Manifiesto de Escritores de los Pueblos Abandonados
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Un fantasma recorre la República, el rumor de una poética territorial o las voces exegéticas de una certidumbre tópica, el fantasma de la provincia. ¡Qué duda cabe! Frente a la banalidad burda de los cánones que la razón metropolitana dictamina, con sus críticos academicoides, su discursividad patética y compensatoria, y sus relaciones políticas de poder. La escritura territorial se manifiesta como una propuesta simbólica y material de la diversidad de prácticas escriturales de nuestro país. Surge en un momento en que el campo político se descompone con la hegemonía perversa de una derecha que insiste en imponer su proyecto anti nacional y con una concertación corrupta que se niega a profundizar la democracia y que es cómplice del modelo impuesto por la oligarquía.
En este contexto un grupo de escritores que habitan en la provincia manifestamos que una nueva voluntad de escritura, centrada en la independencia y las autonomías locales, y que pretende ensayar la reescritura territorial como registro de estas prácticas, se propone como una poética que le hace frente a la ofensiva canónico institucional que las políticas culturales de la derecha y de la concertación han promovido. Esta poética territorial, que también tiene la forma que alguna vez llamamos “pueblos abandonados”, se aleja de la metafísica autoral narcisista y de la obsesión editorial y/o académica que rige el campo literario metropolitanizado.
El escritor territorial se hace cargo de las demandas colectivas y participa de las luchas o causas particulares de su pueblo. Es parte activa de las asambleas ciudadanas de su localidad, lucha con los estudiantes en las calles, pone su capacidad letrada al servicio de un proyecto emancipador.
Ese fantasma tautológico que recorre la república de Chile, el fantasma de la provincia, es un dispositivo político que no sólo es refractario al canon metropolitano y a sus flujos hegemónicos e impositivos, que incluye la razón académica y el mercado editorial, es también un nuevo flujo territorial, un rediseño del paño textual que trascienda el status de granero simbólico que tradicionalmente se nos ha atribuido. Hablamos desde los pueblos abandonados de nuestra patria, tristes emplazamientos corroídos hasta la médula de los huesos por la perversa lógica municipal. Aquí no hay autores, quizás un archipiélago de voces dispersas y colectivas, resentidas y rabiosas, que tienen como blasón la subjetividad, la independencia y autonomía territorial, como motor de los cambios sociales y de los proyectos emancipatorios en proceso de forja.
No más cortesanía, no más martinrivismo, no más regionalismo cupular, no más invenciones e imposturas editoriales que intentan nuevos mercados de circulación, que suelen ser los modos instalativos del chilenito emprendedor. Queremos darle sitio a los nuevos registros de la cosa público textual, al informe, al levantamiento de un nuevo orden escritural. Las llamadas tecnologías del espíritu son un soporte político editorial que beneficia nuestra mirada de escritores o practicantes territoriales.
Esta práctica territorial de escritura se reconoce en la voluntad de participar en el rediseño crítico de la república, no sólo para generar otras, sino para desarrollar una poética de la nueva habitabilidad.
Nota: Este texto surge de un encuentro de escritores de provincia que se verificó en Llolleo en enero de 2013. No todos los firmantes estuvieron ahí.
Escritores firmantes:
Oscar Barrientos, Magallanes
Daniel Rojas Pachas, Arica
Rosabetty Muñoz, Chiloé
Yanko González, Valdivia
Guido Arroyo, Valdivia
Mario Verdugo, Talca
Claudio Maldonado, Talca
Cristián Geisse, Vicuña
Cristián Vila, Coquimbo
José Angel Cuevas, Puente Alto
Marcelo Mellado, San Antonio
Juan Carlos del Río, San Antonio
Roberto Bescós, San Antonio
Florencia Smiths, San Antonio
Luis Retamal, San Antonio
Gabriel Prach, San Antonio
Cristóbal Gaete, Valparaíso
Ernesto Guajardo, Valparaíso
Carlos Labbé, Chile exterior
Mónica Ríos, Chile exterior
Javier Milanca