Canto I
             OSTRAS  
            Me enamora la manera  
              cómo partes el limón
            tu mirada  
              sobre la redondez
  
              de la piel  
              y el cuchillo
  
              clavado  en su líquido
  
              corazón  
            Me enamora la violencia
  
              de tu boca abierta  
              recibiendo ácidas gotas
  
              y devorando un pequeño  
              cuerpo que se posa  
              sobre la superficie  
              de tu lengua y que
  
              liso y suave resbala  
              hasta acariciar  
              tus amígdalas
             
            Canto III  
            WANNA POEM?  
            Hoy, para ti, una pirámide,  
              blandas almohadas
  
              para velar el sueño.  
            Dos para el costado
  
              cabeza gacha y amplios hombros
  
              una, más grande, para abrazar  
              con brazos, manos  
              y la espalda curva,  
              bajo el cuello,
  
              contra el pecho.
              
  
              Las demás para el cóncavo vientre,  
              entre caderas y muslos flectados,  
              y la última entre tobillos,  
              empeines, dedos y uñas
  
              de cada pie.
              
  
              Con las plumas restantes,  
              habibi, ahí van  
              blancas alas nuevas,
  
              incombustibles,
  
              para emprender el vuelo  
              al despertar.
             
            
              Canto VIII  
            PAPELERA
            No te elegí.
  
              No lo busqué, no lo propicié.
  
              Llegaste en una pantalla azul  
              y no hay tecnología posible
  
              que desvíe tus palabras hacia  
              el canasto de la basura.
             
            
              Canto XV
             HAY REVOLUCIÓN  
            En las ciudades  
              descontento
  
              desconcierto
  
              indignación  
            No hay puerto disponible  
              A cientos de metros del malecón
  
              un barco se balancea suspendido
  
              en la cresta de las olas  
              Se incrusta en la espuma y sorprende
  
              a los tripulantes que tientan pie
  
              sobre cubierta  
            Y se sacuden y sacuden
  
              los viajeros de la alfombra voladora  
              apaleada sin reposo ni clemencia
  
              Músculos invisibles  
              los sacuden y se sacuden sin fin  
            El barco a la deriva  
              En tierra revolución  
              Al cielo se le agotó la piedad  
            Tras los cortes  
              el día se derrite, la mantequilla
  
              ácida se vuelve leche turbia  
              las carnes hediondas
  
              lacias las lechugas,  
              amargas como ese lejano recuerdo  
            Las baterías se agotaron
  
              estricta negrura día y noche  
              Millones de mensajes se enredaron  
              y como volantines fuera de combate  
              se fueron a pique  
            La aguja del sismógrafo
  
              aunque quieta  
              percibe movimientos  
              que hacen caer al caminante
             Se agotan ansiolíticos, antidepresivos
  
              tragan analgésicos, sedantes e hipnóticos
  
              incluso antiespasmódicos y relajantes musculares  
              La población arrasa la hierba de San Juan,
  
              se consumen litros de agua de tila y de melisa,  
              de valeriana, de albahaca y de ginseng  
              y hasta de lavanda, espino y amapola
            Las bocas se secan  
              un alud de rumores se desliza
  
              por praderas y rincones
            Atentados  
              bombas  
              detenidos por acá  
              y por allá, muertos  
            No hay tutía para heridas
  
              sálvese quien pueda, dicen
             La ciudad respira cansada  
              A bordo nadie sabe la firme  
            Una extensa bruma cubre la faz de la Tierra
              
            
             
             
            