Quiero comenzar haciendo sentir esta exclamación, que no solo se entremete por entre las variadas escrituras que podría llevar a comentar sobre un libro que se titula Revoluciones, sino que además es una frase que se asoma tanto a mis sentires, que expone a mi corporalidad a que manifieste las incertidumbres que pueda contener, tratando de construirle un sostén de veracidad. Sin embargo, lo “incierto” construye y constituye uno de los máximos panoramas que se cruzan en nuestras vidas.
Con una voz que pulula a veces nostálgica, a veces enrabiada otras tantas introspectiva, el poeta René Acevedo en sus Revoluciones, nos introduce en una contraposición de sentidos y palabras que tratan de imaginar a veces retrospectivamente, a veces cantando un presente sombrío, las venturas e infortunios de un hablante dudoso de promesas, dudoso de esperanza, dudoso de verse precipitado a resignificar las palabras, pero sin embargo, estas se escapan en búsqueda de la ética del corazón.
La duda es la creciente que nos perturba, incomodando nuestras acciones, interrumpiendo en nuestra voz interior, que sabemos es lo más próximo en la confianza que tenemos. Sin embargo, la poesía intuía que el pueblo no conseguiría el progreso universal de igualdad, libertad, fraternidad prometidas, que no vale la pena en este texto contemplar.
El poeta Mauricio Redolés lo debela así:
¡Arriba los pobres del Mundo!... gritó el viejito/ ¡Los pobres mejor regalémoselos a la U.D.I.!/ dijo la viejita total los pobres ya cambiaron sus conciencias por un microondas.
Pero lo que tenemos claro es que los pobres no cambiaron sus conciencias porque sí, como lo revela el poema de Redolés “Cuando llegara el socialismo”. Los líderes de la revolución fueron quienes primero cambiaron. Cambiaron también por sentirse derrotados o sus formas tan primas de la monarquía, terminaron por representar la misma historia de engaños y violencia de las que hablaba Shakespeare con la claridad y la realidad por delante.
Existen muchos casos en la poesía que nos hablan de los descontentos y castigos que han tenido los y las poetas con la revolución. Está el ejemplo de Vladímir Mayakovski, quien el año 1930, se suicidó luego de poner su obra rebelde al servicio de la revolución y sus proyectos, pero que sin embargo, se fue dando cuenta que la realidad soviética era cada vez más burocrática y opresiva, hasta llegar al genocidio de Stalin que conocemos.
Otro caso es el del poeta Roque Dalton, quien hace cuatro décadas atrás, fue asesinado por las manos de sus propios compañeros revolucionarios, que lo acusaron de propiciar la insubordinación y la división del grupo insurgente. El poeta salvadoreño fue condenado a pena de muerte y asesinado de un tiro en la cabeza por decisión de la comisión militar del ERP.
Casos como los anteriormente expuestos son miles en distintas áreas de la vida, la cultura, en la poesía y son estos los que dan cuenta de que del dicho al hecho los tramos son eternos. Estas distancias están a la vista y el poeta no puede desatenderlos.
Es así que René Acevedo nos quiere adentrar en la proyección de vividos momentos de sensaciones inciertas pero que se buscan su espacio para ser escritas y pronunciadas, como digeridas de una manera algo distinta de lo que lucían en pronunciaciones del siglo XX.
"Este no es el mundo que dibujé para mi ocaso Sin embargo, es luz la que me nutre su decadencia, sus mazmorras toda su hez gloriosa me deprime inunda mi horizonte más lejano y lo corrompe"
El ajado vital ánimo que se daba a lucir con las pompas universales de un nuevo futuro no vinieron de la mano de las promesas. No solo las revolucionarias, sino solapadamente además, aquellas que no cambiaron el tono de la representación de la divinidad antropocéntrica.
"La teoría del cosmos y sus moléculas la explotación del hombre por el hombre la excomunión del pecado su absolución por el comercio las cruces pueden transarse por buen precio no es necesario esperar la eternidad"
En Revoluciones, además nos encontramos con el recurso del lenguaje revolucionario, apareciendo en voces y en consignas y en cantos de elocuencia y veneración y gloria, construyéndose como un soliloquio de consignas que el poeta verbaliza, chocando con una realidad que desechó al desuso aquellos lemas que quedando reconvertidos o ultrajados en sus definiciones, Acevedo, tratará de “alientar” o sea tratar de que esas consignas vuelvan a tener sustancia y voz desde otro aliento u otro estímulo. Cuando los Beatles escribieron en la canción Revolución de 1968: “Dices que quieres una revolución/ Vaya, tú sabes/ Todos queremos cambiar el mundo/… Pero cuando hablas de la destrucción/ Sabes que no puedes contar conmigo/Sabes que estará bien…”. Dan cuenta de que la revolución no está definida, ni consignada como una biblia y que hay que reinventarla para que nazca con la fuerza que se merece.
"El mar se llevó amores deshojados cercenados a fuego y metralla los arrulla entre salinas sábanas con mortaja de piel y de cadenas volviendo más violáceo su semblante"
Hace años, desde hace décadas, desde el triunfo global del capitalismo que vengo escuchando a intelectuales y filósofos comentando que no existe un afuera del capitalismo. Mi respuesta desde hace algún tiempo es “pues, debemos de crear ese afuera”, partiendo de la única oportunidad certera que tenemos, que es contar con vida.
Si bien Revoluciones de René Acevedo nos da cuenta del valor y la grandeza que ha existido en ellas, como además de contarnos de que no es gratis, sino más bien sacrificados los caminos para alcanzarla, también habita en su discurso poético la develación de que esas promesas inciertas hoy, tuvieron como sabia la sangre como las vidas derramadas en busca de un poco más de justicia. He ahí el justificativo eterno de las luchas.
Revoluciones es un libro que manifiesta la lucha entre vida y causa, en tiempos llenos de incertidumbre que van como ejércitos infecciosos, alterando nociones y pareceres que no son lo que fueron y no sabemos en qué se convertirán.
Santiago de Chile, septiembre de 2020
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RENÉ ACEVEDO MENA (Santiago de Chile, 1969) Profesor de Música y Psicólogo. Cultiva el interés por el arte, la literatura y la poesía desde su infancia. Fue uno de los fundadores del Colectivo Cultural Geopoético, fue Presidente del Centro Cultural Pablo Neruda de Macul, Director del Centro Comunitario La Casona de Los Jóvenes de La Florida y Asesor Cultural de la Casa de la Cultura de Cerro Navia. Ha publicado en diversas compilaciones y antologías de poesía, siendo las más destacadas “Parcialidades Mundanas” (2003), “7 gritos desde el Suburbio” (2007) de Mago Editores y en la Antología de Cuentos “Conspiradores” (2016), de Marciano Ediciones. Como editor ha participado en “El Mar de Poetas” y “La Casa de Los Sueños”, con Fesal Chain; “A las Puertas de la Villa Grimaldi”, “Retorno a la Villa Grimaldi” y “Manifiesto del Bicentenario”, con Mario Aguilar Benítez, así como en la 2da Edición de la “Antología de la Locura”, de Miguel Edwards Rosas.
“Revoluciones” es una compilación de textos unidos por la temática común de la resistencia cultural, contra la discriminación y como forma de denuncia de los abusos del poder político, económico y militar, desde la época de la dictadura militar en Chile hasta nuestros días.
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dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com
SON TIEMPOS INCIERTOS
Sobre libro Revoluciones (82 páginas), René Acevedo Mena (Chile)
Editorial Letra Clara, Colección Anguita, julio de 2021
Mauricio Torres Paredes