"Un mito discretísimo"
Investigadora española publica biografía de Mario Benedetti
EFE
Domingo 15 de Febrero de 2009
A punto de cumplir los 89 años, la vida y la obra del escritor uruguayo Mario Benedetti están más vivas que nunca y al alcance de los millones de lectores que le siguen desde hace años, sobre todo los jóvenes, con la aparición de su biografía "Un mito discretísimo", escrita por Hortensia Campanella.
La autora percibe a Benedetti como "un escritor vocacional que, ante todo, ha querido comunicarse y lo ha conseguido; humilde, generoso y modesto".
Hortensia Campanella es periodista y actual directora del Centro Cultural de España en Montevideo. Se ha dedicado durante años a investigar la vida, formación, influencias, avatares y exilios del autor de "La tregua", la novela que tiene más de 140 ediciones en más de 20 idiomas.
Publicada por Alfaguara, esta biografía acaba de salir a la calle en España, el país que acogió a Mario Benedetti en 1977, cuando salió de su país exiliado, y donde tiene numerosos seguidores y amigos, como el cantante Joan Manuel Serrat, uno de los muchos admiradores del escritor que dejan su testimonio en esta biografía.
Un libro intenso, con un álbum fotográfico del autor, que tuvo su inicio a raíz de las numerosas entrevistas que Campanella comenzó a hacerle al autor en el año 1980.
"Hice un mapa de su trayectoria vital, de sus amigos, sus viajes... de todo, siempre en relación con su obra", explica la autora. "Hice muchas entrevistas, revisé publicaciones, archivos, busqué documentos y cartas. Y luego vino el proceso de concentración para que la historia de su vida estuviera enmarcada en el contexto histórico, social y político, y por fin, que el resultado fuera atractivo para la lectura", sentenció.
Según Campanella, Benedetti se caracteriza por ser una persona comprometida con su entorno y con el ser humano. "La conciencia del ser humano está contaminada por la conciencia del prójimo", escribe.
En relación a este asunto, Campanella recoge un texto de un ensayo de Benedetti, posterior a 1970, en el que escribe sobre los escritores y el "boom" latinoamericano, movimiento en el que nunca se incluyó al autor uruguayo, al igual que pasó con otros autores que el autor considera importantes.
"A esta altura puede sacarse en limpio que entre los posibles ingredientes del boom figuran el talento y la calidad rentable, como elementos obligatorios, pero en algunos casos (por suerte no demasiado frecuentes) también figura la tendencia a eludir el pronunciamiento de carácter político", dice Campanella.
El escritor uruguayo, que publicó su primer libro de poemas en 1945, con el título "Los poemas de la víspera", es uno de los poetas más versionados por los cantautores, entre ellos, Serrat, Nacha Guevara, o Silvio Rodríguez, cuyo testimonio es uno de los más emocionantes, en palabras de Campanella.
Seguido por jóvenes de todo el mundo, Benedetti, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, además de ser la conciencia poética de todo un continente, es uno de los poetas que más han cantado al amor a través de su poesía, el género que dice preferir.
El autor de "Gracias por el fuego" estuvo casado durante más de 57 años con Luz López Alegre, que murió en 2006, la mujer a la que le ha dedicado todos sus libros, antes y después de que falleciese.
HORTENSIA CAMPANELLA
Mario Benedetti,
un mito discretísimo
Alfaguara, 2008. 400 Páginas
La biografía de un autor
comprometido
La autora
Hortensia Campanella nació en Montevideo en 1947 y ha trabajado como periodista
cultural y crítico literario en numerosos medios de prensa escrita y otras
publicaciones. Actualmente dirige el Centro Cultural de España en Montevideo. Es la
editora de la obra completa de Juan Carlos Onetti.
Frases destacadas
Anécdotas:
«[...] y de pronto una chica muy joven se le acercó con una flor, era un nardo, creo. Se la
dio, y cuando el escritor, un tanto confuso, me la entregó, le pregunté a ella cómo se le
había ocurrido aquello. Y me contestó: “No quería pedirle nada; me ha dado tanto, que
pensé que lo único que podía hacer yo era traerle una flor”.»
«El renombre de Benedetti por el éxito que habían tenido especialmente El Reportaje e Ida y
vuelta, llevó a ese crítico a pedirle al uruguayo permiso para reproducir en su antología un
fragmento de una de esas obras. Y la respuesta de Benedetti fue negativa: “Yo no escribo
buen teatro, el uruguayo que debe estar en esa antología es Carlos Maggi”. Lucidez,
nobleza, honestidad.»
«El escritor era, evidentemente, un claro candidato a caer bajo el interés de los militares.
Pero aquel día de la primavera austral estuvo resistiéndose a los argumentos de amigos y
compañeros durante 6 horas. Al final, debió utilizar una contraseña que había convenido
con su hermano Raúl para el caso de que debiera escapar del país: lo llamó por teléfono y le
dijo: “me compré un traje” [...] Y sin embargo, Mario Benedetti decide volver a
Montevideo y presentarse ante los militares. Sus explicaciones son breves y nada heroicas:
pensó que tal vez serviría de algo para ayudar al compañero. Pero el hecho subsiste como
un raro ejemplo de coraje físico y moral.»
Vida y pensamiento:
«Una vida que ha ido persiguiendo la utopía y que por eso mismo ha encontrado en la
poesía su mejor expresión, o por lo menos, la más querida, la más auténtica.»
«Trabajaba muy intensamente y muchas horas –esa será una constante a lo largo de toda su
vida- [...]»
«Después de la literatura, para Benedetti ha habido dos grandes ventanas hacia otros
pueblos y otras culturas: el cine y los viajes.»
«[...] El autor de Montevideanos vivirá siempre en una aparente contradicción: su tono suave,
su cordialidad y esa apertura inicial ante cualquier propuesta, hace a menudo inesperado
para su interlocutor el encontrarse luego con decisiones firmes, cortantes, de fría
determinación, llegando incluso a la intransigencia, y por momentos, al maniqueísmo,
cuando él cree que se afecta a sus principios. Esa tensión entre calidez y dureza, entre
acogimiento y distancia será una constante en la conducta pública de Benedetti, si bien la
impresión predominante sea ampliamente positiva, de perspicaz curiosidad, de cálida
humanidad en los contactos.»
«Él propone el ejercicio de una palabra clave: la comprensión, pero alerta
premonitoriamente de muchos dolores, dificultades, soledades por venir. Y es que el
desexilio es un proceso en el que ya no somos los mismos que salimos al exilio.»
«Es evidente que Benedetti no solo ha sido un perseguidor de utopías, sino un luchador
que pone toda su sensibilidad e inteligencia en el camino de alcanzarlas, y por ello propone
una y otra vez una posición crítica para el intelectual.»
«La firmeza de carácter de Benedetti va acompañada de una gran sensibilidad que solo
queda al descubierto cuando se trata del dolor, la injusticia, las desventuras de los demás.
Incluso en el trato amistoso y cotidiano es difícil descubrir indicios de una intimidad
golpeada. La mayoría de los testimonios consultados comentan ese celo en asegurar la
reserva, el pudor personal. La poesía es un vehículo certero para descubrir pistas, pero que
pueden ser desmentidas para la investigación biográfica por la ambigüedad propia de la
creación literaria.»
Relación con su obra:
«Es este un ejemplo de la relación peculiar que mantiene Benedetti con su obra, una vez
escrita. No se despreocupa de ella, no la lanza al mundo editorial y se olvida, sino que
busca siempre encontrar medios de llegar al lector del modo más influyente, más atractivo.
Por eso acepta los encargos de seleccionar todo tipo de antologías de su propia obra, por
eso sus textos adoptan conjunciones diferentes, intentando siempre la comunicación. Por
eso también le entusiasmó en cada momento la musicalización de sus poemas, y se dedicó
con rigor y entusiasmo a las adaptaciones necesarias.»
Vida y obra:
«[...] en realidad, después de tantos años de leer y oír los textos de este escritor peculiar, lo
que queda es la convicción de que vida y obra de Mario Benedetti conservan una armonía
especial que recae, como un influjo, como una fuerza, como un regalo, sobre los lectores.
Y, más allá de los vaivenes de esa obra, tan amplia, tan variada, tan arriesgada, por encima
de los desniveles inevitables, de los gustos y disgustos que depara, la coherencia y la
honestidad son de agradecer.»
«Eso siempre le pasó a Benedetti, qué desgracia simpática y desaforada (qué envidia,
bufaron tantos): lo leía la gente, aún bajo la crueldad de la tiranía, lo leían todos.»
«Es, por tanto, una obstinada voluntad literaria la que lo mueve desde tan temprano por los
campos de la poesía, el ensayo literario y el cuento. Benedetti no pierde oportunidad de
escribir y publicar, de arriesgar y, a pesar de su timidez, de exponerse al juicio de los
demás.»
«Su experiencia laboral como oficinista, tanto en el ámbito privado como en el de la
administración pública, nutre sin duda esta primera y provocadora aproximación al tema.
Es sugestivo que sea la poesía la primera expresión de un estado de ánimo lleno de
decepción y rebeldía ante la situación de su país, que luego llamaría “la única oficina del
mundo que ha alcanzado la categoría de república”.»
«En julio de 1958 abandona la dirección de las páginas literarias de Marcha, por una vez, sin
que mediara conflicto alguno, solo para concentrarse en la creación literaria. Es el
momento de iniciar una nueva aventura literaria que tal vez sea el único punto en que él
mismo y muchos de sus críticos coinciden en que ha sido un camino fallido, el teatro. Y
todo a pesar del éxito de público.»
«Son los montevideanos que le proporcionan el material literario que una vez elaborado, en
esos textos primeros, le es devuelto, ofrecido como un revulsivo, como un espejo de la
frustración y el fracaso. Pero la mirada es lúcida y llena de amor, es provocadora y
desafiante, lleva necesariamente hacia el cambio.»
«En ese breve texto [La tregua] aparecen los temas y sentimientos que preocupan y exaltan a
cualquier ser humano de la época contemporánea: la soledad y la incomunicación, el amor y
la sexualidad, la felicidad y la muerte, el conflicto generacional, la ética, los problemas
políticos.»
«Por poco que leyeran los represores y sus cómplices, entre sus libros y sus artículos
periodísticos, entre su accionar político público y sus iniciativas universitarias, Benedetti se
había convertido en uno de los intelectuales considerados enemigos. Y a lo largo de los
años, incluso pasada la dictadura, los sectores más conservadores de la sociedad uruguaya
siempre han atacado duramente su figura, su conducta, su obra.»
«Generalmente Benedetti dice que los temas vienen a su mente con el género
correspondiente; no es lo mismo un germen de poema que de novela o de obra teatral.»
Pasión por el fútbol:
«En cada país que toque en su periplo de exilios, el escritor se interesará por los avatares de
campeonatos y ligas, y frecuentemente encontrará buenos pretextos para aludir al fútbol en
sus narraciones, y en algunos casos, producirá joyas de la cuentística, como el ya
mencionado “Puntero izquierdo”, de Montevideanos.»
Lector de jóvenes:
«[...] Un extraordinario lector de los jóvenes que se asomaban al primer libro, un atento
consejero, un cálido introductor. Ese es, al menos, el testimonio reconocido de muchos
escritores de generaciones posteriores al recordar sus primeros contactos con el escritor ya
consagrado.»
Hombre reservado:
«Y podemos ir más allá, a entrevistas o declaraciones en las que la parquedad y la
contención acerca de los sentimientos íntimos del escritor son patentes. En muy pocas
situaciones se rompe esta regla de reserva.»
La Iglesia:
«Nuevamente, la relación de la religión y sus representantes con el medio social será lo que
atraiga su reflexión. La complicidad de parte de la Iglesia Católica oficial con las dictaduras
latinoamericanas concentrará sus juicios más severos, y al mismo tiempo reconocerá de un
modo entusiasta la labor de aquellos que hicieron una “opción por los pobres”.»
Autoexigencia:
«Esa intención de no dejar nada a la improvisación viene de muy lejos, tiene que ver con
una costumbre de rigor, de búsqueda de fuentes, de explicitación de todos los detalles que
avalen sus interpretaciones, de cuidadosa elección de ángulos de enfoque, del vocabulario
adecuado, del tono más apropiado. Esto implica sin duda esfuerzo, tiempo, dedicación:
cada intervención suya lleva consigo un texto preparatorio, y cada artículo, un proceso
delicado. Esta autoexigencia, que surge ya en sus primeros trabajos críticos y
colaboraciones periodísticas tal vez se deba a cierta inseguridad inicial que lo obligaba a
estar cabalmente a cubierto de críticas y desmentidos, a tener en la mano todas las
herramientas de la polémica, a la cual nunca rehuyó.»
Raúl, su hermano:
«Para Mario el hermano fue primero un juguete, y un compañero después. A lo largo de la
complicada vida del escritor, Raúl ha sido su confidente, su apoyo, y estén donde estén se
hablan por teléfono todos los días. En la madurez, pues, serán amigos y cómplices.»
Convicciones políticas:
«Pero en este año de 1952, solo apuntaban movilizaciones sectoriales y un problema
concreto que provocó la protesta de una minúscula izquierda y de los intelectuales: el
Tratado Militar con los Estados Unidos. Esta circunstancia impulsó a Mario Benedetti a
tomar una actitud militante. El primer acto público de protesta fue su primer acto político,
y con posterioridad llegó a ser secretario del Movimiento Democrático de Resistencia al
Tratado Militar con EEUU.»
«Una de tantas invitaciones del American Council of Education a un intelectual latinoamericano
para dar conferencias en universidades norteamericanas y así “estrechar relaciones”, se
convertirá en una ocasión especial para todo lo contrario: “allí me hice antiimperialista”, ha
dicho Benedetti en múltiples ocasiones.»
«Ese sentido de fraternidad, de preocupación por el igual, por el ser humano cercano,
aparecerá prácticamente a lo largo de toda su obra y en especial es visible en sus poemas.»
«Silvio Rodríguez recuerda los encuentros de jóvenes creadores con Benedetti y sus
conversaciones acerca de que el compromiso no tenía que significar siempre aplauso, que
una forma de defender, de cuidar la revolución, también podía ser la crítica.»
«Militó disciplinadamente desde entonces hasta finales de 1973, luego del golpe de estado
que eliminaría cualquier actividad política. De acuerdo con sus características personales, el
escritor cumplió sus obligaciones de dirigente político con la máxima dedicación y entrega.
Pero siempre se sintió cumpliendo una misión, no ejercitando una vocación. Si en aquel
momento esto sólo se insinuaba, muchos años después, la referencia fue explícita en sus
declaraciones, artículos y entrevistas.»