La ciencia ficción, al igual que la crónica (crónica como la que usted está leyendo en estos momentos) son considerados por algunos, géneros “menores” de la literatura. Lo anterior es una afirmación subjetiva, no hay cifras que lo sustenten, es lo que “flota” en el ambiente. Por otra parte, algo que, si se puede sustentar en cifras, es la predominancia masculina en términos de ediciones o premios, lo cual —en absoluto— es un indicador que los hombres sean mejores escritores que las mujeres (en todo caso, no entraremos en una discusión de perspectiva de género). Lamentablemente es una pesada carga histórica: para la literatura femenina, aquella producida por mujeres, y más aún la de temática feminista, las cosas no han sido fáciles.
Como si todo lo ya dicho (o escrito) fuera poco; Elena Aldunate, la escritora a la que nos referimos el día de hoy proviene de una de esas (así llamadas) familias tradicionales chilenas, pertenecientes a un sector de nuestra sociedad con sus propios usos y costumbres. Entonces, cuando de este segmento emerge un(a) artista —los ha habido y muy buenos(as) sin duda— en ocasiones deben enfrentar la extrañeza de sus pares y peor aún; el rechazo, la desconfianza e incluso el resentimiento de los integrantes de otros estratos.
Así las cosas, pensamos que para Elena Aldunate el camino debe haber tenido más de una piedra y uno que otro bache, en parte morigerados por el ejemplo e influencia de su padre, el escritor Arturo Aldunate Phillips, a quien admira profundamente y fue determinante en su vocación literaria; además fue quien le trasmitió “el amor por las matemáticas, por el futuro, por el cosmos”. Así lo expresa en una entrevista con la periodista Rosario Guzmán Errázuriz, agregando que, gracias a él conoció intelectuales de la talla de Alfonso Leng, Margarita Xirgu, Benjamín Subercaseaux, Alejandro Lipchutz o Pablo Neruda. En la misma entrevista cuenta que su primer matrimonio duró cuatro años, que debió soportar diversas acusaciones y que le quitaron a sus dos hijos durante siete años. Tras pasar por severas crisis depresivas, contrajo matrimonio por segunda vez y tuvo dos hijos más (revista “Vanidades”, año 21, Nº 24, 24-11-1981).
Novelista, cuentista, articulista de diarios y revistas nacionales y libretista radial (Radio Chilena), entre sus referentes la autora señala a escritores extranjeros de ciencia ficción y algunos chilenos como Hugo Correa y también a las grandes de las letras nacionales: María Luisa Bombal, María Elena Gertner y Marta Brunet.
Según la académica estadounidense Bárbara Loach: “La obra de Aldunate refleja doblemente los cambios en la literatura y la sociedad chilenas durante la segunda mitad del siglo veinte”. Agrega que sus escritos de las décadas de 1950 y 1970 “reflejan la lucha de la mujer por expresarse y romper con los estereotipos” y que “Con las nuevas tendencias feministas y los trastornos políticos en Chile de los setenta la obra de Aldunate se orienta hacia la utopía fantástica o la ciencia ficción”.
En cuanto a la década siguiente puntualiza. “Con la estabilización social impuesta por la dictadura Aldunate vuelve al realismo” (Loach; “María Elena Aldunate (1925), en Patricia Rubio (Ed.). “Escritoras Chilenas: Novela y Cuento”. Vol. 3. Santiago de Chile: Ed. Cuarto Propio, 1999).
La escritora no sólo es recordada por sus libros, su calidad humana iba a la par con sus méritos literarios. Roberto Pliscoff, Ingeniero chileno, cronista y experto en literatura de ciencia ficción señaló: “mujer encantadora, culta, inteligente, elegante y distinguida, que poseía una belleza interior y exterior que a todos impresionaba…”, “…la imagen que nos debe quedar de Elena Aldunate, debiera ser la de una escritora trascendente y fantástica, única en nuestras letras”. (http://www.puerto-de-escape.cl/).
Coincidimos con Pliscoff; estamos ante una autora única, aún no reconocida en su tierra, pero como ha podido apreciarse, su obra es motivo de estudio en el extranjero y tal como ya lo señaláramos el domingo recién pasado en esta columna, parte de ella se ha reeditado para el beneplácito de los lectores.
A continuación, se enumera los libros publicados por Elena Aldunate. Novelas: Candia (1950), María y el mar (1953), Ventana adentro (1961), Juana y la cibernética (1963, re.ed. 2016), Del cosmos las quieren vírgenes (1977, re.ed. 2016), Francisca y el otro (1981), El molino y la sangre (1992). Novelas infantiles: Ur... y Macarena (1987), Ur... y Alejandra (1989), Ur... e Isidora (1993), Ur... y Maríaceleste (1995), Ur... y Almendra (2001). Colecciones de cuentos: El señor de las mariposas (1967), Angélica y el delfín (1976) y Cuentos de Elena Aldunate: la dama de la ciencia ficción (2011).
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Elena Aldunate (1925-2005): “La Dama Chilena de la Ciencia Ficción”
Por Marino Muñoz Agüero