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“EL MUNDO, LOS MERCADERES, LOS INGENUOS”
CONTEXTOS ESCRITURALES
1990-2010

Por Mauricio Torres Paredes

 



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Denuncio a los nuevos traidores: Filósofos
(Tenían que ser filósofos)
Osvaldo Lamborghinni

Comienzo este texto reflexivo haciendo una variedad de letargos racionales y acomodaticios desde mí ser poeta, con la intención de dilucidar y develar en que contextos se han movilizado los poetas, más allá de la poesía, en los parámetros culturales, sociales y de mercado, desde el retorno de la democracia a nuestros días.

La idea es aportar sentires y un rudimentario barniz a los aconteceres que de alguna u otra forma han clasificado e instrumentalizado a la poesía en los últimos 20 y tantos años. La clasificación epocal que doy a este escrito, si bien se encuentra demarcada por fechas de decenas de años, está cruzada por un proceso continuo y constante de lo que llamamos “capitalismo” o sea descodificación y recodificación, entre otras cosas, de saberes, memoria, como de experiencias, que desde los años 80´ en adelante ha tenido cambios profundos en lo circular del planeta, como en las ciudades de nuestro país.

Me adentro en estas últimas 2 décadas ocupando la memoria y los recuerdos, situándome desde la poesía moderna para decir que como los filósofos, cientistas sociales y políticos muchas veces construyen sus tesis desde las observaciones y análisis que hizo del capitalismo el viejo Marx, yo lo hago, en esta ocasión, desde una conexión de los sentidos acercándome al poeta Rimbaud vidente de lo venido y devenido en esta modernidad capitalista.

En el inicio de la poesía moderna es Rimbaud quien nos comunica que esta nueva tradición de la poesía consiste en el intento de asir, de tomar la realidad y transmitirla. No es que la poesía no pueda aprehender la realidad, sino que al contrario, pasa a ser sustancia de una naturaleza, realidad constante. Según Barthes “la palabra poética nunca puede ser falsa porque es total. Brilla con la infinita libertad y se presta a irradiar hacia miles de relaciones inciertas y posibles” No así el discurso político que está lleno de falsedades, de supuestos y promesas que hacen a través de la ocupación de la palabra en el discurso un advenimiento falaz.

Hago estas salvedades y construyo estás reflexiones tratando de imaginar con que pasajes, que temporadas y miserias y lamentos se debe de haber cruzado Rimbaud en el nacimiento profundo, hegemónico y depredador de la ciudad industrial ocupada de furia y desolación. Como bien nos plantea Ranciere en palabras de Antonio Murcia “frente a la imposible existencia de una polis despolitizada, la educación estética y las transformaciones de la literatura revelaron las potencias mediadoras del arte, confirmando que la política sólo podría volver entrar a la polis del mismo modo que salió: de la mano de la poesía”

Entonces ¿Qué hechos y que circunstancias podemos alcanzar a percibir para suponer que desde fines de los años 80´ en adelante se ha formado un contexto despolitizante que ha dejado a la poesía apartada de lo que proponía Rimbaud, que es que la verdad no se percibe por la razón sino por los sentidos?

En los años 80 se planteaba que la lucha era contra un enemigo común y visible, que era dictadura, es así como los poetas (diversidad de ellos/as y no generación) comienzan a significar la subversión de los discursos desde su poesía, con variadas formas de denuncias. Es así como hemos confirmado a 40 años del golpe militar que la poesía fue uno de los primeros registros escritos que denunciaron las atrocidades que sucedieron en dictadura, no fue la justicia, no fue la academia, ni menos la prensa. Poetas hoy reconocidos por nosotras y nosotros, como otros y otras tanto anónimos, escribieron fanzines, revistas a mano, a máquina de escribir, libros, que en clubes deportivos, iglesias, juntas de vecinos, en la soledad del lugar que los acogía, comenzaron a mostrar realidades espeluznantes, ya desde antes de las osamentas encontradas en Lonquen, el 30 de noviembre de 1978. (Pueden visitar la biblioteca nacional o la página de Memoria Chilena y se encontrarán con una cantidad inagotable de material que confirma esta afirmación).

Frente a ese enemigo conspirador con el imperio y sus nuevas lógicas dominantes, los poetas que transitaron en esa época eran verdaderas máquinas de guerra que en la experimentación del día a día escribieron politizando la palabra, buscando vías heterogéneas que encontraron puntos de fuga a las disciplinas de control que muy sutilmente fueron aplicadas en lo cultural, lo social y en el mercado.

En el plan instaurado del neoliberalismo por Estados Unidos de Norteamérica, con la generación de dictaduras militares en la mayor parte de los países de América latina, con la caída de los socialismos reales y la llegada de la gran promesa de globalización, se configuró un nuevo actor que busca en la competencia, como en el consumo, la más ficticia emancipación, a la cual los poetas ven en lo cultural una salida y una resistencia, que según mi parecer tendremos que ir pensando en el tiempo.

Con la llegada la democracia y en un contexto despolitizado por los miedos, discursos tradicionalistas, moralistas y promesas de un futuro desarrollo del cual todos seriamos parte, se piensa y se idea el imaginario de que no existe ya un enemigo frente al cual salir al encuentro. Pero en esas cosas abrumadoras de la realidad y de la humanidad que nos responsabiliza con los otros y todo los que nos rodea, nos dimos cuenta de que ese enemigo estaba entorno a nosotros más vivo que nunca, enemigo que comenzó a operar desde una lógica enmarcada en la mismísima oficialidad democrática que es fuente hegemónica de la burguesía. Cómo diría Rimbaud “Y la primavera nos trajo la horrorosa risa del idiota”

Es así como en el contexto de los años 90´ se comienzan a configurar políticas culturales tecnocráticas donde los poetas deben de comenzar a aprender, diseñar y confeccionar proyectos para Fondos Concursables en donde la competencia entre pares comienza a ser pragmática, donde los objetivos, obviamente acordes al nuevo orden son fundamentales y donde el lobby y los contactos, como todo en nuestro país, comienza a tener una relevancia superior.

Nace, por ejemplo, Balmaceda 1215 donde se comienzan a impartir talleres de poesía para jóvenes, con presupuestos del Estado que cuantifican número de participantes, viabilidad de los proyectos y una funcionalidad en torno a la nueva democracia neoliberal, en donde los gobiernos de esos 20 años entregan mínimos recursos a una suerte de lucha técnica, a la cual los poetas deben de ceñirse, para ver quien los gana.

Fundaciones como Pablo Neruda que también comienzan ha trabajar con jóvenes y a premiarlos y destacarlos frente a otros, van tejiendo dinámicas sesgadas donde los poetas deben de ir buscando artilugios y formulas para poder rendir frente a estas. Las posibilidades son mayor difusión de sus nombres y prestigios asociados. Es así como lo “cultural” comienza a tener un papel protagónico en los grupos de poetas jóvenes, mirando hacia atrás a los poetas de los 80´, quienes habían posibilitado un quiebre real, y comienzan a pensar que en lo cultural oficialista, está la vía de tención y cruce que los puede liberar. Para la poeta Carmen Berenguer respecto de esos años, cito: “Hoy como nunca, el deber ser de un poeta mediocre, es saber hacer un buen proyecto. Saber gestionarse por medio de un buen lobby en el hall de algún hotel citadino, o de una convención congresal que lo lleve a dialogar acerca de las papas fritas y del Blady Mary. El poeta que reconoce esta institucionalización del arte y su chifladomercadotecnia, sabrá que por allí, adquirirá un buen paladar, pero su poesía no gozará de buena salud. Porque no basta con saber escribir, en una época pos ilustrada con que gozan sus nuevos genes, cualquiera sabe de técnicas para hacerlo”.

Es en la visibilización y en la supremacía de la imagen y los controles por medio de prácticas de subjetivación, que se van instaurando dinámicas validantes de una ficción que no es tal. La política de los acuerdos, la validación de discursos comunes. Desde una perspectiva contextual, se entenderá la narrativa cultural del capitalismo, como un espacio omnipresente de estandarización y semejanza que resta densidad a todo intento de cuestionamiento o disrupción. En casi palabras de Foucault, sacadas de un pronto seminario que se realizará: “Las prácticas de subjetivación constituyen el eje desde el cual las máquinas de saber y los mecanismos del poder se ejercen en función de la producción de nuevas subjetividades. No hay ejercicio gubernamental que no se proponga, a su vez, la producción de un determinado tipo de sujeto. Por ello, la gubernamentalidad neoliberal se orientará a la producción del sujeto emprendedor en todos los ámbitos de la vida social”. Y el poeta no está fuera de ello.

Ya avanzados el año 2000, el trasvasije, se extenderá a espacios comerciales, en donde comenzarán a primar la operación de “lecturas poéticas” enmarcadas en bares, restoranes, pubs en donde los poetas y su poesía tendrán una inigualable acogida muchas veces como instrumento de difusión de estos lugares, de acercamiento de un nuevo público juvenil, en donde los poetas ya no solo tendrán espacio en las políticas culturales de gobierno, sino además en el mercado de consumo que valida una mirada nuevamente cultural de lo metropolitano.

Otro espacio de tensión que también se da, en esta línea de tiempo entre 1990 y el 2010, tiene relación con algunas microeditoriales que cobran a los escritores y poetas por la publicación de sus poemarios o libros. El mercado ve con buenos ojos, el que vaya existiendo una supuesta necesidad de “publicar” por parte de los jóvenes, que lleva a mercantilizar la oferta que solo pasa por imprimir sus escritos, muchas veces careciendo de un trabajo de edición real, llamémosle solo imprimir y en donde por medio del cobro muchas veces exagerado de la publicación, está no es distribuida y difundida, ya que importa poco los procesos posteriores que hacen que la obra en cuestión circule.

Otro ejemplo tiene relación con lo que muchas veces hemos escuchado, que las bodegas del Consejo del Libro y la lectura, lo que hoy es el Ministerio de cultura, están atiborradas de publicaciones que sostienen el polvo y la miseria de estar allí, estacionadas para perpetuarse en ese lugar, no importándole a nadie su distribución a bibliotecas, centros culturales, colegios o espacios de lectura.

Respecto a la crítica literaria y al papel que debiese de tener la academia de ir analizando y discutiendo críticamente estos temas, la poesía ha carecido de observaciones precisas y constructivas que vayan aclarando, de qué forma se va transitando en estos caminos del capitalismo donde como se ha planteado anteriormente es parte de la alternativa de que el individualismo pase a ser individualidad. Creemos, y acá cito la antología de poesía política DESMANES, necesario releer en la poesía, los signos más urgentes que desestabilicen una visión en blanco y negro de la realidad y las tramas con las que se aparece.

Entre estos aconteceres y muchos otros es donde el poeta ha debido transitar, tratando de mostrar la realidad con su poesía, nublándose muchas veces en las oportunidades ficticias de las cuales dispone. Sin embargo se ha posibilitado en la porfía de mantenerse en la correspondencia con otras y otros pares, en una cantidad considerable de poetas jóvenes que pueden encontrar alternativas desde la palabra para infectar los devenires.

Es importante movilizar las alternativas a espacios mucho más allá de lo cultural, que el poder ha logrado hegemonizar. Buscar en la oposición e interposición entre poesía y política una vinculación en permanente mediación y tensión, en/bajo condiciones de conmoción, crisis y sobresalto. Una relación que module una palabra que sale a la calle o se despliega en su disturbio interno y secreto, para perforar la fórmula, esquivar la vigilancia o sustraerse a la celebración de la velocidad y la fluidez de lo mercantil.

La poesía moderna nace de la y en la subversión, no podemos entrégala a quienes solo la quieren ocultar, es la posibilidad que tenemos, amigas y amigos, de ser parte de este cambio que se nos avecina.

La memoria abunda en la escritura de la poesía y citando a Rimbaud, termino:

“¿Hay de que sorprenderse? ¡El mundo, los mercaderes, los ingenuos! – nosotros no estamos deshonrados. – pero, ¿cómo nos recibirían los elegidos? Y hay gentes ariscas y alegres, falsos elegidos, puesto que necesitamos audacia o humildad para abordarlos”.



 



 

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“El mundo, los mercaderes, los ingenuos"
Contextos escriturales 1990-2010.
Por Mauricio Torres Paredes