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LAS
INFANTAS Lina Meruane Editorial Planeta,
Santiago 1998, 174 páginas.
Por Rodrigo
Canovas
..... Celebro esta primera novela de Lina Meruane, joven escritora
chilena de 28 años, por su espíritu lúdico e inquisitivo en el ámbito
de las fantasías del diario vivir. Ella acierta en seducir a los
lectores mediante la proposición de juegos prohibidos, devolviéndonos
la curiosidad infantil por despejar las reglas sexuales, sociales y
familiares que rigen la existencia humana.
..... La anécdota de esta novela aparece
bifurcada en dos historias paralelas, las cuales sólo se cruzan en el
espacio mental de la lectura. Una -que otorga una línea argumental-
consiste en una versión paródica y contingente de los cuentos de hadas
europeos: las infantas Blanca (Nieves) y Gretel (compañera de juegos
de Hansel) huyen al bosque, ante la posibilidad de que el monarca les
dé en prenda en una partida de cartas. Allí se separan, apareciendo
luego Blanca, con otra apariencia, instalada en una pensión,
cumpliendo labores domésticas junto a 12 enanos.
..... El otro hilo de la anécdota es un conjunto
de cuadros sin relaciones manifiestas entre sí, donde diversos seres
(especialemnte niñas y gente mayor, además de muñecas y bailarinas a
cuerda) recrean escenas de abandono, celos y rivalidades en el seno
privado de la casa familiar. Es el rescate de lo reprimido, desde el
espacio infantil del juego.
..... Las
peripecias de las infantas se tornan más familiares cuando nos
informamos, a través de la crónica roja, del descuartizamiento de una
anciana, dueña de una pensión, y de la estampida de una niña
disfrazada junto a una corte de enanos. Como se ve -por esta situación
tan singular, disparatada y cómica-, no hay aquí héroes sino heroínas
y éstas se califican por su astucia, curiosidad y villanía. Las niñas
Blanca y Gretel son curiosas, pragmáticas y con sentido del humor. No
hay límites para su quehacer: quieren llegar al centro del laberinto,
para ver si es verdad tanta belleza y lo hacen sin aspavientos. Y como
un modo de otorgar una versión femenina singular del complejo de
Edipo, en esta novela se nos plantea que las pequeñas heroínas han
sido abandonadas por sus madres, quedando al cuidado de padres que son
unos inútiles. No hay por ello resentimiento, ni lágrimas; sólo
sonrisas cómplices.
..... Una reflexión
final. Los lectores chilenos están acostumbrados al relato testimonial
y al folletín; lo cual está bien, porque estos géneros nos permiten
organizar los espacios sociales y privados de nuestras vidas.
Pensemos, por ejemplo, en Isabel Allende. Pero no hay una gran
tradición de lectura de los relatos de corte experimental, los cuales
nos permiten explorar nuestra psiquis y, de paso, la lógica de
nuestras acciones cotidianas. Diamela Eltit es quien ha señalado, en
este aspecto, nuevos rumbos, en consonancia con otros escritores
latinoamericanos de reciente tradición (por ejemplo, los cubanos
Lezama Lima, Cabrera Infante y Severo Sarduy). Lina Meruane,
reconociendo este linaje ( y con una especial deuda reconocida con
Sarduy), realiza un ejercicio barroco de escritura, que permite
continuar siendo muy optimistas sobre el presente y el futuro de las
nuevas voces narativas.
en El
Mercurio 28 de Noviembre de 1998.
Cuentos de niños
Lina
Meruane enfrenta subversivamente las narraciones infantiles
clásicas en Las Infantas, una narración en que el
lenguaje y el tono del relato son los
protagonistas.
Rodolfo Arenas
R.
Menores sometidos a
la violencia, sujetos a situaciones vejatorias. La huida, el
descubrimiento del mundo externo, el reencuentro, la
posibilidad de un ajuste de cuentas emotivo.
... No es mucho más lo que se puede decir
del argumento de Las Infantas. Y no se necesita, porque
la anécdota es secundaria en esta narración cuyos
protagonistas son el lenguaje, la disposición de los sucesos y
el tono del relato.
... El libro
está claramente dividido, incluso echando mano a diferentes
recursos gráficos, en dos secciones intercaladas y de alguna
forma paralelas.
... La primera
es una serie de sucesos, presentados a través de la
subjetividad, de una primera persona que no necesariamente
remite al mismo personaje. En un capítulo, por ejemplo, la voz
asume la perspectiva de una muñeca, amarrada a su creador por
un amor posesivo y con un desprecio notable por la niña que la
arropa y la acuna.
... La otra
sección es más secuencial y describe la fuga de dos princesas
y su posterior deambular. Desde el estilo que adopta la
tercera persona que asume el relato hasta los personajes -Hans
y Greta, Blanca, enanos, duendes, una muchacha con caperuza-
todo confluye para construir una nueva versión, ácida,
sarcástica, de las narraciones infantiles
tradicionales.
... El lector no
puede enfrentar con pasividad este relato bifrontal. La
historia no se entrega graciosamente, por el contrario, se
construye elípticamente. Y hay que estar atento a los incestos
y los cordones umbilicales, a la connotación y las
simbolizaciones, a los detalles significativos en que se cifra
el texto.
... La autora hace
evidente que su intención en el libro es presentar una tesis
formal, una propuesta estética que va por el lado de la
subversión de os esquemas típicos y la relación entre forma y
contenido.
... Lo que,
obviamente, no es ningún cuento de niños.
en La Tercera 8 de noviembre de
1998.
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