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Marta Brunet en una edición «arrebatá»
Marta Brunet. Obra narrativa. Novelas. Tomo I. Edición crítica de Natalia Cisterna.
Santiago,Ediciones Universidad Alberto Hurtado-Universidad de Chile, 2014. 956 págs.

Por Ignacio Álvarez
Publicado en Revista Dossier, N° 26. Santiago, Chile. 2014


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La aparición de este primer tomo de la  Obra narrativa  de Marta Brunet, dedicado a sus novelas, es una noticia de la mayor importancia. Por Brunet, por las obras publicadas, por el modo en que se decidió editarlas, en fin, por unas razones que podemos llamar literarias y por otras que tienen más que ver con el contexto en el que este libro aparece.

Se trata de un volumen grande que tira a enorme, y en él podemos encontrar lo siguiente: una magnífica introducción de Lorena Amaro, que sitúa con mucha claridad la obra de Brunet en la historia de la literatura chilena; las ocho novelas de Brunet en edición crítica, un dossier con estudios monográficos a cargo de Kemy Oyarzún y Grínor Rojo, una cronología y una completa bibliografía de las obras de Brunet y de los estudios que se han escrito sobre ella.

Los anexos, las introducciones, incluso las fotografías (escogidas con cuidado y que van puntuando la lectura desde la misma cubierta), son los rasgos que más llaman la atención en una primera mirada. Lo más importante, sin embargo, es un dato menos visible. Se trata de una edición crítica, y eso quiere decir que presenta un texto fiable que reproduce el estado en el que, hasta donde es dable suponer, el autor quiso que leyéramos su obra. El trabajo que toma llegar a ese tipo de texto es enorme. Hay que conseguir los manuscritos, si los hay, y leer todas las ediciones en las que el autor participó. Luego hay que comparar todas esas versiones palabra a palabra, anotar las variantes y escoger la mejor versión, la que corresponde a esa hipotética intención autorial última. Como se ve, es un trabajo minucioso, arduo y paciente. Se sale de él, como le pasa a Natalia Cisterna, convertido en un experto en el autor editado.

Anoto algunos datos que uno aprende apropósito de este trabajo. De las ocho novelas aquí publicadas, cuatro (AmasijoBestia dañinaBienvenido María Rosa, flor del Quillén) no se habían reeditado desde los años sesenta. Eso quiere decir que la imagen de Brunet que nos hemos formado –si es que tenemos alguna– surge de una lectura parcial de sus obras, las que privilegian el tema campesino y su tratamiento criollista: Montaña adentro, sobre todo. Han quedado fuera de nuestro radar, por ejemplo, la espléndida Amasijo, que transcurre en Santiago y que toca la identidad homosexual. Kemy Oyarzún, de hecho, propone que leamos Amasijo como parte de una genealogía en la que está, hacia el pasado, Pasión y muerte del cura Deusto, de Augusto d’Halmar, y hacia el futuro, El lugar sin límitesde José Donoso.

Otra curiosidad. La edición crítica de Montaña adentro que aquí se imprime integra el trabajo de Mario Ferreccio, un conocido filólogo chileno fallecido en 2008. Ferreccio obtuvo de un vendedor de libros usados un cuaderno con el manuscrito de la novela, fechado en 1922, y se dedicó a cotejarlo con sus ediciones y anotar sus variantes. Cuando se supo, hace ya varios años,que Natalia Cisterna trabajaba en este libro, el nieto del profesor puso a su disposición el trabajo adelantado por el abuelo. Un acto generoso, una curiosa transmisión.

Del dossier crítico puede sacarse en limpio que la supuesta adscripción criollista de las novelas de Brunet es discutible, y que sus mujeres «arrebatás» están siempre dando la pelea y saliéndose de los marcos en los que deben vivir (y que les aprietan por todos lados, además). Cata, por ejemplo, la joven protagonista de Montaña adentro, no es ni una madre ni una virgen al estilo de las identidades femeninas tradicionales en Chile. Es una joven deseante y animosa a quien, en el ejercicio de su libertad y su deseo, le cae la «fatalidá» de un hijo y la bendición de un nuevo amor. La anotación del texto, que aclara expresiones propias del campo, difíciles o en desuso, permite saltar la barrera formal, la que nos impide ver en Cata algo más que una «china», y abrir estas nuevas perspectivas.

Con todo, el lugar en el que quedan las novelas de tema campesino en esta edición es bastante provocador. El criollismo, sabemos, es una construcción citadina y masculina que representa desde fuera y desde arriba al campesino y a la mujer. ¿Cómo leer entonces el uso que hace Marta Brunet de su sistema de referencias? Es una excluida que habla sobre otros excluidos, y lo hace utilizando el idioma dominante. Marta Brunet como eximia estratega, como experta lingüista que usa las palabras del otro para salirse con la suya.

La publicación de este primer tomo de la Obra narrativa de Marta Brunet es, en suma, un desafío genuinamente editorial y universitario. Ysu valor puede describirse usando un par de adjetivos que casi nunca se aplican a los trabajos académicos sobre literatura: es un libro relevantey sustancial.



 

 

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Marta Brunet en una edición «arrebatá»
Marta Brunet. Obra narrativa. Novelas. Tomo I. Edición crítica de Natalia Cisterna.
Santiago,Ediciones Universidad Alberto Hurtado-Universidad de Chile, 2014. 956 págs.
Por Ignacio Álvarez
Publicado en Revista Dossier, N° 26. Santiago, Chile. 2014