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María Luisa Bombal vista por tres mujeres
Por Manuel Peña Muñoz
Publicado en El Mercurio de Valparaíso. 18 de Agosto de 1984
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Como suele acontecer después de la muerte de los escritores, se multiplican los estudios críticos sobre sus obras. Así ha ocurrido después de la muerte de Maria Luisa Bombal. Tanto en Chile como en el extranjero se han publicado importantes trabajos de análisis sobre la vida y obra de nuestra principal novelista. Entre ellos, destacan tres libros escritos por mujeres chilenas. Nadie mejor que ellas para captar la problemática femenina en unas obras llenas de misterio y ensoñación. Son ellas: Lucía, Marjorie, Agata... Parecen nombres de heroínas bombaleanas. Como Brigida, Yolanda o Ana Maria, estas tres escritoras parecen haberse empapado del mundo evanescente y vaporoso de las obras de Maria Luisa Bombal para encararlo cada una de ellas desde diferentes puntos de vista.
Lucia Guerra-Cunningham de la Universidad de California, Irvine, publica en 1980 en la Editorial Playor de Madrid La Narrativa de Maria Luisa Bombal: una visión de la existencia femenina. Este importante estudio tiene puntos de contacto con el ensayo Maria Luisa Bombal: la femeneidad enajenada, publicado en Barcelona en 1976 por otro bombalista chileno, Hernán Vidal, quien aborda a las protagonistas de La última niebla, La amortajada o Las islas nuevas desde un punto de vista social, vale decir, analizando el rol de la mujer en el contexto social e histórico latinoamericano. Inspirado en el mito de la Medusa, Hernán Vidal despliega audaces interpretaciones respecto de unas mujeres enajenadas, representaciones modernas de la Medusa, con cabelleras desatadas, trizadas de amor y con un muñón de ala en la espalda. Apoyadas contra las tranqueras de las pampas viven sueños de amor y se dejan llevar por pensamientos alados como un escape a la insatisfacción. A este análisis psicológico y fundamentalmente sociológico de las heroínas, le sucedieron varios estudios, como el de Mercedes Valdivieso, Linda Gould Levine y Rosa Turek, entre otros publicados en el extranjero. Pero el que verdaderamente profundiza en el tema del desarraigo de la mujer es el de Lucia Guerra-Cunningham, quien estudia las reacciones de las protagonistas bombaleanas respecto del marco social que les corresponde vivir.
Y si Hernán Vidal y Lucia Guerra-Cunningham se interesan en demostrar que la sociedad actúa como una fuerza opresora que victimiza a la mujer de la época, Marjorie Agosín, en Estados Unidos, muestra cómo la mujer en la narrativa de Maria Luisa Bombal se defiende ante esta opresión, esgrimiendo una arrolladora fantasía no sólo como válvula de escape, sino como alternativa del ser y del existir por vías de la imaginación creadora. Porque en el fondo, estas mujeres taciturnas que caminan solitarias y en puntillas por los corredores vacíos de las haciendas sureñas, sólo desean con el alma “amor y viajes y locuras y amor”.
Las desterradas del paraíso, protagonistas en la narrativa de Maria Luisa Bombal, publicado por Marjorie Agosín en Senda Nueva de Ediciones, en New York, en 1983, analiza las motivaciones de unas heroínas obsesionadas en la búsqueda del amor perfecto y al no encontrarlo, se refugian en sí mismas, inventándose un mundo propio. A través de sus obras, la Bombal se manifiesta como una ardiente defensora de la imaginación y a través de la defensa, nos invita a conocer los secretos más íntimos de las invenciones femeninas.
Utilizando fuentes modernas de semántica y crítica literaria, nutriéndose de los métodos actuales -principalmente norteamericanos- de análisis científico de la obra de arte, Marjorie Agosín traza un penetrante estudio que tiene la cualidad de resultar artístico, porque en el enfoque no cae en el estructuralismo, sino que en su estilo de análisis se perfila la mujer -y la escritora- que intuye con el corazón.
Finalmente, la obra mas reciente y de mas logrado éxito: Maria Luisa, una biografía intima publicada en 1984 por Agata Gligo en la Editorial Andrés Bello, con un sobresaliente prólogo de Martín Cerda sobre la “dicha de escribir” y la “desdicha de vivir” en María Luisa Bombal.
María Luisa se nos revela como un libro absolutamente fascinante, cuyo tema central -la vida “novelesca” y romántica de María Luisa Bombal ejerce en sí mismo un efecto hipnótico, pero es que además está escrito con sensibilidad, delicadeza, inteligencia y erudición. Su autora ha logrado una total compenetración con el espíritu de la novelista y lo ha sabido transmitir con entrañable afecto, logrando una evocación documentada de una de las personalidades más ricas y extraordinarias de nuestra literatura. Para ello, Agata Gligo se ha valido de una acertada técnica en la elaboración de la biografía: la explicación de la vida de la novelista por intermedio de fragmentos de sus obras. El resultado es de un efecto logradísimo, atinando exactamente en la selección de los párrafos que tienen un carácter profético.
A través de fotografías, testimonios, confidencias y cartas, Agata Gligo consigue recomponer ambientes, situaciones humanas teñidas de dramatismo, escenarios exactos en Viña del Mar, Paris o New York; y más que una historia trágica de amor, el perfil espiritual de una mujer que agobiada “por la tentación de Satanás, la melancolía”, logró purgar su dolor a través del angustioso acto de escribir.
Maria Luisa, de Agata Gligo, no es sólo modelo de la biografía “bien faite”, sino la conformación del talento de una escritora que ha sabido captar la visión trágica del mundo de una mujer que amó, vivió y murió en soledad. Es, en suma, por su semejanza al personaje real, por el afecto y ternura con que se le evoca y por la fineza con que se interpreta su obra, el libro que todos los bombaleanos hubiésemos deseado escribir.
