Juan Luis Martínez

 
 

 

 

Poemas inéditos y dispersos
El otro Juan Luis Martínez


La edición póstuma de "Poemas del otro" (Ediciones Universidad Diego Portales)
revela la faz lírica de un autor complejo y misterioso.


Por Pedro Pablo Guerrero
en Revista de Libros de El Mercurio. 20 de Septiembre de 2003

 

En los próximos días los lectores de Juan Luis Martínez encontrarán en librerías un volumen donde se reúnen poemas dispersos (algunos ya publicados), entrevistas al autor y el libro inédito Poemas del otro, que formaba parte de un proyecto mayor titulado El poeta anónimo (o el eterno presente de Juan Luis Martínez), en el que el autor trabajó, al menos, los últimos catorce años de su vida, y cuyos manuscritos pidió destruir luego de su muerte.

Espero no cometer un error, afirma Eliana Rodríguez, viuda del poeta, quienentregó estos inéditos para su publicación, contrariando la voluntad de su marido. Decisión, por cierto, que tiene antecedentes notables y bien conocidos. La diferencia con el caso de Kafka - replica Eliana Rodríguez- es que Brod era su amigo, no su mujer. Yo a Juan Luis le hice una promesa. Es algo que me inquieta tremendamente, pero habrá que arriesgarse. Me da tranquilidad que el libro esté a cargo de gente muy responsable que conoció a Juan Luis cuando estaba vivo.

En efecto, Cristóbal Joannon (1974), editor de Poemas del otro, visitó al autor meses antes de su muerte. El diseño del libro está a cargo del artista Carlos Altamirano, amigo de Martínez y conocedor de su obra. Matías Rivas, director de extensión y publicaciones de la Universidad Diego Portales, entrevistó en 1992 al autor de la Nueva novela y, desde su actual cargo, fue el principal impulsor de este volumen, el primero de una serie dedicada a poetas chilenos.


Juego de heterónimos

Hace diez años, el germen de Poemas del otro fue una carpeta con versos de Martínez dispersos en revistas, diarios y libros antológicos. Se transformó en el proyecto de investigación que Cristóbal Joannon hizo para obtener su título de periodista en la Universidad Católica. También incorporaba extensos apéndices acerca de la gestación de los textos - para lo cual debió hablar con más de veinte personas- y las entrevistas que el autor concedió a Erick Pohlhammer, Roberto Brodsky y María Ester Roblero, así como sus conversaciones con Félix Guattari y Guadalupe Santa Cruz (filmada en 16 milímetros y hasta hoy inédita).

Joannon presentó su investigación en 1999 y, como él mismo dice, quedó anillada durante años, pero sus fotocopias empezaron a circular de mano en mano. Junto a Matías Rivas y Roberto Merino pensaron en convertirla en un libro, pero el proyecto se fue postergando una y otra vez. Este año, Rivas lo llamó de la Universidad Diego Portales: era el momento. Pero los editores sintieron que hacía falta incluir algún material inédito de Martínez. Por menciones en revistas y en una traducción francesa, sabían de la existencia de un poemario inédito, "El silencio y su trizadura", del cual provenían algunos poemas difundidos en la prensa. Luego de hablar con Eliana Rodríguez, ella les entregó una versión mecanografiada del libro, la que encontró escarbando entre los papeles de su marido. La obra, llamada también "Poemas del otro" - título alternativo por el que se optó a petición de la viuda- , estaba compuesta de 17 textos. Tiempo después, Eliana Rodríguez encontró una segunda versión mecanografiada del libro, con más de cien enmiendas.

Con esto - afirma Joannon- tuvimos la certeza de que se trataba de un material terminado, con cierta voluntad pública, por así decirlo, como lo prueba también el hecho de que siete de esos poemas ya habían sido divulgados por Martínez en diarios y revistas.

Pero no fue el último hallazgo. En un nuevo encuentro, Eliana Rodríguez le hizo entrega a Joannon de cinco textos inéditos que no formaban parte de Poemas del otro ni del sistema mayor de "El poeta anónimo". Fueron incorporados a la sección del libro "Poemas dispersos". Los versos recién descubiertos habrían sido escritos entre 1972 y 1990, pues el último se titula "Homenaje a Patricio Marchant", filósofo muerto ese año.

De los inéditos, hay uno que resulta clave: "No sólo ser otro sino escribir la obra de otro".

Ese poema - afirma Joannon- da luz respecto de una estrategia heteronímica que le permite a Martínez escribir textos líricos tan distintos a La nueva novela. La suya es una obra múltiple en la que están en juego asuntos como el del hablante impersonal y la desaparición del autor. Cuando los llama 'poemas del otro', yo me pregunto si se refiere al propio Juan Luis Martínez.

De acuerdo a Eliana Rodríguez, se trataría de El Otro: un personaje creado por el autor dentro de su proyecto "El poeta anónimo", conjunto de libros que incluía poemas visuales y textos de naturaleza muy distinta. Un trabajo ordenado - según Joannon- a partir de los ocho trigramas del I Ching: ocho capítulos dividos en tres partes cada uno. Dentro del plan, Poemas del otro conformaría la segunda parte del quinto capítulo.

Estas inquietudes sobre la identidad, la autoría y "el doble" no deben extrañar en quien fuera un gran lector de Jorge Luis Borges y Fernando Pessoa, escritores a los que volvía constantemente, según recuerda su esposa.

En la biblioteca de Juan Luis Martínez había cinco mil volúmenes, entre los que abundaban los de Vicente Huidobro (que le abrió la ventana de la poesía) y la literatura china, francesa y alemana, así como todos los libros de Enrique Lihn (firmados), las novelas de Sade y cientos de títulos sobre ciencias ocultas. Edmond Jabes fue uno de los autores que más leyó al final de su vida, comprando varios de sus libros cuando viajó a Francia en 1992, invitado al encuentro "Les belles étrangeres" realizado en la Universidad de La Sorbonne, donde leyó su famoso poema "Quién soy yo".

No era dueño del lenguaje

Respecto de sus juegos de identidad, Eliana Rodríguez afirma:

Sentía que no era dueño del lenguaje, y por eso tachaba su nombre. Decía: no soy el autor de nada, el lenguaje le pertenece a todo el mundo, lo que pasa es que yo lo ordené de una manera, pero esto lo puede hacer cualquiera.

Por su parte, Joannon destaca que a Martínez no le importaba escribir bien o mal, sino dar cuenta de sus intuiciones y alcanzar el ideal de una obra donde, según declaró alguna vez, yo no haya escrito nada pero que el libro sea mío. Así también lo sugiere la lectura de su rimbaudiana "Carta poema a Joseph Delteil", incluida en Poemas del otro.

La circulación de estos versos desconocidos revela una fuerza lírica que, para Matías Rivas, viene a refutar la idea de que Juan Luis Martínez era solamente un poeta visual, a la vez que lo resitúa en la literatura chilena.

 

Poemas inéditos

de "Poemas del otro"

Solo para ella

Encontrar el lenguaje
la llave de los mundos
no para cerrar
sino para abrir
terminado el ciclo de lo Oscuro
en adelante, a la Apertura
Pero sobre todo
oh sobre todo
no sumergir
lo que está cerrado
y espera, en la sombra, ser abierto

 

Resistir la felicidad hasta el fin

Si tuviera tu amor a mi alcance
ya no tendría la fuerza para escribir.
Las palabras, la angustia quemarían
en las cobijas de nuestras pequeñeces.

Nos quedaría el dolor
de ser dos en una única soledad
y aquello que me atare a tu cuerpo sería
el olor de nuestra muerte conjugada.

Yo soy mi sexo en el espacio abolido:
penetrarte hasta el estallido
no sería ya vivir:
esa línea sombría entre tus muslos
es el inasible vuelo de la verdad.

La marcha de mis manos
sobre la arena de tu piel:
¡Ah, recorrer hasta la locura
ese desierto donde se dilatan
los dos soles del desvarío!

Yo te abandono mi cuerpo
y la rabia que contiene:
la conquista de la demencia
es el traspaso de la muerte.

Encerrarnos en la carne
es adelantar la muerte
y relegarla en compañía
de nuestros movimientos rutinarios.
¿Qué es una boca
que no desgarra?


Entre piernas

Sexo hendido
Abierto a la claridad
Pasaje transportante a lo más profundo del ser
Labios separados como una fruta reventada
Pulpa del placer y canto promiscuo
Onda espumosa
Tierra de promisión.


de "Poemas dispersos"

No sólo ser otro sino escribir la obra de otro

La gran impostura
el gran Impostor
desvelado
nunca develado
el nombre verdadero
su nombre
el mismo nombre
tantas veces escuchado
tachado
tantas veces repetido
tantas olvidado.

El yo tan innecesario
y maltratado
incinerado
ausente involuntario
sólo por costumbre.

Decir versos
que fueron del otro
que fuiste
cuando tú ya no eras.

Construye tu no-yo:
su ausencia: la tuya.

Para no ser
es necesario
que antes construya
la ausencia
de ese yo, que no
serás nunca

el espacio vacío
del no-yo.


Patológicos putos de la pasión humana

Patológicos putos de la pasión humana
y de la irrevocable falacia patética
os convoco a un vuelo rasante sobre jardines
abiertos a la danza del espacio y el tiempo.

A la sombra propicia y
temperada de vuestras alas
cobijo mis anhelos frustrados
y atesoro el recuerdo quejumbroso
de mi madre dormida en el sollozo del agua.

Yo habitaba ese lugar ¡pasionales amigos!
donde ahora aúllan las piedras
y el oso dormido baila en el viento
y diviso por última vez el perfil tutelar
de mi padre en la roca del valle que llora.

 


 

 

 
 


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