Mi oficio
Mi oficio es velar por las hojas caídas en otoño
ayudar a las estatuas a parpadear
transitar las riveras acariciando el viento
y trasnochar con ritmo de farol olvidado
Mi oficio tiene que ver con lentos trenes azules
vagones de media clase con ventanillas cerradas
y cafeterías de esquina con música de ciudad
Mis colegas son prostitutas y músicos remendados
los perros callejeros amigos los guardias de edificios
cómplices o testigos
Mi oficio es velar por las hojas caídas en otoño
sobornar las hilanderas del destino
con piedrecillas de colores
levantar minifaldas con azúcar y aventar cuellos incendiarios
Mi oficio tiene que ver con el agua que se fuga
el sonido de las ciudades los olores
riachuelos con barquitos que recorren avenidas
sin esperanza
Somos cazadores de estrellas fugaces
hacedores de esculturas con vapor de agua
nos dejamos incinerar los sueños con una mirada
Somos capaces de morir por una ardilla
mientras las noches nos sumergen en infiernos
de melodías de jazz apurando la existencia
Mi oficio es atender a los relojes urbanos
medir claramente las estaciones del tiempo
con un caleidoscopio de orfebrería artesanal
La poesía se filtra por claraboyas
desgaja con el rabiar de maderos encendidos
y se aplica como loción en la piel de los desahuciados
Mi oficio es ser poeta
mirando por la cerradura a los amantes
y haciendo burbujas con jabón de los pecados
Mi oficio es velar por las hojas
desprendidas en los patios
no me alcanza la talla para sujetar los nidos
que el jardinero recogerá del parque desnudo
cuando pase la tormenta siempre
me quedaré en el parque
tallando en la corteza corazones
y al oído del árbol
cantar mensajes de amores no vividos.
Los días de la aldaba
Colección sur de Poesía
La Habana 2015
Decir
I
Desarticula que arde la palabra
sólo ella donde ella exista
en un mundo por tigres frecuentado
fieros mamíferos
bárbaros
bestias
el orbe de tristeza sostiene un roble
la niebla sube fugaz
el humo
la ceniza.
Destrozado vuelo innecesario
planta sumergida en oprobio
borrada diluida
jadeante y olvidada
la palabra donde haya ido
donde ella exista
y sólo ella
un germen de latido innato
esporádico vientre de tierra y barro.
Porque ella arranca un rumor prendido
y lo tira
lo encierra
le miente
enciende la pradera y gasta un balanceo
se despliega hasta el último centavo
y disminuye
increpa
maúlla
y aflora.
La poesía fue perseguida
atrapada
muerta y enterrada
resucitó al tercer día
como todo lo que resucita
cuando es perseguido
muerto y enterrado
y canta solo ella donde ella exista
rama ésta sobre el posado mirlo
no insume ni resta decirlo
tronco que alumbra las termitas
en los vendavales que surgen de la gesta.
Poesía materia primitiva
sustancia de la herejía
me toma
me despoja
me destierra
se retruécana en la misma baldosa
sucia de la cocina
se inventa
me rapta
me pierde me sueña
así todos los días
con un sabor amargo en la boca
y los senderos que ella camina
yo beso
bebo
delirio
pero ella piensa otra cosa
y retorna con su tilma de cangrejo
la mañana ensimismada
con la constancia de la tinta
me orgullo de tanto papel en el canasto
que me libero del tiempo
corro
huyo
y salto.
Ella me mira de lejos y
me crónica
me adereza
me margina
ella y sólo donde ella exista
una ventana arrulla el mirlo
y la cubre con las palmas de labranza
luego me silencia
me indómina
me ola
me lágrima
me espuma
y me besa.
Sombra sobre Sombra
Editorial Imaginante
Buenos Aires – Argentina 2018
Fragmento 2
En el Amazonas hay brumas que doblan portones
vienen alejadas con silbidos suaves
entre las palmas rodeando el codo del rio
rodeando la bahía
giran el molino de granos con sus aspas gastadas
donde caballeros esconden sus cruzadas mejores
ronca la profundidad del eco en las campanas
antiguas pesadillas resoplan con subterráneas voces
por las grietas de las ciudades fluminenses
las balsas levitan en la ensenada
algunos peces naufragan
y de la espesura umbría
aún surge el canto manchado
de los aulladores de la selva
todos cantan
en el corazón del vacío
todos cantan.
El agua se espesa con la transparencia
un país, un continente descubre la mentira
acumulada en todos los Archivos de Indias
-naufragio de confesiones sobre el mantel-
las altas rocas incaicas iluminan la luna
con la braza codicia de los hispano invasores
que se llevaron los códices
que solo contenían cosas del demonio
ascienden desde los novísimos infiernos
mientras los ángeles de piedra
replican los campanarios
el desprendimiento de la selva
adelante grita la muerte
con sus finas pisadas un maldiciente Ave María
en alguna misa gastada.
No tengo la destreza del futuro
he perdido la fuerza y el coraje
la sabiduría ha sucumbido desde mi cuerpo
no tiene importancia la vida, esta palpita
en los mechones que se adhieren a las paredes
¿era cera o sangre de verdad?
yo me escondí cuando llegó la esperanza.
Una Nación fue embestida
los enigmas volaron a caballo
y arrebatada la palma de su sitio
dieron muerte a la muerte cercana
con un ruiseñor como testigo
las semillas desiertas pavoridos gérmenes
se aliaron a la reina para alcanzar el retorno a los desiertos
La reina con sus curvas broncilíneas
la india Catalina o todas por el amor sometidas
se hicieron de las barbas cobrizas como trofeo
para llegar a las casas de cal y canto
y cantaron
¡Estoy aquí!
¡Estoy aquí!
Fragmentos
Silva Editorial
Quito – Ecuador 2018
Fragmento 5
No existe nada entre la sien y el grillo
que aletea la ausencia
las guadañas de los sueños degüellan
espantapájaros y años viejos
y los pescadores se parecen a las carcajadas
de las botas y los corpiños
ya lo dijo algún poeta una vez
encontramos las palabras que buscamos
cuando indagamos los mismos cajones
con las mismas broncas
porque no existen las olas
pequeñas en la abundancia de la perplejidad
no encuentro el verde en la cordillera abandonada
ni la sombra de las aves que sobrevuelan las carnicerías
no existe nada entre la sien y el grillo que aletea
una palabra desesperada
o los ojos cercados de los perros
o la escarcha del zapato del marinero
nada.
Fragmentos
Silva Editorial
Quito – Ecuador 2018