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Comentarios Preliminares a “Elegías” de Malena de Mili
Por Marco Palavicino
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No pareciese que “Elegías” es la primera publicación de Malena de Mili. El talante de la actitud elegíaca, es a la usanza de los sufrimientos más antiguos y dolorosos. La condición de los viejos dolores se extiende por sus poemas, como un mosaico de todas las dolencias más terribles concentradas en un solo punto: La Muerte.
“Elegías” es un recorrido por la muerte, sus estigmas y sus sellos. El dolor del recorrido hace sonar los cielos, va sembrando alfileres fríos, y cobija el lamento en la herida de su autora. Es la dicotomía de la pérdida la que mantiene incandescente las brasas que calcinan la vida. Es en ese punto donde se produce la bifurcación terrible de seguir respirando y tener que cargar el peso pavoroso de la pérdida:
“Una va tranquila porque tiene por delante
mil ocasiones de regalarte su vida.
A la otra la tortura recordar aquel instante
en que imploró ofrendarla para salvarte ”
El Calvario apenas comienza con la pérdida, lo que sigue es como se denomina su propio poema: “Duelo”.
El dolor agobia y llena todos los espacios como la bruma que ha inundado la garganta y que no puede sino gritar a modo de ofrenda, su propio padecimiento.
“Si es verdad que el dolor prueba cuánto se ha amado
duélete, corazón,
pues por ella,
que sea absoluto mi sufrimiento”
El tiempo del duelo; esa vorágine de dolor, que pareciese nunca terminar, tan solo muestra la soledad en que se vive el sufrimiento. Los otros continúan con su liviano pasar sin ahondar en los tragos amargos que nos obliga a beber la vida, o más bien, el proceso de muerte continua del que somos reos.
La angustia inicial, la ofrenda del padecimiento propio y el conocimiento del dolor y su tiempo, revela el primer paso a la liberación del alma que sufre y de la que se ha ido.
Sin duda una reflexión tan profunda como el océano o como un tratado de los saberes más subterráneos del alma padeciente es el que nos entrega Malena, en los siguientes versos:
“No saben ellos que esas rosas
no esperan más que marchitarse en sus floreros
y entonces, libres ya de tan odiosa prisión,
sus almas vegetales corren a tu encuentro”
En el Poemario se advierte también el renacimiento constituido por la liberación, la disipación de la bruma que ahogaba y entumecía la garganta.
El renacimiento en propia vida, es símbolo primigenio de la liberación, pero en este caso, no de cualquier liberación; sino de aquella que es material por una parte, espiritual por otra. Renacer de las cenizas es la superación final de Lo terrible del dolor, esto es lo que entendemos por liberación material en su poemario. La espiritual es aquella en que liberarse a sí mismo, brota desde la correspondencia mutua con el alma que ha partido por la culminación de su proceso de muerte.
“Hoy renazco de mis cenizas.
Pero ya no soy sólo yo.
Soy tus cenizas
entremezcladas con las mías”
Una liberación que termina por unir en Espíritu, al alma que ha muerto junto al alma que ha quedado esperando su destino, para finalmente terminar danzando sin tiempo alguno, en la Milonga Sentimental más hermosa que se pueda componer. Esto es la esencia y el recorrido por la muerte, la pérdida, el duelo y la unión; apreciables en “Elegías” de Malena de Mili.
“A fuerza
de besos y versos
yo te haré inmortal”
Santiago 2016