Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.
Federico García Lorca
La llegada del reino nuevo es el más suave depósito de espinas En medio de la lluvia y la luna más bella que vi por los ojos de mi madre La lluvia primera Sus cincuenta recados atados en pañuelos multicolores La huella El siglo nuevo La espesa noche y el fuego dentro de mí misma Todo sobre mí lo dice el orden de las palabras Para mí ellas no hablan por sí solas Sino en el conjunto de los ojos Conjuntos corrosivos Conjuros fugaces que hablan en medio del triste sueño que es el sueño de tu huella ocular La propia destrucción en el cuerpo de la baja presión y los fantasmas de horrores inventados Mi arcada interrumpida se volvió el Lázaro que fui y todos olvidan El asesino que tuve en mis brazos sin saberlo y sabiéndolo luego Asesina en su sangre que salió por mí Con mi mismo nombre quiero que ese asesino vuelva sobre sus pasos Llegue el olvido y corte su cabeza
No Dios, sino una esvástica
Tan negra que ningún cielo podría cernirse.
Toda mujer adora a un fascista,
la bota en la cara, el brutal
brutal corazón de una bestia como tú.
Sylvia Plath
Puedo contener diez cielos sobre mí Incluso mi propia muerte contenida en una oficina Saber que mi economía es el principio de todo Pero la canción se repite y vuelvo sobre el signo Mi garganta viral Una salud que se inscribe en mi corazón No puedo seguir No puedo Mi escritura es lo que siempre me falta Momentos insanos Voces insanas Mi proceso de llanto Tu huella en el cuerpo La boca que falta La boca que sobra Una mano como patria y reflejo inagotable Yo no dejo de pensar en lo que me falta Nada nunca me alcanza Pero esta noche logré lo impensable Alcanzo Y soy ni sed ni dolor ni deseo ni fracaso ni sonido ni furia Ni furia Ni desamparo ni frío ni beso tampoco calor Soy una flor que se abre carnívora Pestilente Una flor que recupera su salud en su boca Coincide en porte y gesto con el marques de la furia Con el dictador que murió sobre una mina de oro Con la mirada lasciva de las pieles infectas Inscribe su dolor en un manto de risas En la concertación la más asesina de todas En la patria del deceso y los fariseos En mi querida patria de la máscara que activa mi arcada y mantiene atenta mi serpiente
El hedor es agua Sobrevolé espacios de furia Frutas diversas pintadas en los muros del tiempo Todo sobre mí es el eje sospechoso Azufre que trae el agua soporta la mirada maligna Esa tala incontrolable El sensato deseo El sensato descaro Sensata carnicería en la patria de la mano En la investigación determinada por lo prohibido del dialecto Quiero cortar tu vientre y tapar nuestros orificios con esa carne Hervir tu piel y quitarle todo residuo de pasado Matar tu descendencia Meter la saliva en un frasco y atar cintas lilas al agua que te cobija Morder el baile de la enredadera Trocar hedor de cuerpos por edades extrañas sólo una vez No soporto las semanas El soplo escupe este barro
El verdadero asesino es quien consciente de que lo que hace vuelve sobre sus pasos Atrae bosques y deja imanes sobre las aguas No se permite dar un paso sin que su escritura sea un mar inagotable de gritos que nadie escucha y el aire exhala con el olor de los cuerpos Tan asesina fui como esa que quise una vez y luego preferí ir a pelear y no saber de ella No saber Que ella volvía sobre sus pasos Mi asesino se reencarnó y arrastró sobre mi cabeza Su eje en el país de la lluvia cesó Taló mi boca Dulce solo esta vez Me dijo y su lengua fue un taladro que tocó mi oído Dulce injusticia es esta prosa silenciosa Injusticia esta dictadura post dictadura La autocensura y las instituciones de mierda en las que la gente se convierte Las especies de la furia que te dibujan La injusticia de la publicación del bosque oculto No cabe duda Mi deseo es un puente de cinco cabezas