El poeta que funda la ciudad
Sobre La ciudad que no es de Roberto Bescós
Por Marcelo Mellado
(El Líder de San Antonio, 24 de julio de 2015)
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El 27 de junio se lanzó en San Antonio el texto poético La ciudad que no es del poeta Roberto Bescós. Todos los vecinos conocen y admiran al poeta. El evento se realizó en el Departamento de Cultura de la Municipalidad. El miércoles 8 de julio, se presentó el mismo libro en Valparaíso, en el Centro de Extensión del Consejo de la Cultura (CENTEX). A mí me tocó presentarlo, junto con el poeta Juan Cameron. Esta publicación representa la visibilidad nacional e internacional de Roberto Bescós y lo proyecta como uno de los poetas clave del Chile contemporáneo. Gracias a una alianza estratégica entre la empresa portuaria, el municipio, RiL editores y los puentes establecidos por el Taller Buceo Táctico, fue posible esta hermosa edición. La producción de una obra así supone varios niveles de productividad, desde el tema autoral, pasando por la edición, la gráfica y la propuesta poética misma. Nuestro autor pertenece o adscribe, a su modo, al grupo de los escritores territoriales que han irrumpido con fuerza en la producción literaria nacional e internacional. El libro está en Amazon y circula en varios países de habla hispana. El texto consta de 10 poemas ligados todos por una especie de viaje interno y subjetivo por la ciudad-territorio. Es una mirada focal que hace de la imagen poética un recurso instrumental de indagación y delimitación espacial, y también un dispositivo de saber, un saber otro que ilumina todos los otros saberes. Hay una poética del espacio que se apropia de los lugares comunes, de aquellos rincones propios que habitamos desde un registro de habitabilidad primario y original, mítico, que se recoge en una voluntad de crónica de lugar habitado. Ahora nuestro poeta tiene editor, es decir, tiene un proyecto que cuenta con una estrategia de distribución y puesta en valor. Nuestra ciudad puede estar tranquila, porque tiene proyecto fundacional, por fin. Eso es lo mejor que le puede pasar a un escritor, tener una entidad, distinta a él, que se hace cargo de su trabajo y lo proyecta y hace de su producción simbólica un monumento local y nacional. Nuestro poeta ha adquirido una voz distinta, múltiple; aquí ha surgido una poética del territorio, una que transita desde el habitar profundo, desde la mirada que recoge un abanico de experiencias y observaciones del estar ahí, hasta el cuerpo que experimenta y padece la acción de la vivencia mínima (y también máxima) de infinidades de amaneceres y atardeceres en el borde de los bordes que es el borde costero. Ahí, en el eje del mundo que nos depara un ahora definitivo. Me siento muy feliz por mi amigo y colega Roberto Bescós; amo su trabajo y su modo de vida, que van a la par. Envidio afectivamente que la ciudad lo acoja y lo quiera, y lo asuma como propio; yo no tuve esa suerte, porque me tocó otra pega, distinta, pero complementaria con la suya. Tanto él como yo, y como otros, le hemos dado a la ciudad de San Antonio un lugar en la cultura chilena. Y eso le tiene que quedar muy claro a los funcionarios que se han beneficiado de su trabajo.