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PRÓLOGO DE POEMARIO “CERO GLAMOUR”:
SEÑALES DE SOBREVIVENCIA EN TIEMPOS DE LA WEB CAM
Cero Glamour de Markos Quisbert. La liga de la Justicia Ediciones, 2011
Hernán Miranda Casanova
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Con el mundo reducido al tamaño de una pantalla que cabe en la palma de una mano y todas las convenciones rodando por el suelo, la escritura no queda inmune, y los sujetos se disparan y fragmentan como esquirlas sanguinolentas y gelatinosas de una granada lanzada en medio de la multitud.
En el volumen que usted tiene en sus manos se vislumbran personajes y situaciones pertenecientes a un mundo traspasado por la realidad multimedia y voyeurista, hiperestésica y omnisexualizada que conforma el mundo real en que se desplazan los seres, como 
imágenes de imágenes, reflejos de reflejos, texturas separadas de los cuerpos, efluvios orgánicos derramándose sin medida, sombras humanas moviéndose imprevisibles en medio de la semi-penumbra, entre el sueño y la vigilia, entre la pesadilla y la ensoñación.
Destaco en Cero glamour los signos generacionales y culturales de una juventud de estos inicios del siglo 21, en tiempos de la Web Cam (que no sé si es la materialización del tercer ojo postulado por ciertos esotéricos o el ominoso ojo de Polifemo –o quién sabe si la pantalla del Gran Hermano- contra el cual alguien habrá algún día que rebelarse). Ojo irreverente y signo supremo de poder, observándolo todo y dejando en evidencia los lugares y tópicos otrora más recónditos, las claves y santo y seña y la transfiguración de los espectros de personajes fantasmagóricos chateando-chapoteando en la Red, donde todas las fantasías, deseos y actitudes se hacen posibles, en la virtuosidad sin medida posible de lo virtual.
Toda materialización de una voluntad creativa es el testimonio de la lucha de los seres vivos tratando de establecer lazos verdaderos con el presente y el porvenir, como aquella liberrísima y conmovedora impronta de la mano de personajes remotos impresa en los muros rocosos de una caverna prehistórica, antecedente remotísimo de los graffitis y anotaciones en baños públicos y otros lugares no consagrados de nuestros días.
Dejo, pues, aquí, mi señal de buenaventuranza en la puerta de entrada de este volumen que nos llega de tierras nortinas, en cuyas páginas percibo no sólo magníficos registros, también mano diestra y, sobre todo, voluntad transfiguradora . Salud al autor de esta obra y a todos los nuevos poetas que ya están aquí, a los que vienen en camino y los que todavía no nacen pero llegarán algún día a ocupar el lugar que les corresponda. Así sea.
