... Uno de los aspectos más
interesantes de la nueva poesía chilena (1), lo constituyen las
relaciones que el hablante suele establecer con su enunciado, con su
acto enunciativo y con otros enunciados, dando origen a discursos de
carácter metapoético o metalingüístico (2). Dicha práctica suele darse
de acuerdo con las modalidades ya conocidas y usadas por poetas
antecesores (3). Con respecto al modo de estructuración de esta
práctica en los textos de la nueva poesía chilena, se observa que ella
va desde el simple carácter anecdótico, pasando por tratamientos
escriturales en que es elaborada en forma más totalizadora, hasta
llegar a algunos casos en que la misma alcanza aspectos singularmente
complejos y originales. En términos generales, puede afirmarse que la
mayor parte de la poesía que introduce procedimientos metapoéticos no
ofrece variantes innovadoras con respecto a la escritura metapoética
anterior, aún cuando, la práctica de este procedimiento se ha hecho
cuantitativamente significativa. Por otra parte, el carácter de dicha
práctica se encuentra marcado persistentemente por la ironía y la
desmitificación, apreciéndose en la misma una actitud ostensilemente
crítica frente al lenguaje (4).
...
Probablemente, los ejemplos más relevantes de metapoesía, entre otros
muchos elementos inovadores que introduce, pueden encontrarse en el
trabajo de Juan Luis Martínez (5). En el subconjunto VI, denominado
"La Literatura", de La nueva novela (6), se encuentra el texto
"El Cisne Troquelado", cuyo análisis parcial ofrecemos a continuación.
En este análisis tocaremos apenas un aspecto de la red de relaciones
que el mismo artículo intra y extratextualmente, lo contrario
implicacría el examen de parte significativa de La nueva
novela, empresa que desbordaría las posibilidades de esta
nota.
... Este poema se compone de tres
segmentos ("estrofas") numerados y subtitulados respectivamente: (La
busqueda). (El encuentro) y (La locura). El hablante se encuentra
configurado en su grado cero de presencia formal. Se trata de un
hablante formalmente indeterminado, cuya "presencia subrepticia" le
imprime a la frase (al verso) un carácter de proposición acertiva
impersonal (7). La negativa a la presencia superlativa del mismo como
parámetro ordenador y/o productor del discurso, posibilita el
desplazamiento de la atención hacia la dimensión puramente textual
acotando con precisión el acto lectural.
I
(La
búsqueda)
La página replegada
sobre la blancura de sí misma. La apertura del documento
cerrado: (EVOLUTIO LIBRIS). El pliego / el manuscrito: su
texto corregido y su lectura. La escritura de un signo entre
otros signos. La lectura de unas cifras enrolladas. La
página signada / designada: asignada a la
blancura. |
... Tenemos pues, un texto que
al diferir (8) la presencia del hablante privilegia la
presencia de su propia textura, textura que comienza por explicitar la
dialéctica entre la página y la escritura en una obvia referencia a
Mallarmé.
... La manifestación del
carácter significante de la página, de su materialidad que posibilita
la huella escritural; la exhaustiva alusión a ciertas claves: página,
blancura, evolutio, lectura (connotando con dicha palabra la
idea de evolución que despierta en castellano), la idea de signo y, en
suma, la idea general de Libro, este segmento comienza por ser, como
decíamos, una alusión constante en la idea de página blanca. Es decir,
el signo cuyo carácter significante fue cogido por Mallarmé analogando
su blancura al silencio. La albura de la página como significante del
silencio en la estructura musical del Libro, mientras que los signos
negros (las letras) en la unidad del verso, serían, también por
analogía, los significantes de la música poética. El libro mallarmeano
debería ser estructurado considerando la necesaria interacción de
estos dos significantes. El carácter metapoético de este texto se
torna pues evidente en la medida que se constituye en un discurso que
remite incesantemente a otro discurso perfilándose como un intento
reflexivo cuyo proceso consiste en tocar los puntos centrales de una
teoría. Este juego metapoético se da por el conocido expediente de la
intertextualidad (9) el cual, como se sabe, puede operar por la
referencia al "ámbito" de una teoría y no necesariamente a una
práctica determinada; ni siquiera a un discurso teórico como tal. No
obstante, la evocación explícita de "maneras de hablar" del discurso
mallarmeano y sus variaciones (o transformaciones) en este texto, lo
acercan más bien a lo que Todorov conceptualizó bajo la denominación
de discursos polivalente (10).
II
(El
encuentro)
Nombrar / signar /
cifrar: el designio inmaculado: su blancura impoluta: su
blancor secreto: su reverso blanco. La página signada con el
número de nadie: el número o el nombre de cualquiera: (LA
ANONIMIA no nombrada). El proyecto imposible: la
compaginación de la blancura. La lectura de unos signos
diseminados en páginas dispersas. (La Página en Blanco): La
Escritura Anónima y Plural: El Demonio de la Analogía: su
dominio: La lectura de un signo entre unos cisnes o a la
inversa. |
... Al realizar la lectura de
este segmento,, observamos que las relaciones con el discurso
referente parecen ser de carácter homológico (11). En efecto,
si la nota definitoria y persistente en la estructura de este texto
consiste en la supresión formal del "hablante", en el proyecto del
Libro mallarmeano lo es la aspiración al rescate de la blancura (el
silencio) de la página: espacio significante que permitiría el
correcto ejercicio de la "voz" polifónica del cisne (el poeta), cuyos
signos allí diseminados deberían borrarlo en su "anonimia plural" como
ocurre por ejemplo en Un Coup de dés. Por un lado, el signo
(blanco) de la página, que parece haber sido clausurado por la
presencia dominante del signo (negro) de la escritura impidiendo así
la notación del verso verdadero: aquel capaz de representar al Verbo
(o absoluto), impidiendo por lo mismo, el canto verdadero del cisne y
su consecuente borradura ascética (12), por otro, la postergación de
la presencia del sujeto de la enunciación (el "hablante") y la
consiguiente liberación de la escritura del servicio a la instancia
minimizadora, intimista, del yo privado, permitiéndole la expansión
hacia el juego de la intertextualidad. En suma, el signo (blanco) de
la página (el silencio) y el "hablante" anónimo, parecen ser los dos
términos puestos en relación mediante la vinculación con un tercero:
la escritura; como metapoesía en un caso (el de este texto), como la
notación del canto en el otro (el proyecto malarmeano), relación que
nos permitiría, no sólo "la lectura de un signo entre unos cisnes..."
o "la lectura de un cisne entre unos signos...", sino también la
lectura (crítica) del sentido metafísico de semejante proyecto: "el
proyecto imposible: la compaginación de la blancura" en la que habría
de borrarse el cisne. La homología que creemos observar en este juego
intertextual, está dada precisamente por la diferencia que es posible
establecer a nivel de la estructura global de este texto con respecto
al universo discursivo mallarmeano, con el cual se relaciona por lo
demás, de manera imprecisa (a excepción quizás de la mención del
ensayo El Demonio de la Analogía) pues, a pesar de la analogía
superficial entre algunos elementos de este texto con elementos
correspondientes del discurso referente (léase: ausencia del
hablante/anonimia del cisne en la página blanca), la relación entre
ambas escrituras es, como veremos, de oposición.
III
(La
locura)
El signo de los signos
/ el signo de los cisnes: El troquel con el nombre de
cualquiera: el troquel anónimo de alguno que es
ninguno: "El Anónimo Troquel de la Desdicha": ............................................................
SIGNE
........................CYGNE ........................................................
Le ...............blanc de le ...............Mallarmé ............................................................
CYGNE ......................
SIGNE (Analogía troquelada en anonimia): el no
compaginado nombre de la albura: la presencia troquelada de
unos cisnes: el hueco que dejaron la ausencia compaginada en
nombre de la albura y su designio: el designio o el diseño
vacio de unos signos: el revés blanco de una página
cualquiera: la inhalación de su blancura venenosa: la
realidad de la página como ficción de sí misma: el último
canto de ese signo en el revés de la página: el revés de su
canto: la exhalación de su último poema. (¿Y el signo
interrogante de su cuello ... (?)
?: reflejado en el discurso del gua: ..............(¿) ....... : es una errata). .................................... (¿Swan
de Dios?) ( ¡Recuerda Jxuan de Dios!) : ( ¡Olvidarás la
página!) y en la suprema identidad de su reverso no
invocarás nombre de hombre o de animal: en nombre de los
otros: ¡tus hermanos! también el agua borrará tu
nombre: el plumaje anónimo: su nombre tañedor de
signos
borroso en su
designio ...............................................................
borrándose al borde de la
página...
|
... No
podemos confundirnos con los elementos que en la supeficie aparecen
vinculados analógicamente por cuanto ellos se insertan en sistemas
diferentes. Y lo que resulta decisisvo en toda homología es
precisamente, lo anterior: que se destaquen, no las semejanzas entre
los elementos, sino las diferencias entre los sistemas. Una lectura de
estas diferencias articuladas en el presente juego intertextual puede
establecerse así: La supresión formal del hablante de "El Cisne
Troquelado" no tiene de ningún modo el mismo sentido que el retiro del
hablante mallarmeano al silencio (la blancura) de la página. Su
ausencia no es más (tampoco es menos) que la clausura del lirismo en
favor del trabajo referencial metapoético que el texto desarrolla. Sin
embargo, ¿qué significa esta misma aspiración en el proyecto de
Mallarmé? El movimiento negativo articulado por la obra pura en
su sistemático desprecio del dato sensible conduce necesariamente a la
erradicación del lirismo en la medida que este es también una fuente
de "impureza". "La obra pura implica la desaparición elocutoria del
poeta, que cede la iniciativa a las palabras movilizadas por el choque
de su desigualdad" -plantea Mallarmé. El carácter de esta negación
obedece pues al impulso ascético de permitir que la obra sea un
trasunto del ser (la idea). He aquí la diferencia entre ambas
tentativas. En el texto que leemos el repliegue del hablante da paso a
la crítica metapoética; en Mallarmé el hablante lirico desaparece para
acceder al absoluto. La analogía entre ambas negaciones se quiebra así
por su inscripción en proyectos escriturales contradictorios. La
escritura crítica metapoética de este texto trabaja siempre para
configurar la relatividad, la precariedad de toda empresa de
conocimiento platónico de la belleza, lo ilusorio de toda tentativa de
acceso a una identidad o mismidad de ser: (la locura).
... El análisis permite entrever, parcialmente,
la radicalidad del proyecto de J. L. Martínez en el horizonte de la
práctica poética actual. Su trabajo metapoético es un recurso extremo
que indica las fisuras de una tradición que, por inevitable, ha de
asumirse en sus zonas de máxima tensión, aquellas que tocan
directamente el campo de fuerzas de una ideología replegada incluso en
los proyectos históricos más innovadores. En este sentido, su trabajo
desata posibilidades no avisoradas en el amplio panorama de la
literatura anterior y ello por cuanto nadie antes había asumido
cabalmente, es decir en sus límites, las prácticas que siempre han
gravitado y orientado semejante literatura. Nada más distante en el
trabajo de J. L. Martínez que la simple inscripción en dicha
tradición.
* El presente trabajo constituye el
desarrollo de algunos juicios analíticos sobre "El cisne troquelado"
de J. L. Martínez, expuestos en el contexto de mi tesis: Poesía
Chilena de la última década: un fenómeno de divergencias
(Universidad Austral de Chile), 1986.
NOTAS
1.- Nueva en un doble sentido: 1) su
reciente irrupción en el panorama de nuestra literatura y 2) el
carácter de gran parte de sus productos.
2.- Metalingüísticos es un
lenguaje (simbólico) que se refiere a otro lenguaje (Objeto);
metapoético será, en consecuencia, aquel discurso poético que se
refiere a sí mismo (tomándose como objeto) o a otro discurso del mismo
género e incluso, a un metalenguaje. Para una mayor clarificación al
respecto, vid. BARTHES, Roland, "Literatura y meta-lenguaje", in:
Ensayos críticos. Barcelona: Seix Barral, S. A., 1973, pp.
127-128.
3.- Citamos a este respecto como ejemplo insigne, el
lúcido trabajo de Enrique Lihn.
4.- Carlos Cociña ha señalado que
la poesía que articula su práctica como "una reflexión sobre el propio
quehacer y, por ende del lenguaje y todas las instancias
comunicativas", esto es, la poesía neovanguardista. se
encuentra "marcada ideológicamente por una oposición al autoritarismo"
instancia que se encontraría presente en dichas obras, más allá de una
"emisión directao analógica de juicios sobre la realidad" por una
"emisión directa o analógica de juicios sobre la realidad" por una
"relación obra-realidad histórica vista desde una perspectiva
homológica". COCIÑA, Carlos, Tendencias literarias emergentes.
CENECA, Documento de Trabajo, Santiago de Chile, p. 33.
5.- El
trabajo de este escritor carece en nuestra opinión, de equivalentes en
el panorama de la poesía chilena contemporánea. El carácter complejo y
radicalmente innovador de su obra ha desbordado los presupuestos de
una crítica impresionista, carente de instrumentos eficientes de
juicio, poniendo en evidencia la pobreza de sus medios y, en
consecuencia, su tradicional impostura.
6.- MARTINEZ, Juan Luis,
"El cisne troquelado" in: La nueva novela. Santiago, Ediciones
Archivo, 1977, p. 87.
7.- Más allá de lo cual sería imposible
etablecer que el carácter yuxtapuesto de las frases parece ser un
recurso "evocativo" de la particular sintaxis mallarmeana sobre la
cual ha escrito Thibaudet: "Il semble que Mallarmé soit gèné dans une
langue à flexion... Son idéal serait des caractères juxtaposés, sans
phrase ni grammaire, où l`ordre syntaxique ne déformerait pas la
pureté des mots, où l`esprit de la syntaxe serait chez le lecteur, non
la réalite de la syntaxe sur le papier..." A. THIBAUDET, La poèsie
de mallarmé. 2a. ed., París, 1926. Citado por KAYSER, Wolfang in:
Interpretación y análisis de la obra literaria. Editorial
Gredos, Madrid, 1968.
8.- En el doble sentido de retardar y hacer
diferente. Por cuanto la ausencia formal del hablante, su "vistosa"
ausencia, no implica su desaparición por cuanto su propio enunciado lo
determina, para la noción de "diferencia" o "differentia", véase
DERRIDA, Jacques, Tiempo y presencia, Editorial Universitaria,
1971, pp. 102-13. Véasetambién la nota 28 del traductor.
9.- Para
el concepto de intertextualidad remitimos especialmente a los trabajos
de BARTHES, Roland, Análisis estructural del relato, Ed. Tiempo
Contemporáneo, Buenos Aires, 1970, y KRISTEVA, Julia, "Poesía y
negatividad"in: Semiótica, (v.2) Editorial Fundamentos Madrid,
1981, (2a. ed.) pp. 55-93. Puede consultarse el concepto expuesto
sintetcamente en HOZVEN, Roberto, El estructuralismo literario
francés, Ediciones del Dpto. de estudios humanísticos. Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile, Santiago, 1979,
p. 126.
10.- Cf. TODOROV, Tzvetan, Poética, Losada, Buenos Aires,
1973. Este concepto aparece en Hozven, Roberto, Op. cit. p.
103.
11.- Véase el concepto de homología, así como de modelo
homológico in: HOZVEN, Roberto, Op. cit. p. 125.
12.- El rescate
mallarmeano de la página, cuyo olvido dictado por el peso del
idealismo metafísico parecía condenar al poeta a su reves negro, a los
signos de una escritura vicaría del habla, de una escritura, en suma,
logocéntrica, no es el rescate de su materialidad en tanto la misma se
resuelve a su vez en significante del silencio; gesto todavía inscrito
en la dialéctica idealista.
En Página Dura.
1994