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Manuel Rojas: La inagotable actualidad de un clásico
CUENTOS COMPLETOS. Manuel Rojas.
Edición crítica de Ignacio Álvarez. Ediciones UAH, Santiago, 2021. 740 páginas


Por María Teresa Cárdenas
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio. 4 de julio de 2021




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La publicación de sus Cuentos completos en la colección Biblioteca Chilena de Ediciones U. Alberto Hurtado coincide con la conmemoración de los 70 años de Hijo de ladrón, su novela cumbre. Otros textos y proyectos dan cuenta de la indiscutible vigencia del escritor chileno nacido en Buenos Aires en 1896.


"Yo quería contar algo y el deseo de contarlo era superior a una preocupación de lograr un lenguaje de esta índole o de esta otra. Lo único que deseaba era contarlo de manera viva, con un lenguaje directo, fácilmente comprensible. Nunca me propuse deslumbrar a nadie: lo que quería, quizá inconscientemente, porque tampoco me lo proponía, era emocionar (...), lo único que deseaba era ser expresivo", escribe Manuel Rojas en "Hablo de mis cuentos", texto introductorio a la edición de Cuentos, publicada en Buenos Aires en 1970, tres años antes de su muerte. De esa manera respondía tardíamente a una objeción que recibió al publicar sus dos primeros libros, y que lo "mortificó" durante mucho tiempo: un crítico al que no menciona habría dicho entonces que su prosa carecía de estilo. Cincuenta años después, es innegable el estilo de Manuel Rojas, aunque él mismo reconocía no saber bien de qué se trataba eso.

El libro fue reeditado en 2016 por Ediciones Universidad Alberto Hurtado (UAH), respetando en los 28 cuentos reunidos —desde "Laguna" hasta "Zapatos subdesarrollados"— las últimas correcciones del autor. Y son esas versiones las que ahora, después de una década de ardua investigación, se incluyen en un nuevo y más ambicioso trabajo de este mismo sello: la edición crítica de los Cuentos Completos de Manuel Rojas, a cargo del académico de la U. de Chile y doctor en Literatura, Ignacio Álvarez Arenas.


Corrector obsesivo

"Para una editorial universitaria, este tipo de publicaciones posee un doble valor", señala Beatriz García-Huidobro, editora ejecutiva de Ediciones UAH. "Por una parte, entregan investigaciones de largo aliento en torno a un autor o autora y su obra, lo que significa analizar los escritos, cotejarlos, situarlos y entregar una versión final comparada. Y por otra, ponen a dichos autores o autoras en un lugar destacado dentro del canon nacional, los validan en un registro académico, de modo que su obra se instale más rotundamente en futuros estudios literarios y sean libros base para nuevas aproximaciones".

A esa tarea se dedicó Ignacio Álvarez, cotejando los cambios de una edición a otra y sumando en este volumen cuatro cuentos que solo se habían publicado en prensa y cuatro inéditos, más el sumario de un relato publicado —"Zapatos subdesarrollados"— y un fragmento. En el camino se encontró con sorpresas y también dificultades. "El principal problema fue su archivo, que pasó varios años cerrado hasta que finalmente fue acogido por la Universidad Católica, donde se me permitió un acceso privilegiado a los manuscritos, que agradezco enormemente. Las demás dificultades tienen que ver con el cuidado obsesivo con que Rojas corrigió sus cuentos", revela.

De ello da cuenta este volumen, con notas a pie de página que registran las diferencias en versiones anteriores. "Creo que descubrí dos cosas interesantes —señala—. La primera es que los cuentos que se editaron en Chile, hasta 2015, siguieron la forma que él les había dado en 1961 y no su última versión, de 1970. Como los restauradores de pintura, creo que el trabajo de la edición crítica permitió devolverle 'el rostro' a los textos de acuerdo a lo que quería Rojas. Lo segundo es que en esas correcciones aparece un Rojas que quiere siempre conversar en presente con sus lectores, que pone al día sus textos para que nos sigan hablando".

En el prólogo, que titula "Saber habitar el tiempo", el académico se propone, precisamente, "dar cuenta de la incombustible actualidad" de estos cuentos. Sobre los elementos más atractivos o con más sentido para el lector de hoy, afirma: "Los cuentos de Rojas nos hablan de cuestiones que estamos discutiendo hoy mismo y con mucha urgencia. Qué hacer con el hambre, como recordaba hace unos días el escritor Daniel Villalobos en el podcast La Franja, donde se refería a 'El vaso de leche'; cómo construir una sociedad que sea solidaria y acogedora, pero que no nos ahogue o discipline, como se lee en esa maravilla que es 'Laguna'; por qué es tan importante que nos miremos los unos a los otros y nos reconozcamos, como se cuenta en 'Poco sueldo', en el que un jefe aprende a reconocer que el trabajo y la marginalización pueden arruinar a una familia. Dignidad y libertad, en suma".

Dos valores inherentes a la vida de Manuel Rojas y, por lo mismo, a su obra, así como la solidaridad, la compasión... y el humor. Pocos escritores como él han reconocido tan abiertamente las claves autobiográficas de sus ficciones, en libros, ensayos, entrevistas y textos como el de esa edición de 1970, en el que explica uno a uno el origen de sus cuentos. Es la "garantía biográfica", que Ignacio Alvarez apunta como "un hallazgo central de su poética". De padres chilenos y nacido en Buenos Aires en 1896, Manuel Rojas escribe de lo que conoce porque lo ha vivido o se lo han contado. Y para alguien que a los 16 años ya había cruzado a pie la cordillera desde Argentina a Chile —donde había vivido entre los 4 y los 7 años, cuando murió su padre—, ejercido infinidad de oficios y conocido a una variedad de personajes, el material narrativo no era poco. De esa época recuerda en su Antología autobiográfica (1962): "Durante varios meses vagué de un conventillo a otro, leyendo, trabajando a veces y hablando sin cesar de anarquismo, de literatura, de ladrones, de mujeres, de aventuras, de viajes".


La individualidad y el camino propio

Ignacio Álvarez reconoce una "dificultad objetiva" para describir la obra de Manuel Rojas, lo que al mismo tiempo permite que sea valorada por críticos y escritores de distintas afinidades, como Mariano Latorre o Ricardo Latcham, que veían en él a un renovador del criollismo, y Hernán Díaz Arrieta, Alone, que abominaba de esa corriente. En este intento de definirlo, el académico utiliza el concepto de "narrador moderno", en el que une dos temporalidades: la modernidad dominante en el momento en que empieza a escribir y un pasado arcaico. "Lo que quería era explicar en qué consistía la sensación que dejan los mejores cuentos de Manuel Rojas, algo que tiene un poco de identificación afectiva, discusión política y ese dato medio inefable que es su profunda humanidad", describe Álvarez. Y agrega: "Resultó que ese efecto surgía de su talento y de sus experiencias vitales, claro, pero también de una profunda reflexión. Rojas es un autor que conversa mucho más de lo que sospechaba con la filosofía, con la estética, con lo que hoy llamaríamos teoría literaria, como lo demuestran sus ensayos reunidos en De la poesía a la revolución. Llamarlo 'narrador moderno' es asumir que, por un lado, intenta capturar los datos más básicos del cuento, reunir a una comunidad alrededor del relato, y que por otro está buscando cómo expresar la experiencia que le toca vivir, que es la modernización de Chile durante la primera mitad del siglo XX".

En ese libro de ensayos, publicado en 1938, Manuel Rojas plantea, por ejemplo, algunas interrogantes respecto del movimiento criollista al cual se le vincula en sus inicios. "¿Habrá que insistir en la pintura del campo y del campesino? ¿Qué proyecciones exteriores tiene una literatura basada en esos motivos? (...) ¿No será demasiado anticuada nuestra técnica? Y, por fin, ¿tienen alguna importancia literaria nuestro paisaje, nuestro color, los hombres y los hábitos de nuestra tierra? ¿O ellos no nos deben servir más que como elementos simples de una obra independiente de ellos mismos?".


¿Cree que Manuel Rojas estuvo siempre consciente de los aspectos que lo diferenciaban del criollismo?
—Sí, siempre. El criollismo tenía una cara que le interesaba, la idea de que pudiera integrarse la experiencia del campesino, eternamente marginalizado, pero también tenía peligros: que la figura del roto o del huaso terminara siendo una fachada. Su experiencia con el anarquismo siempre le hizo valorar la diferencia, la individualidad, la rareza, el camino propio. Por ahí cuenta que entre sus primeras lecturas estuvo también la poesía modernista, la de Rubén Darío, Delmira Agustini, José Asunción Silva. Todo eso es parte de sus cuentos. A diferencia de escritores posteriores, que rechazaron todo contacto con el criollismo, creo que Rojas fue mejor lector. Logró ver en qué consistía su empeño, aunque no compartiera sus resultados".

Al respecto, el crítico Jaime Concha —incluido también en este volumen, junto a Pablo Concha Ferreccio, Lorena Ubilla y Gastón Carrasco, autor de una exhaustiva cronología— anota: "Todo fluye en este arte de narrar, en claro contraste con el descriptivismo moroso a que tendía el criollismo de los años veinte. En Rojas, desde la partida, el foco estará siempre en lo que se cuenta, íntegramente ligado al tono y a los dejos de la narración".

En la "Historia del texto", Ignacio Álvarez consigna que de los 32 cuentos que Manuel Rojas publicó durante su vida, 28 aparecieron por primera vez entre 1922 y 1930. Es decir, entre sus 26 y 34 años. También observa que estos suelen publicarse por primera vez en la prensa —"casi siempre en los diarios La Nación y El Mercurio"— y luego se editan como libros: Hombres del sur en 1926, El delincuente en 1929 y Travesía en 1934. Asimismo, reconoce en ellos un "proyecto unitario", pero considera que no "representan la versión definitiva de su estilo ni la formulación más madura de su poética".

¿Pueden considerarse sus cuentos como un laboratorio o una preparación para sus novelas, en particular "Hijo de ladrón" y las que forman con ella su tetralogía de Aniceto Hevia?
—Creo que son dos proyectos distintos, aunque comparten muchas cosas, partiendo porque siempre está contando versiones de su propia experiencia. Pero las diferencias son demasiadas: los cuentos son, en general, esperanzados, y aspiran a la expresión más clara y sencilla. Si bien en Hijo de ladrón se repite la aspiración a una sociedad mejor, la expresión se complejiza a propósito, y ya en las demás novelas de la tetralogía comienza a alentar cierto pesimismo sobre la historia de Chile. Sobre esto ha escrito Jaime Concha un hermoso artículo que se llama "El otro tiempo perdido".(pdf)

¿Qué distingue, en definitiva, la madurez de Manuel Rojas escritor?
—Dos cosas, a mi juicio. Una distancia mayor entre la experiencia y el relato y una conciencia mayor de la técnica narrativa. Su último libro de cuentos, Travesía, es de 1934, e Hijo de ladrón se publica en 1951. El Rojas cuentista nos dice "créeme, yo lo viví, lo acabo de vivir", el novelista toma esa experiencia y se conmueve, ironiza, problematiza, reflexiona. El Rojas novelista conoce los grandes logros de la novela del siglo XX y descubre que su conciencia, que no es para nada ordenada, se expresa mejor, más profundamente, siguiendo el camino de Faulkner y de Proust.

 

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Otras ediciones y proyectos


Jorge Guerra, presidente de la fundación Manuel Rojas, da a conocer algunos de los proyectos que cuentan con el apoyo de la entidad.

70 años de "Hijo de ladrón". "Estamos trabajando en un documental cuyo eje es una lectura colectiva dramatizada, hecha por 10 reclusos y 10 reclusas de las cárceles de Santiago y Valparaíso", señala. El trabajo está a cargo del realizador Pablo Vial y, junto con las fotografías y documentos, se han seleccionado cuatro momentos de la obra, los más significativos y aquellos que tienen conexión con las problemáticas actuales". El estreno es a fines de noviembre.

Centenario de "Poéticas", su primera publicación. Colección de 12 poemas que se editó en Mendoza, en la revista Ideas y figuras en julio de 1921. "Este trabajo —explica Guerra— fue la carta de presentación durante los primeros años de la trayectoria del escritor y existe un solo ejemplar en una biblioteca pública de Mendoza". Habrá un encuentro de estudiosos de la obra poética de Rojas y una edición facsimilar gratuita.

Edición de "Cancionero ilustrado". El libro recoge ocho canciones escritas por Manuel Rojas e interpretadas por Ángel Parra en el disco "Chile de arriba a abajo" (1968). "Este recorrido musical y poético por Chile destaca la geografía, el habitante y los pueblos originarios de norte a sur de nuestro país", detalla Jorge Guerra. Las ilustraciones son de Elisa Monsalve y la edición bilingüe, español-francés, cuenta con el patrocinio del Instituto Chileno Francés de Cultura.

Reedición del disco "Chile de arriba abajo". "La remasterización recupera el sonido original de la interpretación de Ángel Parra y su grupo y el relato del propio Rojas que precede a cada tema, el que será acompañado con un fondo de guitarra a cargo de Ángel Parra hijo como una forma de enriquecer esta obra patrimonial", explica Guerra Se hará un tiraje limitado en vinilo y también estará en formato digital para su amplia difusión.

Para octubre, en tanto, anuncia la reedición de Sombras contra el muro, novela que continúa cronológicamente la historia iniciada en Hijo de ladrón. Será publicada por Tajamar, con prólogo del historiador Gabriel Salazar, notas a pie de página y un completo glosario de personajes.

Y el propio Jorge Guerra está trabajando en la edición de Manuel Rojas. Narración de la imagen, "libro que revisa y analiza los desconocidos vínculos que tuvo Rojas con el mundo del cine y la televisión". En él recopila su trabajo de guionista, actor, libretista y conductor de programas de televisión, así como algunos trabajos basados en sus obras. "Mención especial merecen los numerosos intentos de Rojas por llevar al cine Hijo de ladrón y la lectura con claves cinematográficas que se puede hacer de algunas de sus obras". Lo publicará Narrativa Punto Aparte en septiembre.

La fundación además, participa como patrocinante del Premio Iberoamericano de narrativa Manuel Rojas, que otorga el Gobierno de Chile y que el año pasado debió suspenderse debido a la pandemia

 

 



 

 

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