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María Luisa Bombal: Geografías imaginarias
"Casa de niebla", María Luisa Bombal. Ediciones UC, Santiago, 2012, 247 páginas

Por Jorge Edwards
Revista de Letras de El Mercurio. Domingo 8 de Abril de 2012

 



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En la literatura chilena de mi tiempo, la prosa de María Luisa Bombal era excepcional, secreta, de minorías. Daba la impresión de que ella había pasado por el mundo de Neruda, por el de los surrealistas criollos, por el de mujeres escritoras como Margarita Aguirre y María Carolina Geel, y de que había quedado al margen, en un espacio propio, reservado, mágico. Es probable que el episodio de Eulogio Sánchez Errázuriz, que la llevó a la Casa Correccional de Mujeres y después a un largo proceso penal, haya dejado en ella, hasta el final de su vida, una marca insuperable. Neruda hablaba de María Luisa como de un recuerdo remoto, emotivo, complejo. Solía aconsejarle a Margarita Aguirre que no se dejara influenciar por los "lados malos" de María Luisa. Sabíamos a qué se refería con esto de los "lados malos": al abuso del alcohol, a la emotividad enfermiza, que la había conducido a descargar una pistola contra su ex amante. Parecía claro, sin embargo, que no había intentado matarlo ni herirlo en forma grave. Pero había un factor, o varios factores, que se añadían: María Luisa se había ido a vivir a Nueva York, se había casado con un financista de sociedad y estaba en vías de convertirse en ciudadana norteamericana. Algunos años más tarde, en plena guerra de Vietnam, Neruda insinuaba que María Luisa era un caso político perdido, una partidaria entusiasta del "imperialismo yanqui".

Descubrí en esa época, me parece que en la librería Studio del centro de Santiago, un ejemplar de House of Mist. Era una edición de Farrar Strauss, de 1947, y estaba dedicada a su esposo, que le había ayudado a escribir ese libro en inglés. En mi lectura de entonces, me pareció una prolongación y un intento de refundir en un solo texto sus dos novelas anteriores, La última niebla, de 1935, y La amortajada, de 1938. Leí House of Mist con indudable interés, pero sin encontrar los elementos de sorpresa, de originalidad, de estilo, de los libros anteriores. Fue una lectura que me permitía reconocer fragmentos, atmósferas, situaciones, pero donde no había descubrimiento. En su género, en cambio, las dos primeras novelas eran obras maestras. En el relato en inglés de 1947 daba la impresión de que la autora, en su exilio neoyorquino, se plagiaba a sí misma, y de que trataba de hacerlo con un propósito extraliterario: el de ingresar en el universo de las fantasías de Hollywood, es decir, el de servir de base para una película del género amoroso y fantástico, producto que solía llegar de cuando en cuando hasta nuestras tierras.

He releído algunas veces las dos novelas, además del cuento "El árbol" y otros textos, y he pensado que el tono original, la personalidad de la visión, conservan todavía toda su fuerza. Era un tono inimitable, basado en la pincelada verbal, el rasgo incisivo, donde no sobraba nada. En años más recientes supe algo de fuente directa que me impresionó: Juan Rulfo, cuyo Pedro Páramo transcurre en parte en el mundo de los muertos, le comentó a mi amigo José Bianco, entonces secretario de redacción de la revista Sur, es decir, en la década de los treinta, que la lectura de La amortajada le había dejado una huella profunda. Bombal se había educado en París, había escrito un texto, celebrado por sus profesores, sobre Mérimée, y más tarde había convivido con los mejores escritores de Argentina, Jorge Luis Borges entre ellos, y había escrito parte de La última niebla, detalle curioso y comprobado, en la mesa de la cocina de Neruda, que en ese tiempo era cónsul chileno en Buenos Aires. En esa mesa histórica, desaparecida, no imaginaria, se escribieron también algunos de los poemas de Residencia en la tierra.

A pesar de que no me parece una novela lograda, encuentro en mi nueva lectura aspectos interesantes de House of Mist. Es probable que María Luisa, en Estados Unidos, haya leído textos de literatura fantástica de lengua inglesa y haya conocido bien Alicia en el país de las maravillas. La llegada a una región neblinosa del sur de América hace pensar de inmediato en el descenso de Alicia, que ingresa de inmediato, al comienzo sin darse cuenta, en un mundo irreal, donde el tiempo cambia, donde se codea con animales amigos, etcétera. Claro está, la fantasía de la Bombal de esta etapa está más cerca de la novela rosa; la de Alicia, del pensamiento matemático. En seguida, hay un tema narrado con fuerza en House of Mist. Diría, para definirlo en dos palabras, que es el de la otra y el de la mujer incompleta. En su episodio con Eulogio Sánchez, María Luisa sintió que era la desdeñada, la utilizada, la ilegítima. Sólo así se explica su agresión extrema a medias inconsciente. El personaje de House of Mist es también la otra, la hermana fea, la que suplanta a la bella Teresa, desaparecida y convertida en fantasma de un lago. En un momento determinado, salimos del mundo mágico de Alicia y entramos en el de la Cenicienta. La fea se transforma de pronto en la bella, la deseada, la amante del gran señor. Son cascadas de metamorfosis, mientras los personajes, los objetos, la realidad misma, se hunden en mares de niebla. El proceso no nos convence, pero no podemos negar que María Luisa tenía una habilidad narrativa y un manejo de la lengua extraordinarios. Otro detalle digno de ser destacado es que el texto, a pesar de su deliberada irrealidad, de su niebla omnipresente, está salpicado de personajes y retazos de naturaleza criollos. Hay, a pesar de todo, mamitas que fabrican empanadas en hornos de barro cocido. Y no faltaba, en la biografía y en la fantasía, el gran personaje chileno. María Luisa conoció a su marido, el conde Fal de Saint Phalle, en un baile celebrado en Nueva York por Jorge Cuevas Bartholin, el marqués de Cuevas. No podía ser ningún otro. Y agrego un elemento de sorpresa, sacado también de mi experiencia directa. Niki de Saint Phalle, escultora célebre en los años sesenta y setenta, autora de muñecas de colores que tenían una gracia alada, a lo Calder, era sobrina del marido de María Luisa. Según me contó, conoció a María Luisa durante su adolescencia neoyorquina y ella, tía política suya, con sus conversaciones, con su imaginación, la orientó al camino del trabajo de artista. Entre Juan Rulfo, Neruda, Jorge Cuevas, Niki de Saint Phalle, los vasos comunicantes, como observará el lector, no terminan de conectarse.

La película que no fue

En Norteamérica, el conde Fal de Saint Phalle y Chabannes, marido de María Luisa Bombal, consiguió que Paramount Pictures se interesara en llevar La última niebla al cine, pero el estudio le exigió aclarar el final. Por su parte, la editorial Farrar Straus & Giroux aceptó publicar el libro siempre y cuando tuviera un mínimo de 200 páginas. La autora chilena decidió entonces reescribirlo. Así nació la novela House of Mist. Su éxito editorial despertó el interés del ejecutivo Hal Wallis, quien compró los derechos para el cine por 125 mil dólares. Jennifer Jones y Audrey Hepburn se mencionaron como posibles protagonistas, pero el proyecto no se llevó a cabo.

Más tarde, John Huston quiso dirigirla con la actuación de Humphrey Bogart y Lauren Bacall. La propia Bombal trabajó en el guión. Todo quedó en nada, nuevamente. La actriz mexicana Dolores del Río, amiga de Huston y de Bombal, propuso filmar "House of mist" en México, sin mejores resultados. Cuando el estudio United Artist se interesó en adquirir los derechos, la Paramount no quiso cederlos. La película nunca se hizo.

Una edición que le hace justicia a María Luisa Bombal

María Angélica Zegers, directora de Ediciones UC, señala que les tomó casi un año concretar el proyecto, ya que debían averiguar sobre los derechos de Farrar Strauss y conseguir que la hija de María Luisa Bombal autorizara la publicación. En todo este proceso, destaca el apoyo fundamental de Lucía Guerra, "primero como la agente de la obra de la Bombal y luego accediendo a ser la traductora, lo que le dio un inmenso valor agregado al libro".

- ¿Cuál es el principal aporte que esperas de esta publicación?
- Creo que es interesante que se abra un debate sobre la calidad de esta novela y que se contraponga a los otros libros de la Bombal; sobre todo, porque da cuenta de una etapa en la vida de la autora que es necesario abordar. El valor de esta publicación está en permitir que el público pueda leer esta novela en español, porque, como nos dijo su hija Brigitte: "Todo lo que publicó mi madre pertenece al mundo entero". Con la publicación de Casa de niebla, no queda nada inédito de la Bombal, cuya obra fue muy corta. Me parece que existía el deber de editar este libro y así cerrar el círculo de su obra. Le hace justicia a una de las más grandes escritoras chilenas de la historia y que nunca recibió, como merecía, el Premio Nacional de Literatura.



 



 

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"Casa de niebla", María Luisa Bombal. Ediciones UC, Santiago, 2012, 247 páginas
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