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INVADIENDO LA CIUDAD
entre la Poesía y la Infexión
Por Mauricio Torres Paredes
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El año 2014 nos dispusimos a realizar un ciclo de lecturas de poesía que tuvieran características particulares, las que dieran cuenta de una idea que teníamos hace tiempo dando vuelta, y es que “la gente común tiene una conexión de entendimiento, de aceptación y de confianza con la poesía”
Reflexión que miro con sospecha, que hace algún tiempo atrás en algunas reseñas literarias por parte de algunos críticos/as se cuestionara la idea popular de que “Chile era país de poetas” En esa dimensión por ejemplo, hoy podemos decir que no solo existen muy buenos y gran cantidad de poetas en nuestro país. Sino además existe con la comunidad, con la tribu un vínculo en el cual se virilizan nuevos saberes y aprendizajes en constante dialéctica entre el arte, la poesía y la gente.
Es interesante descubrir en la práctica y en la acción cotidiana, como la gente, los vecinos se entiende con la poesía y los poetas, noción que desde la teoría se ha cuestionado constantemente, pero no haciendo el ejercicio de la práctica. Dentro de las frases y supuestos que hemos escuchado muchas veces está por ejemplo “la poesía aburre a la gente” “la gente no lee poesía” “la gente no sabe que es la poesía” entre otros.
Hoy podemos decir y con fundamentos vividos, que esos clichés no son tan así y que existe una simpatía clara entre multitud, poesía y poetas, más aun en este ejercicio que hemos podido realizar con el ciclo de lecturas “Invadiendo la Ciudad” realizado por un grupo de poetas en la complicidad de una idea llamada Santiago Poesía. Lecturas en comunas, barrios y poblaciones, alejándose en la estrategia de los colonialismos artísticos, o sea, de creer que el artista entrega su trabajo para educar o enseñar, u otras veces pensando que el arte es solamente terapéutico e inclusivo para reformar comportamientos.
Nuestra apuesta fue desde la “diversión” en el goce desde el entretenimiento, la alegría y el rito. Desde la tensión que complica más al sistema, al mercado, a los oficialismos culturales, cuando ve a su gente alegre y pasándola bien.
Nos dispusimos a realizar un Ciclo de Lecturas de Poesía en distintas comunas, barrios y poblaciones de Santiago en que lo primordial era pasarlo bien, divertirnos, aprender de la gente y llevar la poesía a los espacios y lugares donde sabemos que la gente desgusta y tiene una sensibilidad más que cercana con ella.
Pudimos encontrarnos en las comunas de Pedro Aguirre Cerda, San Ramón, Maipú, San José de Maipo, Renca, Santiago Centro, La Pintana, entre otras y pudimos descubrir el contacto y la simpatía que tiene la gente común que con respeto agradece que se le entregue la magia de la palabra.
Alcanzamos a entender que grandes rasgos de lo “popular” lo dice y canta la poesía, lo que nos da a pensar que esta tradición tiene un cultivo fértil y enérgico en las calles, en las plazas, en la multitud.
INVADIENDO LA CIUDAD es la primera experiencia que ha posibilitado, en un año, un ciclo de itinerancia poética en la que la celebración y la fiesta se hacen parte de las características de estas invasiones de poesía callejera, acompañadas de grandes poetas y artistas que viajaron a lugares desconocidos, por ellas y ellos, de la ciudad, sin el más mínimo requerimiento, sacando de encima los egocentrismos aprendidos en la ignorancia.
Ningún poeta o artista invitado de los más de 60 que participaron en las distintas lecturas, preguntó “quienes más están invitados” o pidió cerrar o abrir una lectura en las ínfulas de divismo. El sentido estaba claro, sin siquiera y sin siquiera explicarlo estuvo la disposición y las ganas de ser parte de la Invasión.
Con esto pudimos comprobar también que disposiciones generacionales que se hacen desde la literatura hacia los poetas, o sea poetas de tal o cual década y las sectorizaciones entre poetas jóvenes y nobeles, son cosa del pasado que no transitan en la nuevas miradas y acciones de hoy.
Frente a esas premisa de participación de los poetas, de organizaciones sociales que apoyan y organizan las lecturas, de convocatoria e invitación a gentes de otros lugares para que vayan a escuchar poesía y vecinos participantes de estas, es que INVADIENDO LA CIUDAD fue una Agencia; o sea un lugar, un espacio, una marca la cual posibilitó que la poesía llegue a las personas y nazca la posibilidad de alimentar la poesía.
La Idea de Invadiendo la Ciudad fue llegar a los espacios más distantes del centro, o sea a los márgenes, a los suburbios y encontrarse con la poesía, esta idea tiene, de alguna manera raíz en lo que hacía violeta parra, como dijo la poeta Ingrid Escobar en la presentación del Invadiendo la Ciudad en la Mesa de reflexión de las Nuevas Agencias de la Poesía, recordando cuando la cantora salía a buscar melodías y letras para sus canciones por todo Chile.
Es desde la autogestión que hemos ido y viniendo con la poesía de aquí para allá, con la práctica de que en la colaboración de todas y todos se pueden hacer grandes y sólidos eventos culturales y poéticos que no tienen nada que envidiar a los auspiciados por empresas, fundaciones y recursos de subvención, dejando una muy buena impresión en la gente y posibilitando a los poetas que conozcan la ciudad y compartan con sus pares y con la gallada.
Para este año 2015 se realizará el documental sobre esta gran experiencia que fueron Las Lecturas de Poesía Invadiendo La ciudad, además del registro escrito de las experiencias vivenciadas.
Este año 2015 también comenzamos nuestra segunda etapa que hemos llamado INFEXIÓN en la cual realizaremos Acciones Poéticas en el espacio Urbano y FIESTA qué será un periódico de poesía que comenzaremos a difundir este nuevo año.
Desde esa idea volveremos a instalar la poesía como palabra lúcida y entretenida.