Diego Maquieira: escribir es rayarse
por Enrique Lihn
(Nota inédita,
escrita en 1983)
.....
Diego Maquieira |
El poeta que mejor se deja leer en lo que todos tenemos -dadas
las circunstancias- de barrocos o tenebristas, de rotos y rayados,
es y no muchos otros, quizá ningún otro, este don Diego de Maquieira,
amigo del fulano Diego de Velázquez. El más corto de sus poemas. La
Tirana Hit, dice: Me rayé, pero el disco es cultura. ¿De dónde sale
este Tirana que menudea en los poemas de Maquieira,
como un esperpento ("Aún soy la vieja que se los tiró a todos/ Aún soy
de una ordinariez feroz".) Sabemos de las fiestas de la Tirana, y muy
bien, lo que significa la palabra tiranía. En la tradición literaria
de la desesperación, tenemos el virtuosismo y la carcajada de Quevedo,
para no hablar de Góngora. Una poesía que es el reverso ornamental de
la muerte, parte inseparable de la muerte. En la tradición local, si
se trata de las afinidades entre el infierno y el lenguaje, tenemos,
ciertamente un lugar horrible -el locus horridus-; y la poesía
popular, que es de un realismo desconsolador; pero de lengua contenida
y fina. Nicanor Parra ha sabido usarla siempre, haciendo de la
cautela, un dardo. Aquí hay un poeta, que ha aprendido y desaprendido
esta lección, dejando pasar a la escritura casi todas las formas que
adopta en Chile el lenguaje para responder a la degradación de la vida
y costumbres en términos de ojo por sujeto y diente por predicado. Si
se quedara en eso, en una jerga de pato malo, precaria pero
contundente como un buen chute, un chopazo o una patada en las
canillas, tendríamos sólo el mejor de los poetas colegiales; es decir,
a alguien suficientemente feroz, como para representarnos en el Chile
de hoy. Pero Maquieira sabe mucho. Ha leído bien y de lo mejor. A
Eliot, a Kavafis, a mundo y medio. Por lo mismo su poesía, aunque
parezca hablada o vociferada es archiescrita, un refrito muy cuidadoso
de sí mismo, una economía y no un despilfarro del Chicago verbal. Los
efectos de rayadura son parte de la escritura y están tan trabajados
como los horrores del barroco. Una confusión de nombres o pronombres,
pequeñas anomalías en el régimen de las frases, en las combinaciones
de palabras -un paso de baile entre el lenguaje- constativo al
imperativo, y la rayadura se pone genial.
.....
Oye Maquieira, léenos La
Tirana.
Un Lenguaje violento y
"chilensis": La Tirana,
de Diego Maquieira
Por Enrique Lihn
(En la revista Apsi, Santiago., año IX, número 137, del 21
de febrero al 5 de marzo de 1984)
..... Esta nota quiere llamar la
atención sobre La Tirana de Diego Maquieira -poema, Edición
Tempus Tacendi-, una señal de asombro previo al análisis de los
textos, que dejo para una segunda vuelta. El libro demoró ocho años en
nacer (1975-83); salió a la luz, previamente, por retazos (Cal
y otras revistas), luego como Selección de La Tirana,en junio
del año pasado, edición de 60 ejemplares "para las grandes minorías de
mi barrio", ahora, no más estruendosamente, bajo un sello cuya única
función es la de filiar este libro singular. Todavía una edición
incompleta, quizás no selectiva, pues el autor, hombre ludens, decidió
ofrecer a La Tirana como los huevos, en dos docenas de poemas,
instalando entre una y otra El gallinero, interpósito conjunto
de textos"engallados". Un libro singular, que se inserta a conciencia
en una antigua tradición de modernidad, incluyendo a la vanguardia,
pero sin ningún alarde rupturista: ingenuidad que autor tan avisado y
diestro no se permite. Catulo es un antiguo moderno no ajeno a La
Tirana, poema dramático y epigramático.
..... Paso a un antecedente significativo. Para
que el niño Diego aprendiera inglés, sus padres no le hablaban en
español mientras vivieron cuatro años en Nueva York. Recuperó su
lengua materna en Lima, donde sus compañeros de colegio no le hicieron
muy fácil esta tarea: lo hacían responsable de la política exterior de
"la Estados Unidos": llegó, años después, hablando en peruano a Chile,
una variante de nuestro idioma que le suena afeminado a los ilotas
chilenos, en el patio de los colegios. En ambos casos, la respuesta de
Maquieira fue violenta, se apoyó en la solidaridad con los marginales,
en la mafia escolar. Su lenguaje poético es igualmente violento, por
así decirlo: traducción del habla neoyorquino, por una parte y, por la
otra, asimilación creativa del lenguaje chilensis, son mención
especial en las jergas de lolos y playboys. Lima, la horrible
(es el título de un libro de Salazar Bondy, peruano) queda excluida de
la dicción; se hace notar negativamente, por su exclusión del lenguaje
y bajo la especie de la "Inquisición de Lima" o toledana, blanco del
humor negro del libro. La Tirana traspone el referente
Inquisisción, se refiere a ella, emblematizándola con el personaje que
lleva ese nombre -femenino de tirano-; personaje emblema, pues,
fetiche y caricatura feroz en que se inscribe, por lo demás, la
instancia del mestizaje y sus desafueros.
..... En la realidad histórica, La Tirana, india
a cuyo padre asesinó Diego de Almagro, le hizo, virilmente, la guerra
vindicativa a los conquistadores, pero se enamoró del portugués Vasco
de Almeyda, prisionero de su gente. Este la convirtió al cristianismo,
con la promesa de un amor celestial, más allá de la muerte, y la
pareja fue ajusticiada por los indios a flechazos.
..... En la fiesta de La Tirana se mezclan razas
y cultos. En los poemas de Maquieira, la renegada es una tirana sexual
alienada a la Inquisición y en la plenitud de su decadencia, combina
prostitución y beatería. El primero de sus compadres eróticos es don
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, el hiperpintor del Imperio
Español, otra figura paradójica en la versión de Maquieira: un genio
que prefería la pintura (su obra es escasa) la vida del noble; un
embutido de arrogancia y arribismo ( se autorretrató, por encima de
todos, con la cruz de la orden militar de Santiago). Su protector, el
duque de Olivares, primer ministro del Felipe y la cáfila de los
inquisidores son algunos de los "salvajes innobles" de este teatro de
sombras de procedencia barroca; otros: Machinegun Kelly, Babyface
Nelson, Lucky Luciano, gánsters de los años treinta; asesinos y
asesinados como Charles Mason y Tony La Bianca; la Alessandra
Mussolini, nieta del Duce, modelo (1), y un tal mister Sotana (George Boy); "la
Estados Unidos de acá", esperpento heráldico; el escultor De María y
la poetisa norteamericana Hilda Doolitle (incorporada al repertorio
por motivos eufónicos); la Frank Niti de Monjitas y "otros pastas muy
cojonudos". Tal es la suma intencional de nombres heterogéneos, una
enumeración caótica, pero que tiene sentido. Ezra Pound usaba los
nombres como metáforas unos de otros y combinaba en un espacio
transhistórico o según la lógica del tiempo circular -la historia
vuelve a repetirse, como dice el tango-. Maquiera, en la línea de los
inmoralistas, los reúne carnavalescamente para significar, de alguna
manera, la intrínseca perversión del poder ejemplificado por la
Inquisición y su igualdad con las marginalidades que lo desestabilizan
-otra suerte de órdenes constituidos- ya se trate de "los drugos" (la
pandilla de La naranja mecánica) o cualquier "banda de
relajados". Igualmente, pues, de los contrarios. Los antagonistas de
la historia son mafias. Una herejía contemporánea sumamente
justificada.
..... Dije que la dicción
coloquial del autor asume las jergas locales en el modo del mestizaje,
con ambivalencia. La dicción oral no es sólo herencia de la poesía
inglesa moderna: al lado de T. S. Eliot está Kavafis, uno de los
autores admirados traducidos (del inglés) por Maquieira. Lenguaje
hablado, lenguaje directo de una poesía en segunda persona en la que
hablan varios personajes -a veces simultáneamente-, teatralidad, son
factores que hacen sistema con un concepto antiguo y moderno del autor
como comentarista, parafraseador, traductor y lo que se dio luego en
llamar "plagiario". Un renegado de la propia "personalidad literaria"
un usurpador de la del otro. Maquieira trabaja, en tal sentido,
haciendo suyos textos encontrados (Kavafis lo hacía así; en
Latinoamérica, Cardenal): uno del inquisidor toledano Fidel Fita, otro
del padre Diego Rosales y, por lo menos, dos versiones de guiones de
Kubrick. También se apropia de poetas como Emanuel Carnevali,
chilenizándolos al traducirlos y firmarlos. Así se tocan los (falsos)
extremos de lo local y lo universal se demuestra la falacia del "ser
nacional" o, por último, se perpetra un atentado contra las nociones
de lo original y de los orígenes. El texto es un intertexto -el
resultado de una relación de los textos con los textos-; la poesía,
como decía Ducasse, debe ser hecha por todos.(2) Imperativo
que o excusa, de ninguna manera, descuido o relajo por parte del
operador literario; lo obliga, muy por el contrario, a un control
óptimo ante la mesa de comando. Si bien los sujetos, las máscaras que
hablan en los poemas de Maquieira con "rayados" polimorfos que cambian
de sexo y provocan a la sintaxis, quien escribe esos textos es un
poeta culto, con cierta pasta de erudito; cualidades compatibles con
las del humorista sangriento.
Notas
(1) Ha sido, además, actríz secundaria en películas de
Federico Fellini. Desde 1990, es dirigente del neofacista Movimiento
Social Italiano. (Gonzalo Millán)
(2) La frase completa es:
"La poesía debe ser hecha por todos. No por uno. ¡Pobre Hugo! ¡Pobre
Racine! ¡Pobre Coppée! ¡Pobre Corneille! ¡Pobre Boileau! ¡PObre
Scarron! Tics, tics, y tics. Véase Conde de Lautréamont, Poesías.
Prefacio a un libro futuro, Bs. Aires, Poseidón, 1945, trad. de
Braulio Arenas. (G.M.)