Tú que fuiste polen en jardines de los muertos
Regresas a la escritura que sembré por esperarte.
Ahora en el blanco la clorofila se detiene
Para que avances en ilusiones otra danza.
Te pido que descalza traces una línea
Asumas todos tus aromas
En la fiesta de Noviembre no funeral.
Tan amplios sus pétalos crecen
Que reciben con agrado el espiral de las abejas.
Bailemos sobre un ilusorio mineral
Sobre semillas infinitas del lenguaje.
Sepamos que el sueño es voluntad de la escritura
Sepamos que somos irreales en el jardín Que bien
Teje sus raíces en las bardas del colegio.
Bendigamos los instantes de la no muerte
Las altas revelaciones de nuestra danza
Que no conocen la palabra Fallecer.
Doce
NARRACIÓN DE UN CHARCO
AL ESFUMARSE LA TORMENTA
. . . . . .. . . .. .. .. . …Y la lluvia producía efectos milagrosos.
La llovizna Adolescente majestuosa
El zaguán tocaba con hechizos de gota.
El deseo de untar sus brazos a mi cuello
Arrancarme la sombrilla
Humedecer mis labios con su tacto de agua
Arrebatarme el alma
Hacerla un viaje en su temporal tormenta.
EL VESTÍBULO SE ABRIÓ
Fui cautivo al gris de sus entrañas
De su mortal amorío
Fui bailarín de su líquida danza.
Entonces fueron los siglos vastas gotas
Interminables las texturas de sus besos
Era inmenso su cabellar a mi espalda dibujado
Que en el instante no existía el verbo Delirar.
Así entero me convertí en agua
Escurriéndome aceite por su cuerpo manantial
Cayendo delicadamente
Hasta estrellarme con la blandura del asfalto.
Ahora que soy el Charco, que mi pecho es óleo verde, ahora que en mí sólo habitan axolotes, la Adolescente misma corre al patio del colegio, clavando sus pies de danzarina, cual martirios en mi corazón de musgo.
Sufrí la tormenta de su baile, ahora la transformación a piel y ojos de hechicera. Deliro en el ritual de su reflejo sobre mí, el sortilegio y brujería; infernal quemando mi voz de ULTRACHARCO.
Serán gases mis cabellos atrapando moscas, mi enlamada carne reunirá todos los reinos descompuestos: vivirán mis ojos el calcinar de un sol mortuorio, me hare fuga y seré un vapor errante en los salones, un cataplasma herido en las ventanas, un embarrado insecto en el estanque, en espera, si es que alguna vez me hice uno con el agua de la próxima llovizna.
INTRODUCCIÓN ACUÁTICA
Tu hábito es la libertad del cisne.
Deslizante
Tus alas extienden lo ya reflejado
En la entera longitud de lo marino.
Te muestras en lagos
ACASO MARES DE ANTIGUAS ERAS
Tu nado es entre direcciones Brújulas
Un índice donde el lector
Te reconoce con una fe de agua.
Te diré algo:
En estos mis próximos naufragios
Notaré tu gesto siempre en la líquida alborada.
Todas las páginas serán amanecidas
Presencias de barcos en este siglo.
Todo fue Será
Una familiaridad con las corrientes
Sus olas
En el milagro del tifón y su colapso
Hecha letra en las costas de papel.
ACUÁTICA:
Con más siglos en la marina transparencia
Ya regresas con los nados todos y desvelo
Al mismo cauce de mi tinta.
PISCINA SIRENARIA
Al parecer
Con su limpia densidad
La piscina atrae a las muchachas.
Sentadas Hunden sus tobillos.
En un grito caluroso
De un ambiente primavera
Tal vez comience el alborotar de nadadoras.
Una pequeña -Apenas con diez años-
Se acerca al zafírico vitral.
Su trenza de materna artesanía
Es un lirio
Que hace táctil el matiz radiante.
La niña viene con sandalias Salta
Y al caer a la sábana turquesa
Estalla una pirotecnia de cristales;
Añicos de marinos astros
Festividad toda en el pecho del agua.
Yo le miro. Ríe mucho.
Cual infantil sirena
Nada en el rectángulo del mar. Canta.
Su canto es la transparencia más fina.
En su nado silencioso
Como cuando se oculta una medusa
La travesura es mojar a las jovenzuelas.
Quiere diluir sus maquillajes
Hacerlas niñas
Que sientan aletas verdes Rojas
Que al sumergirse
El hundimiento sea un pliego
De naturaleza viva.
Las adolescentes en cólera
Rabian un lenguaje torpe.
Frunciendo el ceño la niña Se aleja.
Sólo el agua le acompaña
Sólo el agua le simpatiza.
Y en un consuelo
La piscina crea una artificial marea.
Su ensoñación es reconvertirse en sirena.
La pequeña Flota dentro de azulejos.
Entonces se precipitan las muchachas.
Arrojan sus peinetas
Sus espejos.
Recordando que alguna vez
Soñaron ser sirenas.
(De “Acuática”)