La   espina en la flor. 
          Muestra de poesía   mexicana. 
          LAR (Literatura Americana Reunida) Chile, 2009.
          
    
        
        Poesía Mexicana Actual 
        Selección Mario Meléndez 
         
        Mario Bojórquez (Los  Mochis, Sinaloa, México, 24/03/1968), Becas: para jóvenes creadores del INBA  (1992), del FONCA (1994-1995 y 1999-2000), y de creador con trayectoria de  DIFOCUR-Sinaloa 
(1993-1994), del FOECA Baja California (1998-1999) y del FOECA  Sinaloa (2002-2003). Premios: Premio Estatal de Literatura de Baja California,  1990; el Premio Abigael Bohórquez, 1995; el Premio Nacional de Poesía Enriqueta  Ochoa, 1996, el Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura, 1996 y el Premio  Nacional de Poesía Aguascalientes, 2007. Libros: Pájaros Sueltos, 1990; Contradanza  de pie y de barro, 1996, Diván de  Mouraria, 1999, Pretzels, 2005 y El deseo postergado, 2007. Su obra ha  sido traducida al francés, portugués y al inglés y publicada en Portugal,  Francia y Estados Unidos. Ha publicado una antología de poesía amorosa de Jaime  Sabines y otra de Eduardo Lizalde. Actualmente se desempeña como editor  asociado de la revista Biblioteca de México (Premio Nacional al Arte Editorial  2004, CANIEM), profesor de retórica de la Fundación para las letras mexicanas y director  general del Encuentro Iberoamericano de Poesía Ciudad de México.
         
        CASIDA  DE LA ANGUSTIA
        I
        Un ácido durazno
          una escaldada lengua de durazno
          un picante y ardiente y amargo y picante durazno
          en la escaldada lengua, oh tristes,
          eso es la angustia.
  ¡Ah! sonrisa  estudiada, aligerada, ensayada en el espejo
          de lo que no digo.
  ¡Ah! estúpida respiración despepitada, oprimida, deletreada
          veneno inocuo
          ulceración.
          Qué frágil  corazón para el que sufre angustia
          qué lenta máquina, qué desastrada
          y lenta máquina es el corazón.
        II
        No conoció la fiebre
          mi lengua no conoció la fiebre
          no se alzó enardecida para un canto febril
          sólo un cantar alegre
          oh tristes
          sólo un cantar alegre
          cantaba mi lengua en su canción.
        III
        Este veneno ya estaba  en mí
          en mi sangre
          antes de mí, mi sangre ardió,
          antes de mí, mi sangre envenenaba a otros,
          mi padre y su padre y sus abuelos, todos heridos
          hasta el principio primordial.
          Todos ardían como yo
          todos arden conmigo.
        IV
        Pero el veneno escalda  la lengua más feliz
  ¡oh, tristes!
          Hablo de mí, sólo de  mí.
        
        * * * 
        
        Álvaro Solís es licenciado en  Filosofía por la   Universidad Autónoma de Tlaxcala y Maestro en Literatura  Mexicana en la   Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. 
            
          Ha publicado los  libros de poesía Los ríos de la noche  oscura (Gobierno del estado de Nayarit, 2008), Los días y 
sus designios (Educación y Cultura/El errante  editores/Profética, Puebla, 2007),  Cantalao (Universidad de Guanajuato, 2007), Solisón (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2005), También soy un fantasma (Gobierno del Estado de Tabasco, 2003), y  el libro infantil Querido Balthus, yo  también perdí a mi gato (Gobierno del Estado de Tlaxcala/Alas y  raíces/CONACULTA, 2007). Es coautor de La  luz que va dando nombre: Veinte años de la poesía última en México 1965-1985 (Gobierno del Estado de Puebla). Su poesía aparece en diferentes antologías,  así como en diferentes revistas nacionales y del extranjero como La estafeta del viento, Sibila, Biblioteca de México, etc.
            
          Ha obtenido los  siguientes reconocimientos: el Premio Tabasco de poesía José Carlos Becerra  2003, el Premio Nacional de Poesía  Amado Nervo 2006, el Premio Nacional  Clemencia Isaura de Poesía 2007 y el Premio  Nacional de Poesía Joven Gutiérre de Cetina 2007. Ha sido becario en dos ocasiones de la Fundación para las letras Mexicanas, del Fondo  Nacional para la Cultura  y las Artes en la categoría de Jóvenes Creadores en la emisión 2005-2006 y  del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de  Tabasco. Director Adjunto del Encuentro Iberoamericano de Poesía de la Ciudad de México 2006.
         
        EL AGUA Y LOS SUEÑOS
        
          
            
              … Luego todas esas  aguas calmas son de leche
                   Y todo lo que se derrama en las blandas  soledades de la mañana. 
                                                                                              Saint-John  Perse 
            
          
        
        Siempre  quiso ser un pez.
          Caían rayos  y nadaba sin parar, se negaba al cansancio,
          buscaba el  rostro de mi abuela en las aguas del río que le vio nacer,
          nadaba por  horas y extrañas aletas se le emparejaban,
          lo miraban  como si fuera un pez
          y mi padre  dormía bajo el río, pero despertaba antes de ahogarse,
          soñaba que  un inmenso cuerpo de agua lo tomaba por el cuello,
          lo sacudía  una y otra vez, 
          entonces  despertaba y seguía nadando contra la corriente, 
          siempre  contra el río a quien nunca pudo vencer.
        Mi padre,  solo por el mundo de las idolatrías,
          esperaba la  vuelta de mi abuelo que se embarcaba en el Carmen
          y se dormía  al esperar,
          soñaba que  un inmenso cuerpo de agua, 
          que lo  sacudía por el cuello,
          lo  injuriaba. 
          Y mi padre  se despertaba entonces,
          subía al  mástil de los barcos,
          se lanzaba  al río
          queriendo  ser un pez que sabía volar,
          nadaba por  horas contra la corriente
          hasta el  cansancio, hasta el sueño 
          donde un  inmenso cuerpo de agua lo sacudía por el cuello
          y le  cantaba las canciones que mi abuela no pudo.
        Mi padre  pasaba horas enteras sentado en las bancas del parque
          creyendo  que Dios era una mierda,
          se quedaba  dormido y sudaba las aguas del aire,
          soñaba que  un inmenso cuerpo de agua lo abrazaba de pronto
          con cariño  maternal, 
          y se reconocía  en el sueño, sin querer despertarse
          recordaba  los bailes alrededor de mi abuela
          y nadando  de frío por las calles silenciosas de la ciudad,
          se  emparejaba a furibundas aletas describiendo diminutas eses en el agua.
        Mi padre  encontró la felicidad en el nado,
          en la  imagen femenina del agua, diría por esos mismos años Gaston Bachelard,
          quien  trabajaba en lo mismo, 
          quien  soñaba con inmensos cuerpos de agua que lo tomaban 
          por el  cuello queriéndolo injuriar,
          y  muy temprano con el canto de las aves, mi padre  y Gaston 
          salían a  las rutas que el servicio postal les asignaba,
          repartían  las cartas mientras ambos pensaban en el agua,
          en los  sueños femeninos, en la imagen ausente de la madre
          y nadaban, 
          uno por el  agua de los sueños, 
          mi padre  contra el agua lunar.
        
        * * *
        
        Jair Cortés. Poeta y traductor. Nació en Calpulalpan, Tlaxcala, México,  en 1977. Poeta, traductor y promotor 
cultural. Ha sido  Becario de la Fundación para las  Letras Mexicanas y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Su  obra se ha publicado en diversos medios impresos y electrónicos de circulación  nacional e internacional y ha sido incluida en diversas antologías de poesía  mexicana y latinoamericana. Profesor de Poesía en la Sociedad General  de Escritores de México SOGEM, Campus Puebla. Juntó con Rogelio Guedea preparó  y prologó el libro A contraluz. Poéticas  y reflexiones de la poesía mexicana reciente (2005). Autor de los libros A la   Luz de la sangre (1999), Tormental (2001), Contramor (2003) y Caza (Premio Nacional de Poesía  “Efraín Huerta” 2006). Recientemente apareció Enfermedad de Talking, poema y  experimento poético que retoma la idea de traducción como reescritura. Parte de  su obra ha sido traducida al portugués, náhuatl, inglés, mayo, tsotsil, francés  y catalán. Miembro del Consejo Editorial de la revista electrónica de  literatura Círculo de Poesía www.circulodepoesia.com
         
        GRITAMOS
          Desgargantados                         nos  ofendemos
        El encuentro de la  frase  aquí
          en la cara de este  minuto que tiembla
        Fuego que  escupe fuego
          como una llamarada  que se enciende desde la médula de la brasa
          las palabras arden  en tu boca 
                                   (enjambres destinados a la muerte)
                                                            quemándote el aliento
        En nuestro enojo
          somos el resuello  que azota los árboles
          estruendo nada más  de mirarnos en el aire turbio
          pulmones agrios                          escupitajos
        (hocico cerrado es  belleza)
        
        * * * 
         
        Alí Calderón (Ciudad de México,  1982) es poeta, editor y crítico literario. Maestro en Literatura Mexicana. En  2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue  merecedor, en 2004, del Premio 
Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Becario  de la primera generación de la   Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía. En  2003 obtuvo el Premio Ínter-universitario de ensayo del Estado de Puebla. Es  autor del poemario Imago prima,  Universidad Autónoma de Zacatecas, 2005 y Ser  en el mundo, UABJO, 2007; del libro de ensayos La generación de los cincuenta, Fondo Editorial Tierra Adentro,  2005 y coordinador de la antología La luz  que va dando nombre 1965-1985 20 años de la poesía última en México,  Secretaría de Cultura de Puebla, 2007. Ha sido incluido en una decena de  antologías de poesía mexicana. Ha publicado poemas, ensayos y artículos  académicos en distintas revistas de México y Estados Unidos. Actualmente es  profesor de la Facultad  de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla y estudia el  Doctorado en Letras Mexicanas en la   UNAM. Es cofundador de la revista electrónica Círculo de  Poesía.
         
        [Pobre Valerio Catulo]
        A quién darás hoy  tus versos, infeliz Catulo?
          sobre qué muslos  posarás la mirada? Qué cintura rodeará tu brazo?
          cuáles pezones y  cuáles labios habrás de morder inagotable hasta el hastío?
          Termine ya la  dolorosa pantomima: fue siempre Lesbia, 
          exquisito poeta,  caro amigo,
                                                   un reducto inexpugnable.
          A qué recordar su  mano floreciente de jazmines o aquellos leves gorjeos sonando tibios en     tu oído?
          para qué hablar del  amor o del deseo si ella es su imagen misma?
          por qué evocarla y  consagrarle un sitio perdurable en la memoria? 
                                                                                                            por qué Catulo? por qué?
          Que tus versos no  giren más en torno a sus jeans, a su blusa sisada,
          que tu cuerpo se  habitúe a esa densa soledad absurda y prematura,
          que su nombre y su  figura de palmera y su mirada de gladiola 
                                                                                                         se pierdan, poco a poco,
          ineluctablemente y  de modo irreversible,
                                                                    en  el incierto y doloroso
                                  ir y venir de  los días.
          Y que a nadie  importe si se llamaba Denisse, Clodia o Valentina
          qué caso tiene  pobre Valerio Catulo? qué caso tiene?