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Patricio Manns
El corazón a
contraluz
XII
Cosmogonía de los olvidados y agonía de los redescubiertos.
Según Drimys Winteri, la historia entera de la raza selk´nam podía
dividirse en nueve largos períodos. Eventualmente, alguno de tales
períodos concernía también a la raza qáwaskar o a la raza yámana,
cuando no a ambas. Cada uno de ellos fue designado desde antiguo con
la definición genérica de Época del mito, salvo el último. Así,
los selk´nam reconocen al primer período como Época del mito de las
montañas reencarnadas, el que engloba un lapso de tiempo durante
el cual los montes, las montañas, las sierras y las cordilleras
dejaron de ser accidentes geográficos para convertirse en los primeros
miembros de la raza selk´nam. Esto parece querer explicar el
gigantismo de su pueblo, porque en el origen eran mucho más grandes:
el tiempo los fue desgastando hasta reducirlos a proporciones
normales, aun cuando un selk´nam fuera siempre más alto, más fuerte y
más sabio que el resto de los hombres que ya pasaban entonces por
allí. Sin embargo, todos están de acuerdo para reconocer que la raza
no nació en Tierra del Fuego, sino en la Patagonia. ..... Como los hombres, los animales eran de gran
tamaño, y existieron especies a las que cataclismos milenaros
extinguieron poco a poco. Una vez, media docena de selk´nam de ambos
sexos persiguió una manada de guanacos gigantes que escapaba hacia el
sur, huyendo del furor ígneo de ciertos volcanes. El llamado "estrecho
de Magallanes" no existía y los dos océanos sólo se unían mucho más
abajo, tras el peñón que ahora los naveganes de todo el mundo conocen
con el nombre de Cap d´Horn. Hallándose los seis selk´nam en Tierra
del Fuego se desencadenó una nueva catástrofe telúrica, por causa de
la cual nació un abismo que dio su forma al límite norte de la gran
isla fueguina. El mar ocupó el hueco así abierto, y los selk´nam que
perseguían a los guanacos quedaron atrapados para siempre al sur del
estrecho, pues no fueron un pueblo marino y se confesaron incapaces de
reatravesar hacia el norte el grande y correntoso brazo de
mar. ..... Los selk´nam aislados al sur
eran cuatro mujeres y dos hombres. Esta mayoría femenina dio origen al
segundo período, denominado Época del mito del gobierno de las
mujeres. Winteri sostenía que los mayores secretos de la raza había
quedado en manos -o en la memoria- de las hembras, y que, manejándolos
con muchas precauciones, lograron dominar a os hombres por algunos
milenios. En aquel entonces existían sólo las chamans. Una chamana, en
tiempos de hambruna, podía varar mediante un grito especial dos o más
ballenas y alimentar así, durante la etapa crítica, a todos los
slek´nam. Poseía también el poder -como castigo permanente o pasajero-
de cancelar la sexualidad de cualquiera de los maridos, pues a la
sazón, las hembras eran mayoritarias, y todas disponían de varios
cónyuges que cazaban para ellas y sus hijos, turnándose en el lecho
mediante un sencillo procedimiento llamado "la capa caliente": la capa
de piel con que se cubría una pareja estaba siempre tibia, porque
cuando un hombre abandonaba su cobija para salir de caza, era
reemplazado por otro, que volvía con un guanaco muerto, un trozo de
carne de ballena o una brazada de pescados. Este período terminó con
el "Mná-Maten", el episodio sangriento y decisivo de la rebelión de
los hombres, durante el cual los machos dieron cuenta de por lo menos
tres cuartas partes de las hembras y transformaron, invirtiéndolas,
las relaciones de poder. .....
Cronológicamente, sigue la llamada Época del mito de los
héroes fornicadores, caracterizada por la supremacía de los
hombres, el surgimiento de los primeros chamanes masculinos y la
educación de los hijos varones a cargo del padre, que transmitía los
grandes secretos a la progenie de su sexo. Los hombres estaban
sedientos de venganza a causa de la dilatada crueldad ejercida contra
ellos por las hembras, antes del "Mná-Maten". Así, cuando una de ellas
faltaba a su pueblo o a su marido, era ejecutada mediante el castigo
conocido como "Isse-Ohone", que consistía en que toda la comunidad
masculina se turnaba ininterrumpidamente, día y noche, sobre el cuerpo
de la culpable hasta darle muerte. En estos casos se trataba de un
ajusticiamiento por sobredosis de esperma. Winteri sostenía que los
selk´nam aborrecen desde siempre la visión de la sangre
humana. ..... Durante la Época del
mito de la subida al cielo del Sol, éste abandonó el hemisferio
sur, limitándose a brillar sólo en la parte norte de la Tierra,
probablemente debido a un cambio transitorio en el eje de rotación del
planeta. Pero en los hechos, cuando el Sol regresó ya no volvió a
trepar al cenit, sino que cumplió su periplo diurno girando en torno
de los hombres sin abandonar la línea del horizonte. Así, había días y
noches de veinticuatro horas. En aquel tiempo reculado se formó el
continente antártico, sobre una tierra que hasta entonces estaba
siempre llena de flores, y encima de la cual retozaban miles de
especies animales. Ciertas canciones selk´nam del período dan cuenta
de ese fenómeno. Las razas que habitaban allá regresron a Tierra del
Fuego a bordo de gigantescos iceberg, que se formaban durante los
inviernos y se desprendían de la masa de hielo polar, abandonando las
costas antárticas y navegando hacia el norte a la deriva. Encima de la
lisa superficie del iceberg, a veces de dos o tres kilómetros de largo
por uno o dos de ancho, construían sus toldos, practicaban deportes,
cazaban aves y capturaban animales marinos que subían a
cubierta. ..... A continuación, llega la
Época del mito de los que trepaban hasta Kuanip, durante la
cual el Sol se esconde y surge con mayor frecuencia, dando origen a
noches y días más cortos. Aparecen diversas y numerosas especies de
pájaros y animales y el guanaco se vuelve salvaje. Por el contrario,
otra raza que probablemente constituía un injerto de zorro (vulpeja) y
lobo acepta la domesticación y se convierte, de día, en compañero de
caza del selk´nam, y de noche, en su almohada. Los chamanes viajan al
final de la tierra, el Cabo de Hornos, para ellos "El Falso Ushcuf",
donde, trepando hasta la cima de una montaña muy elevda, pueden
consultar a Kuanip, el que les proporciona gradualmente algunas leyes
de organización tribal, escritas en tabletas de escarcha. El chamán
tenía justo el tiempo de memorizarlas antes que la temperatura más
elevada de las tierras bajas derritiera la tableta, con ella el
secreto que guardaba. ..... La Época
del mito de la cotorra que predijo un mal milenio corresponde al
tiempo en que enrojecieron las hojas durante el otoño, se endureció el
pasto, algunos ríos se negaron a descender hasta las llanuras,
formando lagos cerca de la cumbre de las montañas, dejaron de crecer
la papa y el ajo, y la tierra selk´nam se cubrió de hielo. ..... A este período sigue la llamada Época
del mito de los coleccionistas de prepucios, en la cual el clima
mejoró ostensiblemente, surgieron espacios tropicales o microclimas, y
llegaron desde el poniente miles de canoas trayendo a bordo cierta
raza que huía de un archipiélago al que los volcanes rindieron
inhabitable. Esta raza negociaba en prepucios, estos es, trocaba arcos
y flechas de una extraordinaria factura por prepucios fueguinos y
patagónicos. Un prepucio correspondía al valor del arco y la flecha.
Es así que durante un milenio, selk´nam, qáwaskars y yámanas se
convirtieron en pueblos circunsisos. Para los extranjeros venidos en
las canoas, era considerado en seguridad aquel de entre ellos que
conservaba una respetable cantidad de prepucios a buen recaudo. Quien
reunía un centenar gozaba de no desdeñable prestigio. Normalmente el
jefe era quien poseía más, y sobre todo, si en su colección figuraban
prepucios de tamaños y colores diferentes. Los selk´nam creen recordar
entre las historias explicativas narradas por ese pueblo acerca de su
inhabitual afición, que antaño, en el curso de las guerras, los
vencedores cortaban el prepucio al enemigo vencido, porque aquél ocupa
en el cuerpo del hombre -pensaban- el lugar privilegiado donde se
origina la vida, y además, es capaz de realizar un viaje repetido al
interior de la mujer, viaje pleno de misterio y de goce que puede
multiplicar a voluntad. El final de este período está marcado por el
retorno de ese pueblo a su archipiélago originario y la desaparición
de las costumbres circuncidantes entre los pueblos del austro. Por lo
demás, ya habían aprendido a fabricar sus propios arcos y flechas, sus
boleadoras, sus lanzas y sus cuchillos de sílice. ..... El esplendor de los selk´nam alcanzó su
apogeo en aquel período conocido como Época del mito de la cabeza
ambulante, durante el cual aparecieron en el seno de la comunidad
los grandes doctores, o "kones", que desarrollaron y perfeccionaron
muchas leyes tácitas y enseñaron a los selk´nam a recordar cada pasaje
de su historia recitándolos noche a noche al calor de las fogatas, más
que nada para que las generaciones jóvenes se impregnaran de aquel
pasado pleno de inocencia y de paz, pasado que, salvo algunos
episodios aislados y la célebre rebelión del "Mná-Maten", en que
muchas mujeres murieron, no conoció jamás la guerra. Hasta que el
tiempo les trajo el último período, la Época de los ríos de sangre
y de los racimos de orejas, que obligó a los selk´nam a combatir
por sus vidas y por sus tierras. Antes de conocer aquella forma de
muerte violenta, un selk´nam vivía largo tiempo. Cuando sentía próximo
su fin, se despedía de la familia y de los amigos cercanos y emprendía
un viaje solitario y lento, internándose en los bosques. Una vez
seguro de haber alcanzado el lugar de su reposo, se acostaba a dormir
en posición fetal. Así emprendía el ascenso hasta las altas
cordilleras del cielo. No cumplía ninguna ceremonia más. ..... La primera sangre nacida de la violencia
llegó con la ya mencionada expedición de Hernando de Magallanes, y
desde entonces, el rojo río no volvió cambiar el color de su curso.
Pero aquella expedición, que había sido organizada con el propósito de
volver a descubrirlos -pues a lo largo del tiempo los selk´nam fueron
descubiertos y olvidados varias veces-, les enseñó rápida y
certeramente muchas cosas acerca de la bestialidad de los visitantes,
a quienes jamás confundieron con demonios ni con dioses. Los antiguos
selk´nam tuvieron el triste privilegio de asistir al ajusticiamiento y
descuartizamiento, por orden de Magallanes, de los capitanes Gaspar de
Quezada y Luis de Mendoza. El bárbaro acto tenía como propósito
reintroducir la disciplina entre las tripulaciones de las cuatro naves
expedicionarias. El Capitán General abandonó poco después, en una isla
del Estrecho, probablemente Dawson, al capitán Juan de Cartagena y al
capellán de la nave San Antonio, Bernardo Calmeta. ..... Según Winteri, ningún selk´nam atentó
contra la vida de los dos españoles abandonados, porque, como
acostumbraba insistir, su raza no atacó jamás a un enemigo enfermo,
dormido, desamparado, desarmado, herido o fornicando.
Julio Popper es un aventurero rumano, judío renegado,
argentino por adopción, políglota, ingeniero, buscador de oro,
geógrafo, perseverante exterminador de indios. Drimys Winteri,
una joven india ona de pelo blanco, también políglota, sabia
chamana, capaz de pescar con las manos en aguas de hielo,
bella y veloz como una flecha. ... En
el verano de 1890, Popper toma cautiva a Drimys Winteri. Desde
entonces, forman una pareja fuera de toda convención y, tal
vez por eso, inolvidable. La trama esencial de sus vidas -y de
este libro- se entreteje en el sur lejano, en las inmensidades
barridas por los vientos, entre los gélidos canales fueguinos.
En esa tierra dura y virgen habitan quienes son sus hijos
ancestrales -selk´nam, yámanas, tehuelches-. Y allí convergen
los hombres blancos, venidos desde distintas partes de la
vieja Europa a la zaga de inciertas promesas de fortuna y
progreso, amigos de la soledad y del alcohol, capaces de la
crueldad más abyecta y, también, de la nostalgia y la
ternura. ... El corazón a
contraluz es una novela a la vez épica y romántica,
histórica y fantástica, violenta y poética, sobre la crueldad
del hombre con el hombre y el afán de gloria y poder. Y es
también la historia de un amor intenso y luminoso como un
atardecer del verano austral.
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Patricio Manns nació en la antigua provincia de
Bío-Bío, Chile, en 1937. Dos textos iniciales, De noche
sobre el rastro (1967), Premio Alerce de la SECH y de la
Universidad de Chile, y Buenas noches los pastores
(1973), Premio Municipal de Novela en su país, lo destacaron
como una de las voces promisorias de su generación. Ha
desarrollado una dilatada obra como novelista, ensayista y
poeta. Es también autor teatral, y de guiones de cine y
televisión. En 1973, luego del golpe de Estado chileno, se
exilia en Francia, donde vive hasta ahora. Allí escribe el
ciclo de las actas: Actas de Marusía (1974), novela
adaptada al cine con Gian María Volanté, Actas del Alto
Bío-Bío (1984) y Actas de Muerteputa (1987). En
1988 obtiene la Beca Guggenheim de Literatura. Escribe luego
la novela De repente los lugares desaparecen (1992). Su
poemario Memorial de Bonampak (1995) resume los pesares
del pueblo maya desde la conquista hasta hoy. Manns es además
compositor y cantante de gran popularidad en su país. La
publicación de El corazón a contraluz en Francia fue
recibida por la crítica con gran entusiasmo.
de la
contratapa Fotografá de
Louis Monier
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Patricio
Manns El corazón a
contraluz Emece Editores 1996 la imagen corresponde a la 3ª edición de enero de
1998
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