Adentrarse en las páginas de ÓXIDO, será para el lector, no sólo un ejercicio literario sino además un acto de valentía. Es tomar entre las manos y tirar con fuerzas de un gran trozo de fierro que porta historia y como tal la vida. Es hierro y peso, tiempo y oxígeno lo que nos muestra ÓXIDO, aquello que dará sentido a muchas existencias.
El Premio Nobel Octavio Paz, señala que el poeta es un vigía del tiempo, yo agregaría que este oficio es de pasado y futuro. Vigilante infatigable de amenazas y acechos, pero también de sueños y utopías de tiempos mejores. En el caso de nuestro autor Marcelo Arce, le agregaría además el oficio de guardagujas; un obrero formado en aquellos tiempos, en los que era menester manejar las agujas en los cambios de vías de las líneas del ferrocarril. Magistralmente nuestro poeta activa versos y dirige palabras, mueve flechas raudas y melancólicas, dolorosas y galopantes. No deja lugar a la monotonía, en su movimiento constante e imperioso, como una flecha impulsada por el destino, como locomotoras libres que saben muy bien adonde se dirigen.
Sin miedo a las palabras, a los recuerdos, al dolor lacerante de los oficios que marcan vida y muerte, Arce Garín nos lleva a la infancia de los que transitamos por San Bernardo, por esta ciudad de trenes y silbatos; saltando entre durmientes, practicando nuestros primeros equilibrios sobre rieles, recogiendo dedales de oro, para llevarlos a nuestras madres, aunque siempre los recibieron marchitos. La infancia siempre es viaje de ida, ilusión, esperanza, proyecto…un reloj de arena con todo el tiempo como devenir. El viaje de regreso es desde lo vivido, desde el recuerdo, desde los lugares que duelen, desde la injusticia y la consciencia herida. Es el reloj de arena invertido, con todo el tiempo que se agolpa en lo angosto del presente.
Muy cierto, los estudiantes que fuimos, guardamos el romanticismo de esa bandada de palomas en vuelo que era el ver salir montados en bicicletas y por cientos a los maestrancinos al medio día, inundando la avenida Portales. Nuestros horizontes románticos y protectores eran el cerro Chena y la línea férrea. El mismo que más tarde sería un refugio de muerte e injusticia que encerraría nuestro vuelo ingenuamente libre en la pobreza y el miedo… en el cual sólo la poesía y la resistencia intentaban mantener con vida la esperanza.
”El destino nunca forjó nuestro camino
Nos convertimos en mediocres y parias
En la poblaciones arrastradas hacia el sur en dictadura
La derrota es nuestra única medalla”.
Otro tópico valioso que me gustaría destacar es el oficio de gran historiador de Marcelo… Oxido es una poesía social y cronista (imposible no evocar a Nicomedes Guzmán, Manuel Rojas o al historiador Gabriel Salazar), también es una poesía de tipo épico –histórica; en su escritura cargada de héroes, aunque anónimos y cotidianos, todo es certero, no existen las marcas, ni los tiempos ni sucesos inventados; gran conocimiento de la historia contemporánea local setentera, de cantantes y música de épocas que corresponden a su prehistoria cronológica. Describe en detalle a obreros y oficios reales como los talleristas, vendedores de malta, bilz y pílsen, el vendedor de maní, el sapo de las micros y tantos otros, borroneados por los años. Fábricas, productos manufacturados, juguetes y utensilios Shyf en cada casa en cada niño, materias primas que marcaron nuestro ser patrio, cuando aún existía lo made in chile, antes de la segunda venida de los imperios colonizantes. Antes del genocidio.
Lo antropológico social; se asoma en esta obra, desde lo etnográfico, marcando la diferencia de clases y cultura, es un material para el pueblo, gritado desde el pueblo, sin dobleces, con boleros genuinos entre versos Es una voz directa y sin miramientos, acusadora y sancionadora. Que además desde lo psicológico, aborda las dos grandes pulsiones que conlleva el ser humano a ser; el eros y thanatos, vida y muerte atravesadas inevitablemente por todo lo que conlleva la existencia; creación, amor, goce y generación de energía libidinal y sus polos opuestos; el término, el abandono, el despojo y el dolor… En medio de ello sin embargo, resurge la memoria, la trascendencia, la consciencia atormentada por el nombre de los muertos que no descansan, por el grito multiplicado de sus lápidas.
La obra OXIDO, es en resumen vida y muerte resucitada, lo que resurge de las cenizas a través de la palabra, lo que vuelve a ser grito luego del silencio, aquello que sigue siendo y palpita en cada verso valiente y vivo como todo gran escrito.
Marcelo Arce Garín, muchas gracias por este texto tan intenso y fundamental.
San Bernardo noviembre 11 de 2023
Durante la presentación, Claudia Godoy, Marcelo Arce Garín y Claudio Quintanilla
11 de noviembre 2023. Junta de Vecinos de la Villa Nueva San Bernardo.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Palabras para la presentación de "Óxido" de Marcelo Arce Garín
Por Claudia Godoy Lueiza
Publicado en EL IRREVERENTE, 14 de noviembre 2023
