1.- Gonzalo Millán
(Santiago de Chile, 1947) revela en una entrevista exclusiva a ABI que
fue un poema Malo, breve y sentimental el que escribió por vez
primera a la edad de trece o catorce años. No sólo eso, el poeta
recuerda que mostró el primero poema a sus padres, quienes gustaban de
la poesía, por quienes no sólo fue muy bien recibido, sino celebrado
con una salvedad. "El poemita empezaba con el ¡Oh! característico de
la lírica tradicional, pero estaba mal escrito así ¡Ho¡ Lo cual lo
convertía en una parodia humorística. Debido a ese error, que callé,
mi primer poema fue recibido por mis primeros lectores como una
transgresión antipoética", confiesa Millán.
2.- El
apresuramiento y otros aditamentos emocionales juegan un papel
decisivo en este punto. El púber Millán debió preparar una y otra vez
ese instante, cuando las palabras en un papel son todo lo que se
quiere oír en boca de otros. Pero ese mismo impulso al parecer le jugó
una mala jugada no prevista en el tablero. Los ojos de otros (de los
padres) le confirman que ha cometido un error que el púber Millán no
admite por pudor. Al no hallar ninguna respuesta de su hijo que además
está callado, los padres optan por la certeza literaria dada por la
experiencia de leer poemas: es una trangresión poética, piensan los
progenitores. Desde entonces, Millán descubre algo tan importante al
quehacer de la poesía, que la lectura (mirada) siempre es puntual a lo
que uno escribe, no a lo que se calla entre las líneas o más allá del
poema. Lo que debiera tomarse por una especie de fe de erratas, pasa
como una suerte de desliz o licencia poética. "En este mundo traidor
nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con
que se mira", debiera haber razonado en la oportunidad el púber
Millán.
3.- Como los
grandes pintores del Renacimiento, especialmente Leonardo da Vinci con
su "saper vedere" que en buen tudesco significa "saber ver", Millán
aprendió que el punto de vista (la mirada) es importante para la
consolidación del poema. Desde esa perspectiva, el poema desplaza su
misterio lírico para convertirse en una suerte de combinación de
palabras puntuales, precisas y objetivas. He ahí la gran enseñanza que
debió aprender el púber Millán mientras silenciaba su error o no lo
asumía como tal. El tiempo le daría la razón de ese silencio. Cinco
libros en casi cuatro lustros ha escrito Gonzalo Millán y todas
escritas desde la objetividad de la mirada. Todas esas obras fueron
reunidas en "Trece Lunas" (Santiago de Chile: Fondo de Cultura
Económica, 1997).
POESIA VISUAL/ARTES
PLASTICAS
4.- Paralelamente
a su actividad poética y docente, se ha dedicado a la creación
artística en el campo de la poesía visual y las artes plásticas. Ha
realizado exposiciones individuales en Chile, Canadá, Estados Unidos,
Suecia y Holanda. Durante su exilio en Canadá fundó la editorial
Cordillera y desde su regreso a Chile dirige la revista de poesía El
Espíritu del Valle. Es traductor del inglés, francés y neerlandés. De
ese encuentro con lo visual, entiéndase su "affaire" con las artes
plásticas, Millán ha publicado lo que es al parecer su última obra
"Claroscuro" (RIL Editores), una serie de poemas escritos a partir de
pinturas clásicas.
5.- Durante los
años sesenta, mientras Millán escribía "Relación personal" (1968), y
en los setenta escribiendo "La Ciudad" (1979), realizó muchos collages
de tipo surrealista siguiendo a Max Ernst, con grabados antiguos de
enciclopedias. Después pasó al collage del tipo pop-art que montaba en
cajas de fósforos pegadas formando retículas. Posteriormente, ya en
Canadá, esta técnica fue fundamental para la confección de una poesía
visual que llamaría "Poesia Plástica", entre 1975 y 1985. En ese mismo
tiempo, hizo en Toronto dos exposiciones de sus obras visuales y para
conmemorar dichos eventos diseñó, en 1985, un sello de "correo" con
copias serigráficas llamado "Levitaciones plásticas". En la
actualidad, trabaja con fichas en las cuales estampa palabras y
dibujos con tinta china.
6. - A pesar de
todo, Millán es Premio Pedro de Oña (1968) y premio Pablo Neruda
(1987), en Chile. Ha publicado: "Relación Personal" (Santiago, 1968),
"La Ciudad" (Montreal, 1979), "Vida" (Antología, Ottawa, 1984),
"Virus" (1984), "Seudónimos de la Muerte" (Santiago, 1984), "Strange
Houses: Selected Poems" (Ottawa, 1991. Traducidos por Annegret Nill),
"Trece lunas" (1997) y "Claroscuro" (2001).
RETIRO ESPIRITUAL EN
SALSIPUEDES
7.-En las
serranías chicas de Salsipuedes, a 40 minutos de Córdoba, Argentina,
en mayo de 2001, más de 30 poetas y escritores de Bolivia, Chile,
Argentina, Uruguay, Cuba y Perú estuvieron de retiro espiritual todo
un fin de semana en un hotel simpático de la región denominado Osba.
Entre la noche del viernes y el domingo, nuevas amistades nacieron al
calor de las lecturas y las intervenciones. En ese lapso, los bigotes
y las canas de Millán anticiparon que nos cruzáramos no sólo algunas
palabras, sino que él dejara entre mis manos el verde lomo de su
antología denominada "Trece lunas". Palabras más o palabras menos,
horas más tarde supe también que la escritora María Inés Zaldívar era
su esposa y que había algo más que una mirada erótica entre ambos. Su
lectura de algunos poemas del libro "Claroscuro" me impresionó de
sobremanera: las pinturas que "escribió" Millán fueron no sólo
crueles, sino precisas: sentí navajas invisibles que cegaban mis ojos.
Sólo la poesía aliada con el primer plano de la pintura puede causar
esos efectos contrarios a toda lógica. Aún vislumbro a Caravaggio
entre los cedazos de neblina de las serranías cordobesas. Más de un
año ha pasado desde aquella vez en Salsipuedes y a pesar de haber
estado en marzo en Santiago de Chile, no me atreví a buscarlo. Habían
tantas cosas que aún faltaban digerir de su poesía, por ejemplo, ese
afán objetivista que determinó la literatura de Robbe-Guillet y que
Millán intuyó desde la composición japonesa del haikú. Animado por ese
hilillo efímero me animé a escribirle por e-mail hace poco y rogarle
que me aventara algunas palabras como granos de arroz a un cesto.
Recogí esos granos que me aventó desde Santiago de Chile en esta
entrevista donde el autor de "Relación Personal" confiesa algo
increíble y da cuenta de su "adicción" perdurable con las
palabras:
PALABRA COMO REMEDIO Y
VENENO
8.- ¿Cuándo
escribió su primer poema y en qué circunstancia de su
vida?
Gonzalo Millán: Escribí mi primer poema a los trece o
catorce años. Era un poema malo, breve y sentimental. Se lo mostré a
mis padres que gustaban de la poesía y fue muy bien recibido y
celebrado con una salvedad. El poemita empezaba con el ¡Oh!
característico de la lírica tradicional, pero estaba mal escrito así
¡Ho¡ Lo cual lo convertía en una parodia humorística. Debido a ese
error, que callé, mi primer poema fue recibido por mis primeros
lectores como una transgresión antipoética.
9.-¿Por qué
escribió un poema tan arduo como "La ciudad"?
G.M.: El
poema-libro La Ciudad es "arduo" quizás como dices, porque su tema más
inmediato y reconocible es el de una ciudad latinoamericana que sufre
la ocupación y la represión de una despiadada dictadura militar.
Pienso que hay ciertos temas de carácter límite que es necesario
abordar mediante formas extremas. Me parece contradictorio e
inapropiado en algunos casos responder al horror mediante formas de
belleza consagrada. En estos casos el tema no requiere la ilusión
estética ni sublimadora del mal. Por el contrario necesita formas
abruptas y consecuentes. Yo elegí la monotonía, la fatiga, la
impersonalidad, el lugar común, la sentencia llana como un módulo, la
repetición maquinal de lo idéntico como procedimientos. Sobrevivir a
diario durante décadas a una tiranía y al exilio no es una experiencia
amena ni divertida.
POETA VISUAL
10.-¿Cuánto
cree usted eso de que es un "poeta visual"?
G.M.: Yo me
considero un poeta verbal y un poeta visual simultáneamente. Como
poeta verbal tiendo a privilegiar la imagen. Como poeta Visual, o
semiótico trabajo con otros códigos además de la lengua, con signos no
verbales, el libro como soporte, la página como unidad que reemplaza
el verso, con los signos gráficos impronunciables de la escritura,
puntuación, comillas, cursivas etc...
11.-¿La
brevedad es un don o una maldición en su poesía?
G.M.: Ambas
cosas dependiendo del momento. La palabra es para mí un "pharmacon" un
humor venenoso y a la vez vacuna, enfermedad y salud. Tengo una teoría
viral de la poesía que sostiene que es imprescindible la mutación
permanente de contenidos y formas. La retórica ya establecida
comúnmente posee carácter entrópico. El reconocimiento publico, el
éxito de critica y lectores, disimulan la "cooptación", la anulación
de las elementos críticos y subversivos. Tengo un enorme recelo por la
palabra. La brevedad, la concisión, la claridad, la condensación
permiten al texto defenderse del carácter parasitario y tergiversador
del lenguaje. Las formas breves son antidiscursivas y buscan
complicidad con el silencio sin retroceder al simbolismo.
12.-¿Qué poetas
ingleses u otros han influido en su obra?
G.M.: Shakespeare,
Whitman. Blake, Manley Hopkins, Donne. William Carlos Williams,
Gertrude Stein, los Objetivistas, (Reznikoff sobre todo).
TRAS EL OMBLIGO SAGRADO
ANDINO
13.-Piensa
visitar alguna vez Bolivia. Si tendría la posibilidad ¿qué ciudades
visitaría?
G.M.: Desde hace muchos años sueño con visitar
Bolivia. Cuando vivía fuera de Chile y miraba hacia Latinoamérica se
me aparecía evidente que visitar Bolivia era una prioridad urgente.
Sin embargo la lucidez que permite la distancia metropolitana por
desgracia se desvanece al regresar. Volvemos a las grandes capitales
que nos imponen su ritmo de vida urgente y sus alienadas perspectivas
coloniales. Como profesor de Historia del Arte Latinoamericano mi
desconocimiento de Bolivia es una laguna que me avergüenza. Quisiera
conocerlo casi todo el país, visitaría por supuesto el ombligo sagrado
de la civilización andina que es el lago Titicaca y sus santuarios,
Potosí, La Paz, Sucre, Santa Cruz, las comunidades Kallaguayas
etc.
Firmado: Gonzalo Millán. Santiago, 10 de agosto
2003.