Proyecto Patrimonio - 2021 | index |
Autores |











LA VOZ INTERNA DEL UMBRAL
Sobre libro Umbrales del crepúsculo (132 páginas), Mirella Neira Rodríguez
Editorial Letra Clara, Colección Anguita, agosto de 2021


Por Nelly Salas Vargas
— Escritora y gestora cultural




.. .. .. .. ..

Mirella Neira Rodríguez, una poeta que derrocha su propia naturaleza en este su nuevo libro “Umbrales del Crepúsculo”, sus poemas florecen desde su propia esencia. Envuelta en una realidad que le incita a la permanente reflexión de su sitio en ésta, una realidad tras la fuga del pasado y aflora con brío renovado en el presente.

Son sus objetos de uso diario los que juegan con el verbo de la poeta y los humaniza, sabiendo que de tanto compartir con ellos, adquieren la pena de sentir no pocas veces, la soledad, sacramentada con duras cicatrices. Es así como la puerta se transforma en un personaje fiel testigo del correr de los días.

Cada verso, cada poema es un recorrido por senderos de su vida, huellas tapizadas de soledad y angustia de estar viva ante la inmensidad del universo y del sufrimiento. Las pruebas que le impuso la vida quedaron como rezos en su poesía. En el poema “Las Fauces del invierno”, la luz sombría la hace retroceder a los días ya vividos.

La autora nos sorprende en cada paso que avanzó al encuentro de la médula de su poesía. Tal como reviste su corazón de ternura infinita, así también su espíritu se torna indomable, ella es el viento y es el impetuoso camino que serpentea por la luz y la sombra y llega a emparentarse con el abismo y con cada camino recorrido, no sólo en la Tierra, ella se pasea por los bosques siderales.

Al internarnos en la poesía de Mirella Neira, inicias un camino con muchas aristas, unas son las que representa la construcción de su pasado hacia el futuro. Otras, las que proyectan su presente en un futuro inconstruible. Las otras,  se dejan llevar por la voz interna que ratifica su yo, mira con sorpresa cómo su vida teje una manta de colores variados o se esculpe  en un madero todo el sufrimiento que ha llevado desde siempre, embebido en su piel nortina.

La autora celebra al primer amor de su juventud. También se deja acompañar de la imagen inolvidable de su madre con ese cúmulo de fragmentos de tiempo que guarda de ella. La evoca en sus quehaceres de la casa. Ella irremediablemente vuelve a su nido, en donde supo de la pobreza material alimentada de la riqueza espiritual que le entregó las restricciones materiales vividas.

Del poema “Estación Nortina”, en este poema también revive los momentos más coloquiales de sus viajes hacia el norte en tren. Salen elementos como la cazuela humeante de gallina, el pan amasado. La campanilla anunciando la partida del tren, “Un pitazo largo flotaba / en el andén, dejando una estela de humo / Como un nostálgico adiós.”

Esto la hace reflexionar el presente “siento que sólo es el hálito de la primavera”. Concluyendo el poema en que “los trenes necesitan de nuestra vida”. Vallenar es  su ciudad natal y su voz poética siempre le rinde pleitesía, ya sea tácita o escrita.

En su poema “Mundo Interior”, confiesa expresamente que siempre se encuentra en la búsqueda de vivencias espirituales para dulcificar el alma.  No sé si ella, lucha por mantener lo que hoy significa su mundo interno o consciente que ella pertenece a ese pasado con todas sus deficiencias, pero tan legítimas como el paisaje donde ella nació.

El poema “Hemos vuelto”, es un bello himno de amor y memoria a la ex Escuela Normal de La Serena. Promoción 1960, lugar donde estudió.

Poemas cortos pero llenos de recuerdos, de figuras que peregrinan en su entorno, la poeta se transforma en sus personajes, como el artista callejero. El poema “Olvido”, es una concentración de imágenes que se consolidan en su alma como un acontecimiento sellado en su existencia, pero ésta hace continuidad en sus ríos, resalta el olvido como un elemento inolvidable. Una retórica de la contradicción acompañada de un interesante juego de la palabra.

No me deja de sorprender de la autora, esa conexión que encuentra con el universo, todo aquello que está fuera de ella pero que lo internaliza con su sensibilidad poética.

“Madre Tierra”, es un poema desgarrador, donde la ve proyectada hacia el universo.

Mirella Neira hace un recorrido no sólo por lares en donde ella estuvo y sigue estando, sino que va de galaxia en galaxia ancestral, en búsqueda eterna de aquel tesoro que sosiegue su alma, que le ofrezca la tierra pura, más allá de la problemática diaria. Ella encuentra ese tesoro en sus versos.

Mientras más te internas en el libro, más entras a mundos inimaginables, dinámicos algunos, otros estáticos, como pinturas hechas para la ocasión. La riquísima gama de imágenes no alcanzas a procesar. Este poemario seguirá hablando en el tiempo, porque es la continuación de su alma que habla, es el laberinto de su Yo. Lo que ha sido su vida y lo que viene en camino.

Sorprende la riqueza de su vocabulario. La poeta va por los caminos tirando semillas, recójanlas, - quienes deseen, seguirán brotando- es su lema tácito. Muy agradable leer palabras ancestrales olvidadas en nuestro tiempo.

Mirella Neira, compañera de viajes poéticos, consciente que se puede decir mucho de su poesía, pero hoy tiene el lector la palabra, quien se impregnará de ella, hasta llamar el nacimiento de otros versos. He tenido por segunda vez el honor de prologar sus libros, esto me hace afortunada, porque me ha regalado la alegría de decir algunas de las tantas sensaciones experimentadas durante la lectura. Con estos versos, voy dejando al lector en el bullicioso silencio con la poeta, para que se interne en este mundo de renaceres, con estos versos dedicados al Desierto florido, porque sé cuánto Mirella ama el Norte.


Diciembre de 2020, San Bernardo, Chile 







 



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2021
A Página Principal
| A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
La voz interna del umbral.
Sobre libro "Umbrales del crepúsculo" (132 páginas), de Mirella Neira Rodríguez.
Editorial Letra Clara, Colección Anguita, agosto de 2021.
Por Nelly Salas Vargas