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Entrevista a José Antonio Rivera. Autor de Siete Judas.

Novela Ganadora del Premio MAGO Editores de Novela:

“Uno debería comprender que Cristo es imposible sin Judas”

Por Sebastián Barros M.



José Antonio Rivera, autor de la novela “Siete Judas” –novela que se presentará en la 28ª Feria Internacional del Libro de Santiago-, analizó junto a MAGO lo que significa este premio en la carrera de un emergente escritor; digamos su propia carrera. Su elección fue tomar como imagen del libro –y del blog que atraviesa el relato- al “traidor” más grande de la historia, aquel por el que se funda toda la tradición cultural en la que vivimos inmersos.

Una conversación sobre la teología, la irrupción de la tecnología como fundamento del contexto actual, las nuevas estructuras de la literatura, sobre existencialismo y, sobre todo, la mirada de un joven escritor a raíz de una incipiente publicación.

¿Hay un espejo de la obra con la realidad actual? Puede ser. Un solo dato: su seudónimo es José de Arimetea, que en realidad es José de Arimatea, personaje bíblico que según la tradición cristiana era el propietario del sepulcro donde fueron dejados los restos crucificados de Cristo. El error del nombre es una cábala. O así lo dice él.     

- ¿Qué significa para ti este premio?
- Yo diría que es una de las cosas más importantes que me ha pasado. Cualquier persona que tenga la pretensión de entrar al mundo de la literatura sabe lo difícil que es publicar la primera novela, sobre todo cuando nadie te conoce. Además lo gratificante de que esto suceda ganando un premio, porque tú novela efectivamente fue mejor que otras, pero no en el sentido de competencia, sino de que le ha gustado a algunas personas y eso, en mi caso, que me llevó tres años construir esto, es lo más importante que te puede pasar. Además poder sacar el libro en la Feria es algo maravilloso.  

- ¿Cómo nace la idea de esta novela?
- El proceso de escribir la novela es posterior a la idea de crear una revista digital, donde poder desarrollar columnas de opinión y narrativa. Yo fundé el sitio en 2004 y después vino la idea de ficcionar el impacto que tuvo en mi vida. Se mezclaba un poco la experiencia de ser director de un medio electrónico, cuando estaban recién naciendo en Chile, y sucesos biográficos que me dieron ganas de poner en una novela.

- Digamos que hay una correlación entre obra y lo que tú estabas viviendo, pero además surge en la novela un paralelismo entre lo que viven los personajes y lo que está publicándose en el blog…
-Yo había creado el sitio más bien con un fin político-cultural -donde más que nada había crónicas, columnas de opinión, temas contingentes- y para no dejar vacío el lado de la literatura, fui creando una web paralela, que estuvo online durante un tiempo y después desapareció. Con el tiempo ese manuscrito digital se transformó en la novela.

- ¿Qué es lo que te llama la atención de la figura de Judas?
- Partiría por decir que posibilita el advenimiento de Cristo. Desde cualquier punto de la tradición judeo-cristiana, uno debería comprender que Jesús es imposible sin Judas. Le toca jugar el papel de malo en la historia, no tenía mucha opción. Esto hace que sea un personaje con matices, con dramas morales –por lo que termina colgado-, no como el Mesías, que es un ser divino, perfecto. Es un personaje clásico, es como Edipo: está obligado a enfrentar un destino, que es horrible.

- Recuerdo un poema de Cristóbal Joannon que se llama “Figura Humana”, que justamente hace alusión a esa característica que me hablas, de que Judas es una representación de lo humano. ¿Qué características crees que tiene que nos representa como personas?
- El error, el que somos vulnerables, el que hay fisuras, que somos precarios, que tenemos límites, que nos caemos. Por esto mismo me cuesta creer en los pecados: la persona que se mandó la cagá más grande de la historia, estaba obligada a cometer ese error. Si Cristo no moría como murió, el mito era imposible de ser sustentado. Tenía que haber un traidor y alguien tenía que ocupar ese papel.

- En tu novela también hay mucha referencia a los signos de la cultura católica, ¿Qué hay ahí?
- Yo pensaba en un principio que era muy difícil hacer converger todas las pasiones que uno tiene, pero por suerte el libro me lo permitió. Pude anexar columnas de opinión con los temas que a mí me interesaban –sobre todo como sociólogo-, pude abordar lo literario y tratar un tema que para mí es central: lo religioso en general, pero desde un punto de vista más provocativo. Evidentemente, cualquiera que lea “Siete Judas” se va a dar cuenta de que no tengo mucha simpatía por la Iglesia Católica o por el Papa.

- También tiene que ver con una crítica a la función social que cumple la religión…
- Yo diría que sobre todo en Chile, atacar a la Iglesia Católica es atacar a un sector político; ser provocativo es criticar a la elite chilena, gente que ha tenido el poder aquí desde que existimos. Entonces cabe aquí la posibilidad de tirar estas piedras, pero no contra Dios. Por eso es que el quiénes somos se llama “después de lo sagrado”, porque es interesante hablar de lo sagrado después que se han caído todas las mitologías, entre ellas la religiosa. Es un gesto hablar de este tema cuando el posmodernismo borró cualquier discurso total.

- Las nuevas maneras de comunicación, en este caso Internet, ¿Le da un aire postmoderno a tu novela?
- Me parecía interesante mostrar la idea de que la literatura no cambia al mundo. Yo creo que Bill Gates va a cambiar más al mundo de lo que lo cambió Sartre, por ejemplo, o cualquier escritor fundamental del siglo XX. No soy tampoco partidario del fin de la historia o de un postmodernismo muy radical, pero hay que escuchar a la tecnología. Es importante contextualizar la novela, pensar que este conflicto interno que vive el personaje de la novela, también está atravesada por estos flujos de información impresionantes, donde uno puede levantar un artículo en la web y puede ser visto por millones de personas.

- ¿Crees que la tecnología –a diferencia de lo que suele creerse-, puede ser un aliado de la literatura, sobre todo en lo que tiene que ver con la difusión?
- Siento que los medios técnicos, aunque haya pensadores que los odien, siempre se pueden ocupar, es inevitable no moralizarlos porque surgen en contexto. Ahora refiriéndome puntualmente a la literatura, yo creo que sí permite la publicación –aunque personalmente no podría comparar leer un libro que leer algo en Internet-, sobre todo de la gente que empieza a escribir y se quiere difundir.

- ¿Crees que la literatura es un espejo de la realidad, idea que se ve en tu libro?
- Para mí la vida es indispensable para crear literatura, no podría hacer ficción alejada absolutamente de lo que me pasa a mí. Ahora si es un espejo, es difícil saber si refleja fidedignamente o no. Cuando menos pasa por la mente del escritor, donde ya se enturbia o se hace más nítida.

- ¿Hay una relación de tu libro con “Los Detectives Salvajes” de Bolaño?
- Sí, claro. A mí esa novela me interesa mucho, he vuelto sobre ella y la he citado en innumerables veces. Creo que el juego de estructura que plantea es algo maravilloso y cuando yo me propuse hacer una novela, me planteé entrar en ella con estructuras novedosas, contar lo que otras veces se ha contado, pero hacerlo desde nuevas formas.

- También está presente en “Siete Judas”, esta polifonía de “Los Detectives”, donde a través del blog los personajes tienen la opción de hablar por sí mismos...
- Eso me interesaba mucho, que la novela estuviera atravesada por un narrador, que en este caso era yo, pero que además los personajes no sólo surgieran desde mi perspectiva, sino con sus columnas, con sus colaboraciones, una manera propia de entrar en la historia.

- ¿Crees que hoy, en la literatura actual, es muy importante lo que tiene que ver con la estructura?
- Uno tiene que elegir caminos por los que se mete. Si uno lee a Javier Marías, por ejemplo, probablemente no hay una construcción del todo muy novedosa, pero sí de los párrafos, de las discreciones, en fin. Lo que es específicamente literario tiene que ver con la unión de forma y contenido, porque sino podría ser cine también. Usar las armas lingüísticas, gramaticales, léxicas, de formato, de estructura.

- ¿Cuáles son los autores que más te han influenciado?
- En un principio me marcó mucho el boom, particularmente José Donoso y Julio Cortazar. Gonzalo Contreras, hoy muy vilipendiado por el circuito, es otro escritor que seguí muy de cerca. En cuanto a mi prosa, a quienes más les debo por cómo escribo son a Roberto Bolaño y a Juan Villoro. Me gusta una escritura no sea muy difícil, más bien prolija, bien escrita, cuidada formalmente, pero que desde ahí se puedan tratar temas delicados, fuertes.


 

 

 

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