Reviví aquellos días de infancia en que mi alma, despertando apenas, se veía poblada por los cuentos mil y una nochescos, de palacios encantados, jardines magníficos, líneas de luz opaca. ¿Verdad o ficción? Maravillosa realidad: era una noche espléndida y la vida me había llevado a la ciudad-jardín, la grandiosa Viña del Mar. Chalets con terrazas que ostentan los colores alegres y brillantes de la gama floral de Chile. Desde la playa hasta los cerros, cinco millas de extensión en que el paseante puede admirar las villas apretujadas por flores. Y donde el cielo y unas rocas en su austeridad, completan una admirable sinfonía en gris y azul.
Fue en 1910 y ante ese paisaje pródigo en cambiantes, que se abrieron a la luz del mundo los ojos de una niña sensitiva: María Luisa Bombal. Fácil imaginar la avidez con que un temperamento rico, producto de razas disímiles, empezó a captar lo que en dación generosa le ofrecía un ambiente pleno de belleza.
Creo a los psicólogos modernos cuando aseguran que hay influencia perdurable en las circundantes en la época de la niñez. En el caso de la escritora chilena (materia prima combustible), los resultados han debido ser óptimos. Entre las líneas de una breve biografía (seca como las de diccionario) se lee que María Luisa Bombal ha disfrutado de posibles. En 1932, partió hacia Europa en busca de satisfacción a sus tantas inquietudes. Varios años en el superfino París de entonces; ingresó a la Sorbona hasta recibirse con notas sobresalientes de Licenciada en Filosofía y Letras.
Son curiosos y grandes a veces los tipos que engendra la mezcla de razas distintas (el producto maravilloso Thomas Mann por cuyas venas circula sangre portuguesa-hindú y alemana). María L. Bombal lleva en conjunción la francesa que le confirió sensibilidad y sutileza latinas (copio), reflejadas en su obra literaria. Y la alemana que le dió el concepto hondo y trascendental de la vida y de la muerte que caracteriza a los filósofos de la “otra Alemania”. Ella es asidua lectora de esas arduas obras (Nietzsche su favorito por hipersensible?)
María Luisa regresó a Chile en 1931. Al año siguiente, Pizarro Espoz formó una compañía teatral de aficionados que brindó al público santiaguino, una corta temporada. Marta Brunet, Vera Zouroff y la Bombal, figuraban ahí.
El imán poderoso que es Victoria Ocampo, debió atraer a la gran chilena que trato de delinear. Durante algún tiempo, hizo traducciones del francés para diversas editoriales argentinas. Me informa García Monge que M. L. Bombal traduce libros raros, con preferencia de la literatura fantástica. La Pajarita de Papel publicó una traducción suya, La desconocida del Sena de Jules Supervielle, La prestigiosa Sur le ha publicado cuentos. Es finísimo, una real filigrana, Las Islas nuevas (Apud Antología de la Literatura fantástica por J. L. Borges, Silvina Ocampo y Bioy Casares).
En 1933 la Bombal publicó La última niebla, un verdadero presagio, juzgó la crítica bonaerense. Ese mismo año, la autora contrajo matrimonio efímero con el pintor argentino Jorge Larco.
El vaticinio se cumplió: en 1938, el libro La amortajada consagró a María Luisa Bombal como novelista cumbre de Iberoamérica.
Construyo con referencias, con noticias de segunda mano, porque en este continente iberoamericano tan desunido, se vive en ansia continua y creciente de ciertos regalos espirituales jamás obtenido (ver las telas auténticas de Cossío del Pomar, ser dueño de un ejemplar de Xamaica de Güiraldes, hablar con Eduardo Mallea y con Victoria Ocampo, ir en peregrinación por Michoacán...) Oh la desesperación inútil del que mucho anhela y no tiene cómo irse por los largos caminos...
"Y los viajes absurdos que no tienen
ruta fija ni punto cardinal.”
Me cuentan que algún listo creyó ver plagio de La amortajada en Anticipación a la muerte del colosal Rubén Romero, pues hay parecido en la técnica. Conozco la estupenda novela del mejicano que fué publicada en el 39. De aquí, posiblemente, la suspicacia.
María L. Bombal asistió como invitada de honor al Congreso de los P. E. N. Club verificado en New York con motivo de la inauguración de la Feria Mundial (1939).
Al regresar a Buenos Aires, realizó el argumento de la película La casa del recuerdo, protagonizada por Libertad Lamarque. Ya la ausencia de su terruño se prolongaba; es posible que sintiera nostalgia y volvió a Chile, en octubre del 40, donde prosiguió sus actividades literarias, dando remate a su novela La historia de María Griselda (autobiográfica?) y que ella considera su mejor obra,
Y ahora viene el episodio que debe haber suscitado más comentarios que su excelsa producción literaria. Hasta es probable que muchos la desconozcan y sepan con prolijidad del drama ocurrido en los albores del 41.
¿Cuándo comenzó el idilio? 1931...32...? Lo penoso es que María L. Bombal se equivocara en la elección, como ha sucedido y sigue sucediendo a gentes de talento cuando de lances amorosos se trata. Eulogio Sánchez Errázuriz ha sido un hombre de acción: fundador de una empresa petrolífera, organizador de la milicia republicana de Chile, periodista activo. ¿Por qué se deshizo el romance?
Un amigo de la escritora le contó que en un almuerzo de hombres de negocios, Eulogio había leído en alta voz una carta de mujer enamorada. Entre bromas y decires, ¿qué mucho?, se había susurrado su nombre. Imposible que acto tan despreciable no provocara en ella alguna reacción. Imposible que en ella muriera aquel ultraje inferido por hombre que nunca la mereció.
En enero regresó Sánchez de E.E. U.U. e iba a ser festejado por sus amigos con una copa de champán. En calle céntrica de Santiago, lo encontró María Luisa y le disparó los cinco tiros de una pistola de salón. Su mano habilísima de artista titubeó en ese momento álgido, y el individuo escapó con vida, ¿Habrá aprovechado la lección?
Imagino reclusión sedada la de María L. Bombal en la Clínica del Dr. Allen de Navarro. El ilustre psicólogo es de generosidad amplia y versado en tantas cosas admirables que deben hacer amable la estada en su sanatorio. Fue él quien me inició en los estudios de la Psicología Moderna que sigo queriendo apasionadamente.
¿Está aún recluida M. L. Bombal? ¿Qué resolvió la justicia chilena? Preguntas mil que quisiera ver satisfechas, ya que el destino y la obra de la Bombal me son hondamente dilectos, aunque apenas adivinados.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Silueta de María Luisa Bombal
Por GUIOMAR
Publicado en REPERTORIO AMERICANO, San José de Costa Rica, 20 de septiembre de 1941