Juicio
Nos alejamos de la ciudad,
infortunio, infortunio, etcétera…
En la que ya no hacemos
más canciones…
Nuestra flauta quedó encerrada
en la raíz de un sauce:
destruyendo el suelo…
Levantando calles y baldosas.
Nos vamos lejos, amigos:
donde las vacas beben,
donde la savia fluye.
Nuestros versos necesitan
ser juzgados,
pero en tierras más salvajes…
Salida por Charles Boutet
En Parc Pierquin todavía siguen los festejos
por la aparición del santo blanco...
Guirnaldas y pájaros,
húmedos del primer rocío
del atardecer,
caen de los árboles sin peso
sobre el silencio de la noche
de la provincia desierta.
¡Pensar que la Place Ducale,
centro y pulmón de la ciudad,
de día es un acueducto infinito
de placeres burgueses!
Por la noche, las carcajadas
persiguen las luces
al estilo Luis XVI:
unos jóvenes bandidos
improvisan el saqueo.
Mientras los cisnes descansan en La Meuse...
Las hojas caen por la Av. Charles Boutet...
Condición
improba saecli conditio!
Todos bárbaros y todos malvados.
¡Pecadora condición de la naturaleza!
Elegía XVIII
Endecasílabos blancos...
Dispuestos a lamentarnos siempre:
acompañen al desventurado corazón
en otro estilo que el de las
disposiciones actuales.
Porque ahora justamente
¡tenemos causa para manifestar dolor!
Y es tan grande el daño,
que apenas me imagino
si podría haber otro mayor…
B. A.
Ciudad donde nací,
sucia como una esclava…
escucha:
Me alejé de tus calles como mis
ancestros se alejaron de Europa;
aturdido por tus depósitos
y por tus nuevos barrios…
Pero no parezco un campesino:
Ahora entiendo que quiero destruir todo.
¡Buenos Aires!
¡El interior se alimenta de tu barco ebrio!
Un solo propósito,
una sola determinación:
Recuperar cada desalojo
de la naturaleza…
el bien y el mal,
. . .. desde sus raíces.