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Campo de tiro: decisión, simulación y psicosis
Por Raúl Fierro
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Simular y decidir son las acciones en las que se basa la supervivencia. Una buena simulación del evento nos hará tomar la mejor decisión. La calidad de nuestra simulación es directamente proporcional a la calidad de nuestras vivencias y lecturas. Experiencias apasionantes que nos arranquen por instantes de la realidad y. lecturas que nos generen ideas son indispensables para tomar decisiones que nos ayudarán en nuestro desarrollo: el progreso es una realidad, el destino no es una ilusión; por ello debemos tener cuidado con lo que creamos. La simulación y la decisión son materias primas de la creación. La simulación que creemos, entre más aproximada esté de la realidad, más cerca estaremos de tomar la decisión idónea para el beneficio individual o colectivo.
"Uno decide o no decide, y lamentablemente esta disyuntiva exige una decisión", así inicia Campo de tiro (Alquimia, 2012), novela de Leonardo Videla, escritor y profesor de matemáticas chileno. En esta obra Videla nos habla de dos mundos (ciencia y literatura) que se encuentran en las decisiones y simulaciones de Roberto Hitschmann, un descendiente de alemanes en tierras chilenas; un obeso talentoso en los campos de la Física y la Literatura que decide no decidir pero sigue simulando: "[...] comencé a repetir el juego de pantomimas en el que me solía divertir cuando niño [...] Una simulación [...] El asunto en cuestión podía ser la comunicación de alguna decisión que yo había tomado y que, ciertamente, sería beneficiosa primero para la institución y luego para el país y luego para el mundo que yo había cambiado con mi invento o desmenuzado con mis argumentos".
¿Acaso las decisiones que se han tomado, las que se ocuparon para transformar este mundo o nuestro mundo, son consecuencia de nuestras simulaciones? Roberto Hitschmann escribe una novela sobre uno de sus antepasados que buscaba, con su decisión, transformar el mundo. Campo de tiro es una novela dentro de una novela. Así como la infinitud de imágenes que se crean en los espejos paralelos, Roberto Hitschmann y Leonardo Videla se miran una y otra vez, creando imágenes infinitas, decidiendo que harán al momento de escribir. Hitschmann es la simulación de Videla, de nosotros y de los demás novelistas. Los personajes de las novelas son simulaciones donde nuestras preocupaciones y psicosis se materializan.
Las novelas son esos lugares donde vivimos varias historias desde la seguridad de nuestro sillón: en ellas morimos y sufrimos sin llegar a tocar la realidad. La simulación es esa zona donde nos sentimos a salvo antes de tomar una decisión. Todos nosotros somos Hitschmann, tratando de escapar del mundo, huyendo de nuestras psicosis. Nuestra supervivencia psíquica depende de la simulación y la decisión.
La potencia de una obra se mide por la calidad de verdades científicas, artísticas y reveladas que nos comunica. La novela de Videla nos revela el movimiento de dos mundos (ciencia y literatura) que en México están divorciados. ¿La novela de Videla es parte de ese auge científico en la literatura chilena que se refleja en su producción de Ciencia Ficción de gran calidad?
La novela es un artículo de divulgación científica, una novela histórica y una crítica a los mundos del arte y la ciencia: una simulación de novela, una obra donde Videla explora todas las posibilidades del conocimiento en una forma condensada. Aunque el ritmo de la novela se pierde (tropieza como todo trabajo de gran ambición); esta es la creación de un sujeto que nos ofrece, no sólo una novela, sino una obra, una conjunto de ideas contenidas en una historia que aparecen para indicarnos que simular y decidir es esencial para no caer en la psicosis ¿pero acaso es posible no decidir ni simular?
También la paradoja aparece discretamente en esta novela. Es ahí donde radica el peligro. Las paradojas están para probar nuestro temple. La psicosis del mundo tratando de destazarnos. Simular y decidir nos dice la novela de Leonardo Videla o caer en psicosis.
