Muestra de poesía femenina
hispanoamericana 2
VICTORIA GUERRERO
nostalgia
hoy he venido como el viento que sopla las hojas nocturnas
he venido para que no te fueras
he cabalgado toda la noche con el hocico ensangrentado
las hojas a mi paso han dejado caer su aliento para que yo no muera
y los sueños oscuros han empezado a surgir como manantiales
toda la noche el mar ha ardido sobre la rompiente de las olas
he ansiado acallar este silencio llagado por la distancia
este silencio que atrae los abismos
otra vez el gran naufragio se ha acercado a las costas
y ha abierto las cicatrices de mi cuerpo
todas mis cicatrices tienen una armonía
todas han sido desolladas por la espuma de una ola quemante
ahora todo existe en mi cuerpo como un llanto
diminuto ridículo
como el primer corte pesado del vientre
que se exhibe sin pudor
casi con gracia
pero por dentro una niña va rasgando un himno
cantado mansamente en la infancia para luego perderse en nuestros labios
como una gloria polvorienta bajo las huellas de los pies
hoy he venido pequeña muerte que me miras con ojos extraviados
he andado he corrido detrás de ti
he mordisqueado el vientre de mi madre he pataleado desde el fondo
alguien que desconozco me ha marcado con un hierro candente la nuca
ya no tengo nada que ofrecerte
estoy vacía
el fuego de mi nacimiento se ha perdido en la piel de unas manos extrañas
abro los ojos
y el mar revienta en cada pupila desolada
pronto me rodeo de sueños
una caravana de naves negras naufraga en la penumbra
contemplación
el ojo de una rata me observa
su único ojo rojo me mira
y yo miro la oquedad de su ojo izquierdo
por ese hoyo tal vez se pudiesen entrever
otros mares de arena otras orillas
como la primera orilla de la que partí:
en el ojo de fuego de mi madre
entonces todo volvería a arder
el agua el ojo el fuego
y mi cuerpo se diluiría en arroyuelos y ríos sin fin
pero esa oquedad no existe
sólo mi miedo y el ojo solitario de la rata
que ejerce su dominio sobre mis ojos
que son dos ojos pequeños y miopes
por los cuales ella me observa:
reposar la cabeza sobre el ombligo de mi esposo
ahora el viento es suave
y las hojas suben al cielo
desde donde una pequeña ave de rapiña
desafía al sol
y nos contempla
De: El mar, ese oscuro porvenir (Santo oficio, 2002)
la ciudad del reciclaje
(por estos días)
con el corazón hecho trizas atravieso un puente
una superficie metálica incapaz de corromperse
abajo
se asoma un río inmenso
.. .. . .. ... . .. .. . .. ... .. .. .. .. gélido
un hermoso espejo azul que cobija a sus muertos:
tres punks
un profesor universitario
una mujer desconocida (siempre lo somos)
.. .. . .. ... . .. .. . .. ... .. .. .. .. flotan sobre sus aguas
yo les llamo mis ofelias postmodernas en la ciudad del reciclaje
(do not recycling is illegal –dijo la dueña de casa
y enseguida me puse a separar las astillas de mi corazón)
nadie diría que esos cuerpos me atraen
y sin embargo
una parte de mí se inclina hacia ese lado
desde donde se mira el vacío como recuerdo de una infancia feliz
.. .. . .. ... . .las aguas me esperan
.. .. . .. ... y me acobardo
tiro del otro lado
no menos incierto
por donde las luces de los autos se devoran
.. . .. ..unas tras otras
.. . .. ..unas tras otras
y mi cuerpo quedaría engullido tragado por ellas
.. . .. .. una desnudez de espanto
―me digo
.. . .. .. . .. ....y otra vez
me acobardo
al otro lado del puente (el principio o el fin poco importa)
un río menos brillante cruza bajo mis pies
el rímac se eleva sobre mi memoria como lo que es:
un lecho oscuro que opaca nuestra miseria
y sin embargo
ese lecho de barro hostil tal vez alguna vez fue bueno
y meció entre sus garras tiernas
a mis abuelos
a mi padre
a mi madre
a mi hermana
a la pequeña luz maría
o a mí
sudaca cuya sombra se refleja en un hermoso río pálido
dispuesto a quebrarse a la primera bocanada de luz
o al chillido de otro cuerpo (el splash de la muerte)
─como todos estos─
heridos de inocencia
en la ciudad del reciclaje
cuyos puentes jamás se quiebran
De: Ya nadie incendia el mundo (estruendo mudo, 2005)
Hoy día viajo en los aviones
y ya no me conmueve que la única forma de encontrarme en mí
sea en ellos
El panorama desde aquí es enternecedor
si te pones a pensar en todas las bombas
que explotan allí abajo
y en los niños salvajes que gritan
su inocencia sin pudor
Hoy este paisaje es mi corazón
y el porvenir es sólo una aventura
Viajo sin dinero
mi salud es precaria
pero mi espíritu es fuerte
como una explosión en la noche
Hoy soy una antorcha
un gran halo de fuego y llanto
No lamento mis lágrimas
porque son hermosas y sacian mi sed que es infinita
Los aviones son estrellas luminosas
esta noche
Torpes pájaros de luces multicolores
Quisiera que el despegue fuese más atrevido
como una sonrisa que te mira a los ojos
sin pestañear
Hoy es uno de esos viajes
en que el cuerpo viaja hecho polvo
y los recuerdos aparecen una y otra vez
a golpearte el rostro
y te vas quedando dormida
porque la nostalgia es grande
y las imágenes de ti centellean detrás de cualquier nube
Y te duermes
y los aviones no existen
sino sólo madres
que te arrullan en una noche de altos fuegos
Buenos Aires, 17 de julio 2005
Baile
El fuma
Ella hace rodar sus anillos
Gottfried Benn
Viendo mi cadáver Este cadáver peruano
flotando río abajo
arrastrado
hacia sucios mares del desierto del Perú
recordé a mi abuela loca
y su extraño canto
el eco atravesado de su voz en paredes de adobe
ojos azules que me miran observan el corazón de una fruta descarnada
Sáenz Peña 450 Allí nació mi desatinado baile
En medio de una fiesta gótica chispeante de tonos chicha
Alumbrada por una iglesia limeña de mediana alcurnia
se celebraron las bodas de la Locura
Un anillo se hundió en el otro para pactar la nueva Alianza
Esposos & Esposas
recitaron el viejo poema del manicomio
un disco de vinilo siguió a otro
como mi madre siguió a la suya y yo a ella
He ahí el origen de este cadáver desplazado de su sucia tierra natal
Entonces Esposo
dame dos anillos viejos para entendernos
Ahora que conoces el pasado
Es tu turno de agitar el futuro
Los dados al centro de la mesa mugen su balada:
6 6
Lo dicho:
Un golpe de dados nunca abolirá el azar
*
Hace tres años que llevo de la mano a mi hijo no nacido
Medio estúpido el pequeño caminaba tembloroso
aturdido por la piratería
estereofónica de
Galerías Brasil
Si estuviese medio vivo tendría un corazón de sapo como su madre
que no sabe hacia donde más saltar
y se hincharía como un enorme zeppelín
para luego arrojarse
100km/h
↓ (río abajo)
hasta quedar hecho trizas
con más suerte quizá logre caer en este mar contaminado
con el que he intentado hacer todo este tiempo
un poema
la triste balada del porvenir
que tanto le gusta a Jerónimo
Esposo (o ya Ex)
repito otra vez
¿Es este el hijo que quieres para ti?
¿Un cursi al que hay que enseñarle a chapotear en los océanos?
Pero Cuidado
también es fuerte mi hijo
mucho más fuerte que la ola arenosa de un mar embravecido
Y cuando se enoja
No quisieras verlo
No te gustaría (Ni yo misma lo puedo mirar a los ojos sin cegarme ante su belleza)
Se eleva como un Sol rojísimo
Y pasa quemando el horizonte
A duras penas podrías verle el rostro
Ah el condenado cómo chilla y hace pataleta desde lo más profundo
Tanto que los punks postpuks y indies han subido el volumen
de sus equipos de sonido
para opacar su grito de cadáver peruano tibiecito
No Nadie nos ha querido oír
Ni siquiera tú
Aquí el poeta Ramírez Ruiz explica más claramente:
Tú clase pujante /Yo burguesa de medio pelo
Tú miembro de la cofradía del Niñito/ Yo poemas cursis
Tú Tarkowsky Jodorosky y todos los que le siguen/Yo operación anual y aparatos de
tortura
Tú mitología libros de historia tu madre exigiendo
dinero llantos de tu amante en Boston / Yo mi madre mi abuela loca la terapia un amante en prisión etcétera
Yo pateando puertas rompiendo ventanas/ Tú haciendo maletas entrando solo a un viejo cine
Y sin embargo, hubo que colocar entre tú y yo 748 kilómetros
una música estridente y este hijo
sí este hijo
(Del poemario inédito Berlin)
Victoria Guerrero P. (Perú, 1971). Poeta e investigadora, doctora en literatura por la Universidad de Boston. En poesía ha publicado: De este reino (1994), Cisnes estrangulados (1996), El mar ese oscuro porvenir (2002) y Ya nadie incendia el mundo (2005). Sus poemas han aparecido en diferentes antologías, entre ellas: Mujeres mirando al sur (Madrid: Torremozas, 2004), Antología de poetas peruanas (Buenos Aires. Eloisa Cartonera, 2004), Los relojes se han roto (Eds Arlequín, Guadalajara, 2005) e In Santas, antología de poesía escrita por mujeres sobre la violencia política. (Lima. Red por la democratización global, 2007). Es directora de la revista de cultura y política Intermezzo Tropical. Actualmente vive en Perú y se desempeña como profesora en diversas universidades de la capital. Su libro inédito Berlin, está próximo a publicarse.