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        «Mitomanías» de Mario Chávez Carmona: una poética del defecto.
        
          Por Rodrigo Arriagada-Zubieta
            
            
            
        
          
            
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Mitomanías (Buenos Aires Poetry, 2019) es una obra cuyo  hablante lírico padece de una manía del mythos clásico. En su  apertura se reutiliza el mito fundante de Europa, que señala su rapto. En esta  ocasión, un nuevo enfoque nos permite considerar a Cadmo, hermano de Europa,  como el verdadero protagonista de la narración, quien forzado a abandonar su  hogar hasta encontrarla, desiste de su misión por la orden divina de fundar una  nueva ciudad. Mario Chávez (Viña del mar, 1990), al mostrarnos esta parte del  mito en la actualidad, construye una realidad otra muy ajena a nuestro tiempo y en apariencia incoherente, cuyos  cimientos son los términos “abandono” y “olvido”, identificados en algunos  versos que funcionan como ejes de lectura: “a través de dioses que crean en la  acción del olvido” y “por la acción agraciada de abandonar y olvidar la  historia de nuestras raíces sin tierra”. Si aceptamos la invitación a  reconsiderar el defecto como  capacidad creadora, vemos ahora al hombre capaz de crear nuevas imágenes y es  ahí donde nos situamos de lleno en el terreno de la poiesis. Lo dicho se manifiesta en el  poema Embarcación, donde se rescata a un padre senil y olvidadizo,  quien es el único capaz de narrar nuevas historias, a partir de sus lagunas  mentales, incluso si es necesario mentir para ello. El poemario se hunde en el  mito que funda Europa, pero visto desde la otra cara de la moneda para amagar  la fundación de un nuevo continente, manteniendo la misma raíz remota. ¿Se  trata de Latinoamérica en su gesto aún intrascendente de erigir sus pilares?
         El  hablante lírico permanece desconocido hasta los últimos versos del poema Resignación,  que nos sitúa en un ambiente submarino y revela su identidad: un “demiurgo  inocente”, el cual ha estado soñando desde el principio y cesa de poetizar anegado  en sus propias visiones oníricas. Mitomanías es una simulación  de un sueño ambientado en constantes escenarios marinos, donde se mezclan mitos  clásicos, como el de los argonautas, con obras del canon occidental como  Moby  Dick (esta vez en su versión original, nombrándolo como se conoció  alguna vez “Mocha Dick”). Las olas, el mar, las lágrimas y los viajes hacen  referencia a un fluir constante de ideas que se entrelazan como una  insospechada cadena de historias y mitos, cuyo enlace devela una destreza inusual  de navegar como si se hiciera sobre el rimbauldiano Barco ebrio. Mitomanías no habla de nada en concreto,  lo que puede ocasionar desconcierto al lector, acostumbrado a los últimos  esquemas de la poesía chilena joven, post generación de los 90´s,  donde se intenta imponer muchas veces sin  éxito “el libro-concepto”.
         El  hablante lírico, quizás mezclado con el autor en un punto, parece mostrarse más  sincero en la última parte de la obra, cuando describe habitaciones vacías, que  recorre sin más. Pero, dado que no hay nada, no tiene más opción que  interpretar el vacío observado y vivido, a partir de su propio bagaje mítico.  Así, desde un simple souvenir se  origina una transformación que nos hace recordar a Elena de Troya situada en lo  alto de un muro, imagen que será recordada con nostalgia y romanticismo, pero  también con animadversión al punto de nombrarla como una “furcia o lumia”. Este  traspaso construye la imagen de una Elena que pasa de ser virgen, beata y  semidivina a una inmunda prostituta, pero sin mezclarse con lo misérrimo de la “auténtica  economía de estas ciudades”, ¿Cuáles? ¿Nuestras ciudades latinoamericanas? 
         El poema  como un todo carece de contenido, y en esto Chávez sigue a Godofredo Iommi con  un éxito rara vez logrado entre sus seguidores, porque aquí el poema es un puro  modo de crear que se construye en sí mismo, mostrando su única verdadera  capacidad: ser puro acaecimiento, aparecimiento, como una ciudad informe que  surge de la nada y que se desvanece siempre en el verso sucesivo. Mitomanías en  sí mismo es un desafío, lleno de artificios, engaños, mentiras y laberínticas  ideas, que no obstante logra construir “una arquitectura roída por el  desencanto”, cuyos espacios y callejuelas podemos recorrer como un triste flâneur. De este modo, esta realidad  alterna es más cercana a un Dublin joyciano que a una ciudad latina, y sin  embargo al poeta le urge encontrar un "Verbo grecolatinoamericano". El  planteamiento de Chávez es profundamente filosófico, pero ante todo poietico. Más que defender el derecho  inalienable de la voz, la supuesta prerrogativa inalienable del poeta a alzar  el discurso, o la creencia en que tenemos algo que decir, la fijación está acá  en la escucha atenta del decir de la palabra. Se trata, como identificara  Heidegger, de abrirnos al lenguaje. La Mitomanía es la experiencia del lenguaje adentrándose en su hablar para establecer su  morada en él. ¿El logro? El lenguaje no sólo se ha escuchado en este caso;  también le ha confiado al poeta su esencia fenomenológica: su aparecer, su  torrencialidad y, acto seguido, su  difuminarse. 
         
        
          
            
              
                
 
                  II. EMBARCACIÓN
                  Como  matriarca ordeno portar
                  quienes puedan ser útiles:
                  el hijo la mujer el timonero
                  pero por sobre todo navegante
                  no dejen al más viejo
                  al débil padre que olvidó el caminar
                  por sí solo y requiere de pueriles asistencias
                  para hacer lo indigno y banal
                  en el cerco de lo humano
                  tu  padre es el más bendito
                  porque al perder la vista
                  observa memorias de otras épocas
                  pasea  por calles a cuyas perspectivas
                  nunca llegarán tus ojos
                  y se regocija con el ardor aún latente
                  de sus desamores
                  sangre  que eres de ese viejo
                  nunca accederás a su misterio
                  conserva al anciano porque él
                  está saliendo del círculo terrenal
                  es  hombre y humareda
                  las  historias que puede contarte
                  están llenas de lagunas
                  la  perfección del hombre está
                  en alcanzar ese estado de olvido defectuoso
                  para narrar cómo es que las ciudades
                  se fundaron en un tiempo fuera de sí
                  ciudades  que se erigen en medio
                  ..del utópico esfuerzo
                  …de imaginar el mundo
                  ….ahora nublado
                  allí donde no para de llover
                  y donde no hay ramas
                  que las palomas puedan coger
                  para armar sus humildes nidos
                  hoy  la piedra de esa ciudad
                  se fragmentó por el fuego
                  y carbonizadas están las hospederías
                  ¡construyan  sus nuevos hogares
                  violentamente sin orden
                  y lleven con ustedes
                  el arte de la cartografía
                  de los extravíos!
                  vuestro  angustiado barco
                  sopesa el pesar de sus almas
                  ……..el vapor de la mía
                  ……………solo sofoca