudad en el horizonte textual. Aquí Real(idad) o imaginado son solapados, fundidos en el gesto, y otorga al autor las llaves para entrar y salir desde la intimidad al cotidiano, comprendiendo esto ultimo como la critica relación entre lo privado y lo publico. Es este el procedimiento, que finalmente modifica el orden de pertenecía, e invierte el sentido de las señales, poniendo en crisis la configuración del espacio o el territorio, llevándonos al nacimiento de este umbral, y el surgimiento de la ciudad. En el choque, como el que se da en la boca de un rio al enfrentar el mar, se libera una gran cantidad de energía, que es canalizada y que es absorbida por el aparato o artefacto imaginario de Safari, devastando en el ejercicio la estratificación de la realidad, esa peligrosa determinación del qué, cómo y quién debe decir. Quizás solo este gest, podría ser considerado como la dirección y la matriz política-critica del libro, ya que lo que pareciera una dificultad o complejidad formal o estética, es un aparato de transmisión experiencial, aquello que escapa a la norma canónica, y la tecnificación populista y comercial de los discursos y el lenguaje.
Antes hable del nacimiento de un umbral en Safari. Transversal o vertebral a toda la obra de Videla, es su dimensión temporal, aquí el hablante, este misterioso y ajeno concepto mide, no con hechos si no que a través de una trasformación, el paso del tiempo. En la metamorfosis de lo singular a la pluralidad, marca una dimensión del orden del recorrido, de carácter experiencial, como el residuo de aquello que es claramente anterior a la temporalidad empírica de los hechos, y así como se abre el libro al multilñinguismo y la polisemia, también y mediante el enfrentamiento a lo experiencial, la certeza y definición del Uno, se deconstruye formal, discursiva y experiencialmente hacia el dos y finalmente tres. Esto marca la aparición de una Trinidad alejada del sentido beato-religioso y conservador, y más cercana al sentido platónico de la condición mínima de existencia en el otro, de un carácter colectivo y particularmente sedentario. La fundación, de aquella ciudad idea de república en la frontera del lenguaje, el umbral que pone en crisis el sentimentalismo lineal y personalista del grueso de la poesía Chilena.
Si me preguntaran de qué trata este libro, me vería obligado a responder que Videla nos entregó un puente de nada a ningún lugar, una caótica y geométrica claridad y una vertiginosa densidad escritural. Un libro que al parecer trata de nada y de todo a la vez, y quizás sea lo más importante, porque es un libro muy parecido a la vida. Un libro hecho de puro deseo.
