EL CROTO, UN CENTAURO
QUE DUERME A ORILLAS DEL CAMINO
Por Marco Aurelio
Rodríguez
19 de febrero de 2005
Croto era un centauro famoso por ser el hermano adoptivo de las Musas
del monte Helicón, ninfas inspiradoras de poetas y artistas,
a las que amaba con auténtica devoción. La palabra centauro
lleva a centuria (cantidad eficaz), grupo de cien hombres organizados
por una estrategia militar, imagen que alarga su sombra en actitud
festiva en nuestra imaginación, y vemos su cuerpo de caballo
transparente aflorado por un rostro (casi humano) que busca las tierras
de la felicidad, que no existen. Se dice que ocupa un lugar en la
constelación de Sagitario.
"Iba y venía, subía y bajaba, paraba en un sitio,
estaba dos o tres días, tomaba otro carguero, elegía
una chata abierta cuando había sol y hacía frío
y me echaba en el fondo, pasaba de un ramal a otro, si había
pique en la arpillera o en alguna chacra y me gustaba el sitio me
quedaba más tiempo, pero si una mañana alumbraba linda
o escuchaba el pito de algún tren, pedía las cuentas,
cargaba el mono y otra vez salía en busca de la estación
más próxima y subía al primer carguero que pasara
para cualquier parte. Yo era con mi libertad como un chico con un
juguete nuevo".
La cita corresponde al croto más famoso de la República
Argentina, que anduvo 25 años reconociendo su casa que "tiene
catorce kilómetros de ancho por 47.000 de largo. Y la ventaja
principal es que el dueño está en Inglaterra. Así
que no me cobra alquiler". Impresiones de vida sencilla en Bepo:
vida secreta de un linyera. Y otro (como un hermano adoptivo):
Cachilo, que del "Olimpo de la mitología rosarina"
bajó a la tierra un 4 de octubre de 1991, y se quedó
dormido en la vereda de un edificio público, el Instituto de
Previsión Social, luego de 12 años de andanzas. Mejor
que lápida, quedaron sus pensamientos en las murallas de la
casa del hombre infinito (como diría otro poeta, quien alguna
vez pensó: "Fui siempre tan aventurero, que nunca tuve
una aventura; y las cosas que descubrí estaban dentro de mí
mismo").
El croto nació con una connotación negativa de vago,
atorrante, mal vestido y sucio. Para el gobernador de la Provincia
de Buenos Aires de 1920, José Camilo Croto, era mal visto
que individuos con esa reputación circularan por las calles
y, para no encarcelarlos, dispuso que pudieran viajar gratuitamente
en los trenes de carga que conectaban las zonas cosecheras para poder
laborar. Al principio la gente decía "ahí van los
de Croto" lo que con el tiempo se transformó en "ahí
van los crotos".
Osvaldo Baigorria (De crotos, linyeras y otros transhumantes)
hace notar que "entre las décadas del 30 y del 40 el trazado
ferroviario argentino era recorrido por una masa que oscilaba entre
doscientos mil y trescientos ochenta mil sujetos que por sus actividades,
indumentaria y códigos de comunicación podían
ser llamados, lisa y llanamente, crotos. Es decir: el crotaje fue
un comportamiento social generalizado entre los jóvenes extranjeros
y nativos de las clases sociales más bajas de aquellos años".
Había todo tipo de motivaciones para ser un trotamundos. Escapar
de la ley, de la familia o del sistema. Escapar y vivir la vida en
su propia transparencia. Como lo hacen los centauros. "Escapaba
de los ojos de la gente / estaba comiendo solo mi propia risa / hasta
que me pregunté / qué me anda pasando si hace un invierno
/ no recuerdo bien qué amigos tenía / pero era otro"
(Ya soy un croto, León Gieco).
Veinte años atrás yo conocí a uno, al Cucaracha,
en el Mercado de Abastos de Mendoza. Me fui tras su enigma de ser
mitológico. Fuimos a la tierra de cosecha e hizo aparecer sus
pensamientos. "Mi casa es la luna" contaba y yo, que nunca
fui niño, me transportaba a esa extraña infancia. "Allí
cocino sobre un carater", decía en perfecto dialecto
y agregaba: "pues como cucarachas". Y los changos, por ejemplo,
le preguntaban a su sabiduría: "¿Las Malvinas son
nuestras?".
....... "O sea, ¿si me instalo
allí no me cobran luz ni agua…?"
....... Silencio.
....... A MORIR POR LA PATRIA / PRIMERO
HAY QUE VIVIR, se burlaba Cachilo.
....... "Dios es el sol", decía
su simpleza, "si no, no tendríamos trabajo".
....... ESTAMOS VIVOS, HERMANOS (Cachilo).
Traté de desentrañar su misterio, en el poco tiempo
que lo conocí. Se contaban historias: que había estado
preso (tenía marcas de presidiario en las muñecas y
en los antebrazos), que había tenido familia pero la había
abandonado dejando trazas de sangre.
....... YO ME ACOSTUMBRÉ A VIVIR
SIN LA COMPAÑÍA DE LA MUJER / SOY CROTO VIEJO SOLITARIO
/ ¿Y USTED COMPAÑERO? Eso escribía Cachilo en
las calles de Rosario.
Hasta que un día, luego de una alérgica enfermedad que
le empezó a hinchar su cuerpo desde las raíces (a aquel
que no mostraba raíces), se enfrentó a mí que
siempre le pedía explicaciones. Fue preciso:
Me llamo Santiago Barzola. Nací un 13 de febrero en el barrio
San Antonio del Puerto. Nunca te olvidarás de mí, chilenito.
Y se subió a un camión y se fue, sin volver la cabeza.
Erguido como su orgullo.
....... Nunca más supe de él.
....... Leo, pienso otras cosas:
"Originaria de las islas del Pacífico principalmente,
perteneciente a la familia de las Euforbiáceas. Se conoce en
jardinería con la denominación de crotos. Los crotos
son muy decorativos por su follaje brillante y coloreado, así
como por la diversidad de formas. Crece en lugares con luz intensa.
Se desarrolla a la temperatura ambiente del trópico. Los peores
enemigos que tiene el croto son los cambios bruscos de temperatura,
las corrientes de aire y la falta de humedad atmosférica".
Etc.
Pero me quedo con la imagen del centauro.