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        Presentación del libro "Con Viento a Favor" de Jorge Arrate Mac Niven:
Memorias que reflexionan
         Por Marina Arrate
 
        
        
          
        
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"cada nación ha elaborado en su tradición un modelo  de escritura autobiográfica...La manera
 
          que cada escritor eligió para contarse  a sí mismo dice mucho de lo que sus naciones han
 
          alcanzado y aquello que han  perdido para siempre". [1]
          Alejandro  Patat
        
          Es muy  grato para mí presentar este primer tomo de las Memorias de Jorge Arrate Mac Niven.  Muy grato porque me siento honrada, y porque se trata de un texto cautivante,  muy bien articulado, allí donde precisamente la escritura del pasado va  conjugando y entretejiendo en su caso la biografía individual y la historia  nacional. La historia de Jorge Arrate es también nuestra historia.
        Desde el punto de vista literario,  las Memorias pertenecen a las escrituras de la categoría denominada como  Géneros del Yo. Desde hace dos décadas o incluso un poco más, los estudios  contemporáneos han estudiado con acuciosidad las características de estos  textos pertenecientes a  los géneros del  Yo: memorias, diarios, epistolarios, autobiografías. Estas escrituras se han  ido convirtiendo en apasionados objetos de estudio, para disciplinas como la  historia, la filosofía, la sociología, el psicoanálisis, la literatura.
          
          
Recojo algunas observaciones en  relación a la escritura de Memorias. Desde Rousseau, leo,  aparece un nuevo tono autobiográfico:  sincero, directo, categórico, con un acento fuerte puesto en la infancia y con  un énfasis nuevo en aquello que se sintió cuando acaecieron los hechos.
        Y es en el siglo XIX cuando la  autobiografía se convierte en memoria histórica. Por un lado, la memoria  revolucionaria, y por el otro la memoria del ascenso y reafirmación de la clase  dirigente. La memoria testimonial nace como resultado de los conflictos  políticos de la época. Se presenta como la narración heroica de un Yo, en lucha  por los ideales de un grupo. Y es el relato celebratorio sobre todo de la  juventud, en que se forjan los grandes ideales.
          
          Esta  línea de desarrollo se encuentra presente en este primer tomo de las Memorias  de Jorge Arrate. Se da cuenta en él de las características de la familia de  origen, el desarrollo de la infancia con sus grandes vicisitudes, los años de  formación, y finalmente su  participación  política como principal encargado de lo que se denominó en ese entonces la  expropiación de la minería del cobre, y más tarde como Ministro de Salvador  Allende en el Gobierno de la Unidad Popular.
        Como decía en un comienzo, la  historia de Jorge Arrate es también nuestra historia. Revisitar en la propia  memoria y desde la propia experiencia los sucesos que ocurrieron desde 1970  hasta el Golpe Militar de 1973 instala sobre la mesa de la nación, del relato  de la nación, lo que fue luego oculto, vilipendiado, despreciado, negado,  reprimido y tergiversado durante los 17 años que duró la Dictadura Militar, y  que aún hasta hoy continúa puesto en cuestión por los sectores golpistas de la  nación. En este primer tomo de sus memorias, que con razón se denomina Con  Viento a Favor, se cumple esa característica de las memorias históricas: relata  la construcción de un Yo que lleva aparejada la optimista construcción del  Socialismo a la Chilena, de la Vía Democrática al Socialismo, cuyo  representante ejemplar y paradigmático fue Salvador Allende y  de quien Jorge Arrate fue gran colaborador.  Este relato es, desde ese punto de vista, "desde adentro".
          
          Por otro lado, "cuando  Descartes escribió sus Meditaciones, puso el Yo en el centro de la especulación  metafísica. Desde entonces, la representación y la narración de sí mismo no ha  podido escapar a ese derrotero filosófico, según el cual, narrar la propia vida  es, antes que nada, pensarse a sí mismo".[2]
        La pregunta por sí mismo, por la  propia identidad, por la construcción de un sentido de la propia vida, por la  construcción de un futuro, por otra, - características del género de las  memorias - se abre paso de manera explícita en las páginas de la obra. La  siguiente cita ilustra varias de estas observaciones:
         Cito: 
  "Sí, revivo, reinterpreto,  significo episodios de mi existencia. Cada vez que forjo una representación  escrita de mi visión, algo ocurre en mí. ¿Seré más bondadoso, más prudente, más  escéptico, más ilusionado? ¿O más hiriente o más egoísta o más olímpico? ¿O más  rencoroso? ¿Seré mejor o peor de lo que soy? Es difícil decir cómo afecta  contar buena parte del camino que uno ha recorrido. A ratos desalienta, a veces  alegra, agita y anima a celebrar. Pero producir recuerdos también agota y  surge, inmensa, la duda sobre su relevancia. ¿Por qué escribirlos? Hay, creo,  varias respuestas, pero una es para mí la básica: me gusta escribir, me gusta  hacerlo a diario. Y la propia vida es un tema inagotable que sólo termina  cuando uno ya ha dejado de ser. Quizás algo árido por momentos, porque lo que  ocurrió en la realidad tiende a imponerse como pauta y la imaginación pierde  grados de libertad."[3]
        Lo que vuelve además apasionante la  lectura es la construcción del texto por la vía de un flash back continuo. El  texto va del presente al pasado, y de nuevo al presente, con rapidez, energía,  agilidad, sorpresa, que es lo que mantiene vivo el relato, y que permite  sostener que se trata de un texto que reflexiona. ¿Quién fui yo? Cuáles fueron  los sucesos que ocurrieron? Por qué sucedieron de esa manera? Qué edad es ésta?  ¿qué fue lo que hice? ¿Cuál es el futuro? ¿Quién seré? Cómo seré? A ratos, se  filtra, se deja vislumbrar como un destello, una ligera melancolía.
          
          Leo una cita que me pareció, a mí,  sorprendente e interesante. El narrador está ubicado en el mes de octubre de  1971. "Allende, el Ministro Cantuarias, otros funcionarios y yo viajamos  en un avión pequeño. Destino: Chuquicamata. Se aproxima una nueva negociación  colectiva entre la empresa y los sindicatos y el Presidente ha decidido  involucrarse y proponerle a los trabajadores un cambio de modelo  salarial....Durante el vuelo, el Presidente hojea unos papeles. Estamos  sentados al frente. Luego de algunos minutos me pasa unas hojas y me invita a  leerlas. "Muy interesante", me dice. Es un texto presentado a un  seminario internacional que se realiza en Santiago y en el que se discuten ponencias  sobre "la vía chilena al socialismo". La que tengo en la mano trata  de cómo usar los instrumentos propios de un Estado capitalista para la  construcción de uno socialista. ¿Es posible o es un despropósito? Se trata de  un tema polémico desde el punto de vista teórico, que provoca ardorosos debates  en nuestra izquierda, encabezados por los que tienden a cuestionar la vía  transformadora propuesta por la Unidad Popular. El texto problematiza la  cuestión, pero el autor se inclina por admitir que un proyecto con esa característica  puede, en ciertas condiciones, tener éxito. Es un italiano. Se llama Lelio  Basso. No sé quién es, tampoco sé que llegaré a conocerlo y frecuentarlo  durante mis dos primeros años de exilio en Roma.
         Claro, en ese momento no adivino  siquiera que alguna vez estaré exiliado y Roma no existe en el futuro que me  imagino entonces. Pero, me pregunto ahora, ¿me imaginaba mi futuro? No recuerdo  haberlo hecho, no recuerdo haber pensado siquiera por cuánto tiempo ejercería  mi cargo ni qué me hubiese  gustado hacer  después. No sabía qué era después. Aquellos años nos envolvieron de un modo tal  en sus retos y contradicciones que, creyentes en un proyecto colectivo, una  utopía con todas sus letras, no éramos capaces de imaginar un futuro personal  que estuviese entre el presente y la victoria final, que significaba....¿qué?  ¿Qué era la victoria final?"[4].
         Esta alucinante relato que va del  pasado al presente al pasado al presente es una de las características ya  mencionadas de las Memorias de Jorge Arrate, y que precisamente le permite y  nos permite reflexionar sobre los sucesos acaecidos. "¿Qué? ¿Qué era la  victoria final?"
         Esta cita larga que corté yo en la  pregunta sobre la victoria final me recuerda a mí el Congreso sobre las Utopías  que Jorge Arrate, en su calidad de Ministro de Educación del Presidente Aylwin  organizó en Santiago, en agosto de 1993, cuando ya estaba de regreso en Chile.  Seguramente Jorge Arrate hará mención de este Congreso en el tomo o los tomos  que continúen a éste. La pregunta sobre las utopías está ya muy desprestigiada,  así como otros tópicos que en su tiempo fueron fundamentales. Y sin embargo,  como ya sabemos, - Freud dixit- el retorno de lo reprimido es una ley  ineludible.
          
          Y la cito, además, por curiosidad.  Jorge Arrate no ahonda en la pregunta ni la responde.  Un buen momento de "suspense", que  alienta a seguir leyendo, a seguir su pensamiento y a conocer sus conclusiones.
          
          Las Memorias de Jorge Arrate  comportan además esta clase de interpolaciones: se encuentran entre sí los datos  históricos, los recuerdos biográficos, las reflexiones políticas, la  introspección, el humor, el relato de costumbres, la descripción de amigos,  compañeros políticos, adversarios, e incluso el carácter de los queridos  animales domésticos. 
          
          Vuelvo a la cita con la que comencé  la presentación. El relato autobiográfico de Jorge Arrate impugna el quiebre  del relato de los sucesos históricos de Chile. Un texto que reflexiona y que  permite pensar acerca de la quebrada y compleja deriva política de la nación, y  acerca de la constitución de los sujetos que formaron y forman parte de ésta,  nuestra historia. 
        Aún es arduo recomponer las redes de  significación de los sucesos del 11 de Septiembre de 1973. El Golpe Militar  rompió el tejido social, rompió los códigos de comprensión de la realidad al  imponer una lectura distorsionada de los hechos que en ese entonces  ocurrieron.  Ahora lo llamaríamos una  post verdad. Rompió las leyes de convivencia social, socavó la capacidad de  análisis al distorsionar y ocultar los hechos, naturalizó y justificó la  violencia, y puedo seguir. Lo que sostengo es que las Memorias de Jorge Arrate  permiten continuar con esa labor lenta de reconstitución de los hechos, de  reparación y de elaboración continua y permanente de la herida que significó el  Golpe Militar de 1973.
          
          Este primer tomo se cierra  precisamente con el Golpe. El relato casi espeluznante de cómo Jorge Arrate se  salva por unos pocos minutos de aterrizar en Chile y ser capturado con todas  las consecuencias que eso tuvo para los que permanecieron en Chile, y que él  relata en el libro, es francamente novelesco. Grand Finalle.  Y así como las antiguas novelas por entregas,  resulta imposible no esperar el tomo que sigue.
          
          Gran  libro de Jorge Arrate.
         
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        Citas:
        [1]   Patat, Alejandro: "El triunfo literario del Yo  al desnudo". Artículo escrito para el Diario La Nación, Argentina. Día  viernes 19 de junio de 2015:
                      www.lanación.com.ar/1802857-el-triunfo-del-yo-al-desnudo
          [2]  ibid.
          [3]  Arrate, Jorge: Con Viento a Favor. Volumen I.  Del Frente Popular a la Unidad Popular. Ed. Lom, Santiago, Chile, 1917. p. 122
          [4]  Ibid, p. 372.