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Critican al jurado tras elección de Manuel Silva Acevedo como Premio Nacional de Literatura
Por Javier García
La Tercera, 24 de agosto de 2016
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“Todavía estoy en shock”, le dijo Manuel Silva Acevedo (74) a la ministra de Educación, Adriana Delpiano, mientras eran fotografiados por la prensa. “Estaba almorzando”, agregaría después, sobre el momento en que la ministra le avisó por teléfono de que era el Premio Nacional de Literatura 2016.
“Fue una tarea ardua, hay que reconocerlo, el poder determinar al ganador”, señaló Delpiano, tras confirmar que fueron 18 los candidatos al máximo galardón de las letras del país.
Pasadas las 12.20 se reunió el jurado en el séptimo piso del Mineduc. Y cerca de las 14 horas, Silva Acevedo tomaba asiento junto al jurado, que además de la ministra estuvo compuesto por Ennio Vivaldi, rector de la U. de Chile; Jaime Espinosa, representante del Consejo de Rectores, y Adriana Valdés, como parte de la Academia Chilena de la Lengua.
“Se consideró su presencia poética clave en nuestra literatura, desde su profético poema Lobos y ovejas, además se tuvo en cuenta su trayectoria sostenida, que incluye grandes poemas eróticos en diversas claves, con un hablante a veces aporreado y también poemas de sufrimiento con ecos bíblicos”, señaló el acta del jurado leída por Delpiano. El premio, que entrega $ 18 millones y una pensión vitalicia mensual equivalente a $ 900 mil, le fue concedido en forma unánime.
Parte de la generación del 60 junto a poetas como Oscar Hahn, Omar Lara, Gonzalo Millán, Hernán Miranda y Floridor Pérez, Silva Acevedo agradeció la distinción y recordó a los otros candidatos: “Había otros poetas de gran calidad, y saludo en estos momentos a quienes no alcanzaron el premio”, dijo. “Debiera reformularse el premio y entiendo que hay iniciativas en esa dirección. Creo que debiera haber un Premio Nacional de poesía y uno de narrativa”, señaló el ganador ante la gran cantidad de candidatos que postularon este año. Y sobre el jurado, agregó: “La forma de fallarse no debería ser por entrega de antecedentes, sino que un jurado idóneo sea capaz de discernir en el panorama de las letras quiénes son acreedores de un premio. Esto de presentar una postulación es un poco indigno”.
Ayer, la elección del autor de libros como Canto rodado, produjo reacciones divididas. “Silva Acevedo es un poeta correcto, elegido por un jurado gris y predecible”, señaló el poeta Raúl Zurita.
“El premio debiera retomar el espíritu por el que fue creado, que es distinguir el impacto de la obra de un autor y su compromiso con la sociedad chilena”, dijo Elicura Chihuailaf, quien postuló este año.
“Sus temas son múltiples, el amor, el sexo, Dios, y su libro más importante es Lobos y ovejas, un auténtico clásico de la literatura nacional”, afirmó el crítico Grínor Rojo.
Un poemario clásico
Nacido en Santiago, en 1942, Silva Acevedo estudió en el Instituto Nacional. Luego ingresó al Instituto Pedagógico de la U. de Chile. En 1967 publicó su primer poemario, Perturbaciones. Sin embargo, su obra mayor es Lobos y ovejas (1972).
“Escribí este poema parabólico creo que en 1969, dolido por la ruptura matrimonial. Y fue quizás este hondo sufrimiento lo que permitió despertar a una parte esencial mía y de la condición humana”, contó Silva Acevedo en un artículo escrito por su amigo Antonio Skármeta cuando se cumplían “25 años de un clásico”, en referencia a Lobos y ovejas. Skármeta tenía derecho a voto como último ganador del premio, pero se ausentó por problemas de salud.
El poemario fue reeditado por Ediciones UDP en 2009. “Un pequeño clásico en sordina, un hito en la literatura chilena”, según Adriana Valdés, quien lo conoce bien: escribió los prólogos de dos ediciones de la obra de Silva Acevedo, Suma alzada (FCE, 1998) y Contraluz (editorial Pfeiffer, 2010). “El tiene un respeto transversal entre los poetas y creo que eso pesa cuando se trata de un premio nacional. Uno no le puede dar en el gusto solo a fracciones más pequeñas”, dijo. La ensayista y miembro de la Academia Chilena de la Lengua destaca el conjunto de la obra del premiado: “Se suele decir que su obra más importante es Lobos y ovejas, pero yo siento admiración por poemas posteriores”.