Proyecto Patrimonio - 2016 | index | Mónica Ríos
| Autores |

 

 

 

 

 






Cuando hay gente muriendo

Por Mónica Ríos
Buensalvaje España. Abril 2016


.. .. .. .. ..

Las noticias de feminicidios, donde las vidas de las mujeres quedan reducidas a sus roles de víctima, y los feminicidios políticos de las activistas Berta Cáceres y Maricela Tombe en Honduras y Colombia, me impugnan a reflexionar sobre esa literatura que en la última década y media ha vuelto a encontrar el motor de su historia en el cuerpo muerto de una mujer. Ya sean novelas basadas en hechos reales o crónicas cuya voz narrativa se asimila al detective, presiento que la ficcionalización de los reportes policíacos, las descripciones detalladas de esos cadáveres, el acaparamiento del ojo forense como metodología literaria responde a una fascinación similar a la que mata a las mujeres fuera de la ficción.

A fines del siglo XIX en Chile, el asesinato de la joven Sara Bell cometido por su aristocrático amante (que escapó del juicio y la sentencia secundado por jueces y políticos con quienes solía ir de fiesta) causó revuelo en la población local. Un escribidor de la época, Carlos Lathrop, redactó un libro de aproximadamente mil páginas donde construyó la figura de la vulnerabilidad misma en la mala fortuna de Bell, canalizando la fascinación colectiva por el cadáver femenino. El libro se convirtió en éxito de ventas que rápidamente acalló el espíritu intervencionista de Lathrop y, con el olvido del libro, se normalizó la estructura que había permitido el asesinato de Bell. Es que esa proliferación de las imágenes de la víctima mujer parece salir del mismo sedimento que naturaliza las violaciones y las muertes, si se llenan de guiños a la galería. Por ejemplo, ¿nos perdemos en el reconocimiento del pedófilo nabokoniano en BOCA DE LOBO, de Sergio Chejfec? Las transcripciones de los reportes policíacos y las visitas a la adivina en CHICAS MUERTAS, ¿logran “dar voz” a las víctimas como quiere la narradora de Selva Almada? En este último libro hay algo, recordemos, que descoloca la estructura normalizada que vulnerabiliza a las mujeres; me refiero a la exposición del cuerpo de la escritora-detective en los espacios donde habita esa violencia –camina dentro de la boca del lobo–. Me acuerdo de LOCUELA, de Carlos Labbé, donde el criminal, tan literato como el de Chejfec, es destituido por el sagaz relato de la víctima, o la voz de la diputada que cierra el museo anatómico de Bolaño en 2666, que tanto joven periodista-escritor olvida cuando imita. Este es un territorio de deslindes: nuestra lectura y la manera en que habita la ficción en nosotros –como un campo de posibilidades– requiere que andemos con cuidado, pues bien podría visualizar o paralizar el movimiento que feministas reactivan cada vez que aparece un nuevo caso. Me pregunto qué produce y reproduce la fascinación, especialmente cuando hay gente muriendo.

 

* * *

Mónica Ríos (Santiago de Chile, 1975) es editora, crítica y escritora, autora de las novelas SEGUNDOS y ALÍAS EL ROCÍO. Actualmente reside en Nueva York, donde imparte talleres de narrativa en la Universidad Desconocida de Brooklyn.





 

Proyecto Patrimonio— Año 2016
A Página Principal
| A Archivo Mónica Ríos | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Cuando hay gente muriendo.
Por Mónica Ríos.
Buensalvaje España. Abril 2016