Paul Roth es una de las voces norteamericanas contemporáneas más notables. Su trabajo como editor de la revista The Bitter Oleander (1997-2021) acaba de cerrar sus puertas después de 27 números de una revista faro de la producción poética al interior de Estados Unidos y la poesía internacional en traducción. Todo proyecto de publicación es un apostolado en favor de la palabra y cuya única remuneración es la oportunidad de leer y publicar el trabajo creativo de otros coterráneos de la ciudad de la poesía. Cada número incluía un poeta invitado, con una entrevista rigurosa de Paul, además de una selección de textos, así que cada número era una lección de poesía. Además de su trabajo como editor de una revista galardonada por su excelencia y calidad, Roth ha publicado en los últimos años los libros: Cadenzas by Needlelight (Cypress Books, 2009), Words the Interrupted Speak (March Street Press, 2011), Long Way Back to the End (Rain Mountain Press, 2014) y Owasco: Passage of Lake Poems (Finishing Line press, 2018).
A continuación, presento dos poemas de su libro Weightless Earth (2022) con poemas en prosa llenos de imágenes brillantes, como muestra un botón: “albino crocodiles slinking into ponds of ice cold milk” (46) [cocodrilos albinos deslizándose en estanques de leche helada]. Cada uno de los poemas reflexiona sobre el misterio del mundo (lugares como Zimapán, la Huasteca), el cosmos, la expansión del universo, la muerte. Dice: “Only the dead are free of all that enslaves us” [Solo los muertos son libres de todo lo que nos esclaviza” (55). En cada poema el tiempo se detiene y el lenguaje se desliza a la velocidad de la luz, los objetos flotan, como el planeta suspendido en las redes del espacio y el tiempo. Al final, nos dice: “In the end, either we bleed out or are bled” [Al final, nos desangramos o nos hacen sangrar].
Aftermath
We wait for your return as one does the rain that comes unannounced. No matter where we go or which way we turn, everything includes your absence. We have only to look up at the golden pollen of dogwood blossoms carried on the wind or coating this lake where hung between dock posts, spiderwebs brocade with raindrops a sign that you’ve gone. We want to believe it’s you who took the last names of stars and pronounced them in the squeals of seagulls heading west into the sunset. Out of the moon-filled smoke of our small shores fire, we imagined in one of your many shapes, a figure would step out of the night, into the water, and become the water. Time measures everything it discards with such ease. Why even the deft foot a fly taps on a hardened ball of chipmunk dung creates a sound we can only imagine hearing. Perhaps if we keep listening, we’ll be able to hear the momentary landing that a turquoise damselfly on a thin blade of floating lake grass touches down. We may even hear you.
Secuelas
Esperamos tu regreso como se espera la lluvia que llega sin avisar. No importa a dónde vayamos o hacia dónde nos dirijamos, todo incluye tu ausencia. Solo tenemos que mirar el polen dorado de los capullos de cornejo llevados por el viento o cubriendo este lago donde suspendidas entre los postes del muelle, las telarañas brocadas con gotas de lluvia son una señal de que te has ido. Queremos creer que eres tú quien tomó los apellidos de las estrellas y los pronunció con los chillidos de las gaviotas que se dirigían al oeste hacia la puesta de sol. Del humo lleno de luna de nuestra pequeña hoguera, imaginamos que, en una de tus muchas formas, una figura saldría de la noche, se adentraría en el agua y se convertiría en el agua. El tiempo mide todo lo que desecha con tanta facilidad. Por qué incluso el hábil pie de una mosca golpea una bola endurecida de estiércol de ardilla crea un sonido que solo podemos imaginar que escuchamos. Tal vez, si seguimos oyendo, podamos oír el aterrizaje momentáneo de un caballito del diablo turquesa sobre una delgada brizna de hierba flotante del lago. Puede que incluso te oigamos.
No way out
You awake from a cautious sleep, feeling the kind of despair that a nose-smudge window in your youth used to face. As is a light switched off that had never been on. None of your movements make any noise. Sound no longer exists. Silence grows so large it gives birth to nothing but a heartbeat, your heartbeat. After thrashing around, it tunnels its narrow escape through an hour-glass existence. Soundproofed by its own suffocating screams, it jerks then crawls towards a once limitless sky that no longer resembles a sky. A sky that turns to dross and like milled flour dusts footprints left from pacing back and forth behind your unopened door.
Sin salida
Te despiertas de un sueño cauteloso, sintiendo el tipo de desesperación que solía enfrentar una ventana manchada por tu nariz en la juventud. Como una luz apagada que nunca ha sido encendida. Ninguno de tus movimientos hace ruido. El sonido ya no existe. El silencio se hace tan grande que no da a luz más que un latido, el latido de tu corazón. Después de dar vueltas, hace un túnel para escapar a través de una existencia de reloj de arena. Insonorizado por sus propios gritos sofocantes, se sacude y luego se arrastra hacia un cielo que alguna vez fue ilimitado y que ya no se parece a un cielo. Un cielo que se convierte en ceniza y como polvos de harina molida con huellas dejadas por caminar de un lado a otro detrás de tu puerta sin abrir.
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Paul Roth y los poemas de la tierra ingrávida
Por Martín Camps