Finalmente ganamos. Boric venció por paliza. Ganó la esperanza y la fe en un futuro mejor para todos. El amor venció a la muerte.
¡Qué campaña tan hermosa y creativa! Surgieron danzas, pinturas callejeras, conciertos al aire libre, canciones, recitaciones poéticas, cabildos y múltiples iniciativas colectivas o personales. Además, las redes sociales trasmitieron día y noche, imágenes originales sintetizado nuestras propuestas.
El programa de gobierno se fue configurando en agrupaciones de profesionales trasmitiendo sus propuestas por vía de las redes sociales y cotejándola con agrupaciones sociales. Nosotros arquitectos, congregamos a decenas de organizaciones de campamentos, cooperativas o comités de vivienda, configurando un programa de doce puntos resumiendo sus demandas y que el candidato suscribió en un acto imponente, celebrado en un anfiteatro de San Joaquín.
Al enterarse del resultado de la primera vuelta que dio por ganador a un fascista declarado, el mundo entero quedó estupefacto, ante la posibilidad de que el pueblo chileno pudiera nuevamente ser víctima del terror y del desconocimiento de las conquistas alcanzadas en materia de derechos humanos, de paridad de género, de diversidad sexual, derechos de la mujer y de nuestros pueblos originarios.
Se multiplicaron mensajes provenientes del extranjero en respaldo a la candidatura de Boric, enviados por figuras eminentes del arte, la ciencia y la cultura de todo el mundo.
Surgieron algunas iniciativas novedosas La doctora Iskia Siches, una de las figuras públicas más respetadas de nuestro país, recorrió en 15 días buena parte de nuestro territorio a bordo de un bus, que se fue deteniendo en pequeñas y grandes localidades, para entregar el mensaje de futuro levantado por Boric.
La diputada Karol Cariola, realizó una iniciativa similar deteniéndose a dialogar en calles de ciudades y pueblos, llamada golpeando un millón de puertas.
Nuestros adversarios solo vendieron el odio y el terror. Jugaron todo lo sucio que puede jugarse en una contienda. Utilizaron sistemáticamente la mentira y la calumnia. Inundaron las redes sociales con infundios y amenazas. No vacilaron en agraviar, quién sabe por cuánto tiempo, a una ex pareja de nuestro candidato.
Finalmente, el día de la elección, a sabiendas que las encuestas los daban por perdedores, retiraron los buses, único medio de transporte colectivo en los barrios populares de Santiago, Valparaíso y Concepción, a fin de impedir que los electores llegaran a su lugar de votación.
No hubo caso. Miles de compañeros pusieron sus autos a disposición, trasladándose a las zonas afectadas. Cada viaje se constituyó en un diálogo iracundo, de personas desconocidas, que terminó por persuadir a algún elector aún indeciso. Hay un dicho popular que resume muy bien lo ocurrido: les salió el tiro por la culata.
Nuestro candidato creció como ser humano y como político. Se manejó magistralmente en los debates televisivos y en las intervenciones realizadas durante los actos públicos. La
concentración final, efectuada anoche tras conocerse el resultado electoral, congregó a decenas de millares de personas que con toda
legitimidad, abrieron las anchas alamedas, como lo anticipó Salvador Allende, en su mensaje póstumo.
El discurso de Boric, fue una pieza seria, sin alardes triunfalistas, convocando a consolidar la unidad social y política configurada en esta contienda electoral. Su victoria, asegura la existencia de un mandatario con pleno respaldo a la Convención Constitucional. Ahora tenemos la certeza, que habrá nueva Carta Magna para Chile.
Tras la alegría de la victoria, el compromiso de materializar las aspiraciones de construir un país integrado socialmente, respetuoso de nuestros derechos sociales, culturales políticos, así como de nuestros valores ambientales.
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La vida a pesar de todo. Por Miguel Lawner
