El señor Artaud hoy no come, pasa a electroshock
Ponencia expuesta en el coloquio El Cuerpo Posible a 60 años de la muerte de Antonin Artaud
Por Mauricio Torres Paredes
En toda poesía hay una contradicción esencial. La poesía es la multiplicidad
machacada y que lanza llamas. Y la poesía, que devuelve el orden,
resucita primero el desorden, el desorden de los aspectos inflamados;
hace que se entrechoquen aspectos que reduce a un punto único:
fuego, gesto, sangre, grito.
Antonin Artaud
Hora de dormir. Entrar en la cama. Permitirse construir el día que vendrá. Buscar soluciones a posibles problemas. Concentrarse en dormir. Concentrarse en dormir. Inunda el silencio un todo, la luz acentúa la falta, el vacío se instala en la oscuridad. Solo tengo 9 años. Busco mi mano, la introduzco bajo el colchón, busco la bolsa de plástico que he dejado en un tiempo anterior en este lugar. En estos años las bolsas de plástico son escasas y esta es la primera que llega a mí de color negro. Levanto mi cabeza, la introduzco en la bolsa asemejando que es un kilo de pan y comienzo a sentir mi respiración. El aire, el oxigeno o como se llame, está en el mismo lugar que mi cabeza, en el mismo lugar que el plástico. Comienzo a sentir la humedad de la respiración. Percibo los microbios, están acá en conjunto con mi piel, con mi pelo, al lado de mis sesos. Destapo mi cabeza, traslado la bolsa húmeda debajo del colchón. Todos los actos individuales son antisociales.
En el momento en que me dispuse a escribir de y sobre Antonin Artaud y su obra, lo primero que se me vino, fueron recuerdos de la niñez en los cuales acometía este rito anteriormente relatado, como una especie de experimentación, solucionaba el encuentro con el despojamiento de la sensación de estar doblegado terrenalmente a un cuerpo. ¿De que manera se articulan estas acciones de conocimiento en el sentido del dolor? Encontrarse con el cuerpo, descubrirse desde el cuerpo, saberse perteneciente de lo que en pleno la comunidad te reclama. Sacudirse la enorme inercia que se ha apoderado del ser humano hoy.
Cuando el sujeto vacío se presenta implementado de órganos que conciben dolor, sufrimiento y soledad que se entrecruzan en el tiempo y el espacio con otros órganos nacidos desde la perdida, no se ha entendido que cualquier cosa puede existir sin tomarse el trabajo de ser. Estar encerrado en el cuerpo es el primer acto de drama humano y el castigo la segunda formula de control, siendo la primera la que condiciona el propio cuerpo amarrando al espíritu. Nos domina una permanente sensación de que nos vamos del cuerpo, nos despojamos, arrancamos, habidos de distanciarnos de la materia sólida.
Cuando Artaud entiende que los condicionamientos subyugantes se trasladan más haya de los condicionamientos sociales y culturales como planificadores del comportamiento establecido, activa el despojamiento de la palabra. La palabra desechada inoportuna y antigua, debe de ser remplazada por la poesía. Suplir realidad por imaginarios, tierra por vientos. Antonin en su panfleto “en plena Noche” respuesta a su expulsión del movimiento surrealista, argumenta: Sé que en el debate actual tengo de mi lado a todos los hombres libres, a todos los revolucionarios verdaderos que piensan que la libertad individual es un bien superior a cualquier conquista obtenida en un plano relativo… Quien sólo ve en el lenguaje un sistema de códigos nunca podrá explicarse el infinito poder creador de la palabra y su capacidad de expresar lo inexpresable.
Se desentiende de la palabra compuesta, decologada, conceptualizada y asignada, suplanta los dogmas esclavizantes remplazándolos por los delirios ezquizoanalíticos. Revienta disminuyendo al vacío los imperiosos designios de la ciencia y sus paradigmas. Compone lo presuntuoso, quitando todo poder a religiones, psicologías y organismos que detengan al espíritu que tenemos preso contra su voluntad ¿Se han mirado al espejo alguna vez y se han preguntado a si mismos, desde la mas amplia reconstrucción del yo? Este que veo acá reflejo de reflejos, este no soy yo, esto es solo un cuerpo. Ejercicio parecido quiso imitar Andy Warhol, en los momentos en que colocaba frente a la cámara a un sujeto por un largo lapsos de tiempo, del cual al fin y al cabo llegabas a ver el imaginario por sobre la realidad.
Es impresionante como un sujeto, se entorna rebelde, asistido por el castigo corporal de descargas constantes de electricidad aplicadas en el cerebro, para como en una tortura de las más escalofriantes de la época moderna, desistiera de su acción reflexiva paradojalmente asignada hacia la acción radical. El que no sufre no vive. La poesía es vida. Dejando constancia que en ningún momento nos referimos al acto de designar y escribir buscando sanación, ya que las enfermedades las han inventado los profesionales de la ciencia, colocándola en manos de los médicos, como formula de control y dominación. Como así mismo el díos o como se le designe, recubrió el espíritu de carne como cárcel limitante.
El asco de saber que existe el asco y que del asco provenimos. Enterarse de que solo con semen los momos se alimentaban. Dar cuenta de que construido todo desde la ficción formula un pliegue. Los anormales, los moustros, los fenómenos, los simplemente locos. Aquellos que han doblegado el cuerpo racionalizado constitutivo de una sociedad industrial que destruye la humanidad más mínima. Aquellos que han aprendido a vivir desde, por y con un cuerpo sin órganos. Podríamos estar presenciando pensamientos sobrepasados por los cuerpos y cuerpos que no necesitan construcción.
Desde esta misma plataforma Artaud preconfigura la sin “figura” planteando: No me parece que lo más urgente sea defender una cultura cuya existencia nunca ha liberado a un hombre de la preocupación de vivir mejor y de tener hambre, sino extraer de aquello que se llama cultura ideas cuya fuerza viviente es idéntica a la del hambre. Entendido plasma que opera como operan los médicos, extirpando lo dañado. Y en lo dañado está el compuesto que no figura en el concepto racional.
El cuerpo cae como cae la palabra, pues estos dos compuestos son utilizados para accionar maldad, no refiriéndonos a los dogmas de bien y mal, sino la maldad dominadora, explotadora y desvergonzada que por medio del cuerpo somete a la pena sistemática del sufrimiento, sino también a la canalladas que se organizan y se simbolizan desde las mentiras pronunciadas en la palabra, palabras designantes de cómo digiera nietzsche de una verdad inexistente, que mantiene amancebados a los sujetos.
Ya descompuesta como un riñón, o un pulmón de un fumador, no es solo la palabra y el cuerpo los frente de lucha de Antonin, aquello que designan dios y luego de ello su sucesor el capitalismo y los estados unidos…
Pienso que diría Artaud al escuchar entre los murmullos de los sabios, el apelativo de poeta maldito. Una respuesta compulsiva y directa me imagino saldría de el: Que más maldito que ustedes que intuyen y presumen estar viviendo como hecho divino y atendido desde sus propios miedos. Que más malditos que el siquiatra que mandaba a la enfermera a pronunciar en voz alta y como bien saben las enfermeras: El señor Artaud hoy no come, pasa al electroshock. Y si se tratara de los intelectuales, créanme que mínimo me escupiría la cara preguntándome y exclamándome: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? Soy Antonin Artaud y apenas yo lo diga como sé decirlo inmediatamente verán mi cuerpo actual estallar y recogerse bajo diez mil aspectos notorios un cuerpo nuevo en el que ustedes no podrán nunca jamás olvidarme.
A 60 años de logar obtener un cuerpo sin órgano nuestro amigo Antonin Artaud, disponemos desde una nueva formula empírica, mas haya de la observación, o sea desde nuestra confirmación interior, que tacomomo tukloñi ouyelyo taca taca pom tuk ouyelyo tacomomo tacomomo tukloñi ouyelyo taca taca pom tuk ouyelyo tacomomo tacomomo tukloñi ouyelyo taca taca pom tuk ouyelyo tú el momo.
17 de diciembre, 2008