*
muy pocas veces el Fuego,
muy pocas…
acorralado por sus propios márgenes
y sus vestigios
esa mirada vacía
que tropieza con el brillo de tu espalda,
que se pierde, que se alarga
entre columnas de humo y el canto de las ranas;
esa penumbra
entre visiones y señales nocturnas
de caballos en llamas
y cangrejos rojos escondidos en el horizonte
*
y era finalmente eso,
el firmamento,
el único fragmento
que nos abrasaba
la escarcha roja que cubría
sus cenizas, las cosechas;
el oro
y sus vestigios de flama
carcomida por el viento
la historia nos obliga a defendernos...
Éramos tan minúsculos,
pero sabios sobre el polvo
adusto de la tierra,
obvios...
quizás un fuego perdido
que horada los ángulos muertos
de tus esferas imperfectas
*
de la memoria o de la carroña celeste,
de eso era de lo que tú me hablabas
de las llamas que peinaban tus antorchas
o de las canciones antiguas
y su coro de trompetas
de los ciclos y las tribus
que conocimos
de lo que poco a poco olvidamos.
De los años que perdimos
escudriñando piedras
y sus formas inconclusas
.. .. . inmenso páramo de bronce