Del poemario Sangrías (Ediciones El Aduanero, 2008).
El matamoscas de Lesbia
Regreso agitada y burbujeante
presionando con los dedos
el cuello
del cristal que envuelve al vino
Regreso redonda y satisfecha
frondosa y perfumada
con las carnes tambaleantes
y envinados mis sabrosos frutos
él dijo:
me molesta tu perfil
de gesto seguro y suficiente
sólo eres una mosca gorda
mosca negra peluchuda
e inflamada
de siniestros pelos
Ruedo por la inmensa cama
Me desprendo de una tela
entallada y descosida
le confirmo
que soy negra y sucia
negra de carne dulce
carbón de azúcar
mosca exótica con vientre acústico
forrado de terciopelo
una cajita pequeña de resonancias
Confirmo que soy negra
y deliciosamente gorda
y que en alguna parte olvidé las pantaletas
él dijo:
me enoja cuando bebes
arrogante elevas el meñique de tu mano
eres perra añeja
que provoca
carnívoros deseos
dan ganas de hacerte tierra
y cocer un jarrón de tu barro
Sonrío
me acomodo y le reitero
que soy negra y mala
negra de labios gruesos,
que la forma de la hembra madura
se impone
y concentra la elegancia
de lo abundante,
le da poder al cuerpo
que tengo los pezones zarzamora
que estoy desnuda
y se me dibujan grietas
que adornan mis nalgas
con la textura del satín
él dijo:
me haces falta
Adormilada
abro las piernas
que atesoran mi sexo oscuro
inflamados sus pequeños olanes magenta
en esta flor clava su lengua
no me molesto con él
sé que tiene hambre
El tierno algodón del cielo
Mira llagarse el negro azul del cielo
su sentimiento se trasmina
Ve cómo el agua pesa
mira
ven pequeña
siéntate en mis piernas
te voy a contar un cuento
sobre el metal negro en las muñecas
de cómo mi padre rompió una paloma
de la humedad en las lágrimas
y la belleza del sufrimiento
de cómo recojo tus manos
con bochorno y sofoco del aliento
y se te mojan los frágiles poros
dilatados por la incertidumbre
Mírame lentamente pequeña
porque es nervioso el remordimiento
y lamer orina de tus labios
es perder la visión
en un parpadeo pardo
e inquietante
en el cual me encrespo
exudo
te aprieto
porque el placer se enreda en mi
penetro embisto invado
exploto serpiente
y no me contengo
para entregarte ese sufrimiento
que nosotros llamamos amor
ven pequeña
vamos a casa
cierra las piernas
y levántalas
que el cielo se estremece
y ya se ve caer el delgado trazo del agua
mira cómo se derrama en todo la sombra
sin embargo creo que aunque no se ve
el blanco algodón del cielo
está manchado de sangre
Encarnadura
Mi madre es un ojo en la tina
abro la llave
para hidratar el filo de sus párpados
y empapar mis extremos
desmembrándolos
con el mirar oxidado
espejo roto
del aguaje
sangro espeso
desbordo vísceras
tengo el vientre retacado
y el pecho lleno de intestinos
la piel que se desprende
es una niña muerta
de carne blanca y transparente
bulbo
de numerosas pieles de cebolla
que parpadea
y le trasminan las venas
pequeñas y magentas
flotantes en sanguaza
Recién nacida soy un huevo
menguante
y agrietado
por los límites del agua
salgo de la tina
Jalea de pájaros
(Extractos)
¡No juegues con las profundidades del otro!
L.Wittgenstein
I
Exprimir pájaros amargos
picaflores dulces
para extraerles el canto
y su néctar
zumo muerto
que mancha del negro color
de las ojeras
II
Se esparce el humo aroma del canto
perfume de pájaros exprimidos
calladamente amortajados
con pirul
dentro de la olla
III
Déjenme morir sin dios
No claven pájaros en mi cabeza
Quiero caer llorar
gruñendo gritar al verme
sin piernas ni manos
Que el dolor y el pánico me enciendan la mente
que mis pájaros sangren al estrellarse
contra el hocico del miedo
y sólo quede tizne
tiznón del perverso canto
que miente y dice caerá el sol sobre la tierra
y aún moribundo arrasará los campos
Sufrir, quiero retorcerme y sufrir
en el concreto del cráneo
que me trisque la nada
en la amargura de la niebla
que venga la muerte a humedecerme
con la mordida del dolor
Sólo déjenme morir solo
tranquilo en la sombra
sin la estúpida intromisión de dios
IV
Jamás podremos herir al cielo
pero sí a sus pájaros
derribarlos uno a uno
con los truenos
de un rojo y pequeño revólver
de gatillo brillante:
vértebra del trueno
..... relámpago
Y no será sangre lo que salpique a las manos
..... sino un azul terrible inmenso
..... ..... porque la mar no se repliega
..... nunca mar fue manso
..... pensar en su hechura da miedo
..porque el mar es la muerte
..porque la muerte
todo el tiempo fue agua
y el agua
todo tiempo
ha sido cielo
Del poemario Los rituales de la tristeza (Inédito).
La belleza de empollar huevos azules
para desteñir de nuevo el cielo y entinte de mar el sol
..... ..... Últimas palabras a Mariana
..... ..... antes de ser destruida por el serrucho de la muerte
Separa el torrente de la cabellera
Mariana querida
y deja te penetre la belleza
..... (la verdadera)
La que desgarra por cuchillo de mil uñas
rebana músculos y se eleva hasta la mente
La que destroza mitos, la que aplasta deidades
La que destruye historias y falsos versos
en la hermosura de un trueno a la una de la tarde
y más aún, su voluntad el viento
..... azotando árboles, arrancándole
pájaros a los nidos
entregándolos a su fragilidad, a su inútil muerte:
..... tronido estrellándose música contra el cielo.
La longeva belleza Mariana
Cómo reconocerla cuando ella alumbra
O apaga los caminos de tu yo
...que se destroza hecho trizas como el tiempo
embarrado al que pudo ser tu yo
Caracol dejando residuos de lo que pudiste ser:
..... el negro florecimiento de un cuervo para la inteligencia.
Aún sin saberlo
ella está ahí, desnuda sobre cenizas:
(la belleza) lechón negro en charola de plata
en el sudor frío de la piedra
..... en un sueño encharcado
en bocacalles y casuchas mojadas
en el chapoteo de los viejos y grandes barcos
destejiéndose rojizo mar
—limo descuajado en agridulces siniestras natas—
Ella estará ahí hecha mar
y en el mar sobre la arena (espuma)
..... guadaña que regresa
otra una y otra vez
para segar las piernas
de los que en paz caminan
descalzos, humedeciendo deseos
..... ...sin querer nada.
Vamos, separa los dedos
abre la mano y digamos
que si la belleza es manzana
..... y nace para morderse
muérdela, para de ella nutrirte, Mariana
y tener algo más que espíritu
algo más profundo que no el ánima
..... más interno [donde se realiza el Acto
..... que te da la esencia]
y no sea simplemente el alma.
Guardemos todos pájaros bajo la falda
Alejémonos de la absoluta blancura
de pechos minimalistas y lunas griegas
...Césares castrati y ángeles perversos.
...De sus volantes y sus frunces, alejémonos
dejemos de flotar en la espuma de esas mentas
... ...... ...—que somos polvo maliciento—
mantengamos los dedos activos
aunque sean silencio las notas del piano
... ...y estén vibrosas, toqueteantes por aquí y por allá,
...las teclas de este enorme amante negro.
Guardemos hombres y mujeres bajo las faldas
pajarillos de todos colores,
tibiemos la piel de madre-humedad
...para que no aleteen pequeñas sus pestañas por el frío
y suden consuelo en el aislamiento.
Seamos oscuros
y huyamos de la absolutista elocuencia del cielo,
apretemos con las piernas tantos pájaros como se pueda madurar
...hasta que revienten de blancas y puras plumas
como hacen las más tercas, temibles y amorosas muchachillas
con su manchón de vellos.
Entonces volarán los gorriones de la garganta
... ...y posible es —que sólo así— listos estemos
para pertenecer al elegante mármol del cementerio y ser
un puñado
.. ... .... ...de flores agresivas.
De la tristeza del poeta al bajar la marea
...en la mesa de lectura
Siempre hay malos poetas
(afortunadamente
nos vienen a leer —en verso sus incontinencias)
Algunos tienen notables premios, otros
—como yo— no los tenemos, pero
eso no evita que como las olas
cada cierto instante
regresemos a estrellarnos contra ustedes
para esculpirlos en escuchas
... ... ...de la poesía
...(por accidente)
al igual que los peñascos
son acariciados por los rumores del mar.
Innegable es también
que si no escribiéramos
nosotros, los poetas malos (espuma de los mares),
los grandes poetas no existirían
no podrían formarse porque necesitan
a toda costa
. .. de nuestras olas pequeñas
No tendrían mar para crear sus tempestades
ni las burbujas de las perlas para explotar
contra todos (ustedes)
...arrastrándolos agua adentro
en sus turbios aguajes
.. . ...hasta inundarlo todo
hasta desaparecerlos
a ustedes y sus gritos
con el alarido de sus aguas
transformarlos en mar mismo, desvanecerlos
en el terrible perverso silencio
de la paz de la tierra
y asimilarlos así, irremediablemente
convertidos en poesía.
El derrumbe de las Ofelias
Desconfía
que tan importante es el silencio
que necesario es no callar
Del chapoteo de los lagos
desconfía, del murmullo de los ríos
del reflejo débil de los charcos
Porque mujeres extrañas
se sumergen en los mares
y en cada estanque la silueta
de alguna Ella
se encharcó
No son hierbas negras
los cabellos desmadejándose
entre nenúfares enmarañados
Son cabelleras destejiéndose en encaje
como viejas telas en el agua
Extrañas mujeres se ahogan en los estanques
y bajo narcisos, reposan
Sus cabellos en el agua se derriten
Se sumergen, tal vez
cuando el mundo
se hace incomprensible
y buscan respuestas tragando agua
Luego
sucede lo contrario
y con sus cuerpos nutren de sabiduría
al pájaro, dan color a sus plumas
al siervo que lame estas aguas, al hombre
que en ellas se refleja
Desconfía, porque ellas endulzan el agua
Se nutren las flores
enrojecen sus pétalos
ennegreciendo los capullos
se endurecen
ensombran el aguaje
huele
a hembras
Algunos creen, incluso, que se vencen
y flotan sobre el agua
sólo para verse hermosas
Sus pechos en el agua, qué delicia
verlas de dios esconderse
entregadas al sueño del agua
abren las piernas
y dios (desconfía)
no las protege
no las olvida
Porque dios no fue creado para las mujeres
Y eso es tan natural como hundirse en el mar
para ver desde el fondo
piezas de ajedrez revueltas
en el puñetazo de una ola
Cadáver con ciruelas sobre un lienzo azul
Al que sabe caminar en el frío.
Vibrante
—vibrante humo hierve
índigo azula en las calderas
balcones con herrajes
entre pasillos paredes desteñidas
mojados pasadizos
por escalerillas y desvanes
vibrante azul
en las grasas crenchas
de esta ciudad.
No piensa
es sólo humo vibrante
hidratando los hermosos harapos de la pobreza
sobre los delicados cuerpos del hambre
azulaba
azulaba
entre el polvillo de los libros
las espadas
metal y sangre, todo Eterno se hace polvo
no hay camino oculto
tenemos hambre
en nuestras bocas
son plegarias los insultos,
los silencios son piedad.
Azuloso vibrátil
el humor que cristaliza
dentro de las casas rotas
donde se amortajan
feroces, los amantes de lo feo
tremendistas los malditos, las amargas.
Con los efectos de la mugre, somos otros
un desgarre de lienzos polvorientos.
Será que sólo vemos hacia abajo, como los muertos
sólo nos es permitido mirar hacia atrás.
Azula
—todo azula en plena descomposición
la miseria, en los labios sabe a centavo
a cobre azul
a pan azul y fría anestesia
medio rostro dormido
para reconocer que somos otros
con los rasgos de la anemia, somos otros
pero hermosos, frágiles (como las naranjas
que azulan sus óxidos) para la inquietante belleza del hambre,
soles muertos del invierno, pulpa de cadáveres
moliéndose
—sobre estos ferrosos techados—
nieve de azulada sal
nieva azulada sal.
(Ciudad de México, invierno de 2008.)
* * *