Proyecto Patrimonio - 2019 | index  | María-Elvira Luna-Escudero-Alie     | Autores |
         
        
          
          
        
         
        
        
        
        Eros y Tánatos en Ojos bonitos, cuadros feos, 
de Mario Vargas Llosa
          
          María-Elvira Luna-Escudero-Alie
          PhD.                                          Montgomery College, MD
          elviraluna@msn.com
          
            
        
          
            
            .. .. .. .. .. 
        
“What can I hold you with?[…]
          I can give you my  loneliness, my 
          darkness, the hunger of my heart; I am
 
          trying to bribe you with  uncertainty, 
          with danger, with defeat”.
        Borges, Two English Poems II (1934)
        
        
        Resumen:
          Este trabajo es una reflexión crítica sobre la  representación del erotismo, el amor, y la muerte en la quinta obra de teatro  de Mario Vargas Llosa: Ojos bonitos,  cuadros feos (1996). Las ideas del ilustre poeta Octavio Paz (1914-1998)  sobre amor y erotismo expresadas en su ensayo: La Llama Doble: Amor y Erotismo (1994), sirven de base para nuestro  análisis del quinto drama de Vargas Llosa.
          Palabras  Clave:  Erotismo- Amor-Muerte-Teatro-Vargas Llosa
                      Abstract:
          This work is a critical reflexion on the  representation of eroticism, love, and death on the fifth play written by Mario  Vargas Llosa: Beautiful Eyes, Ugly Paintings (1996). The concepts expressed  by the well-known poet Octavio Paz (1914-1998) about love and eroticism  expressed on his essay: The Double Flame:  Love and Eroticism (1994), serve as a base for our analysis of the fifth  play written by Vargas Llosa.
                      Key Words: Eroticism-  Love- Death-Theater-Vargas Llosa
         
        * * * 
        Ojos bonitos, cuadros feos (1996), fue  estrenada en Lima el 4 de julio de 1996, en San Isidro, en el teatro del Centro  Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La dirección estuvo a  cargo de Luis Peirano, quien ya había dirigido exitosamente en 1986, La Chunga; tercera obra dramática del  Nobel peruano. Ojos bonitos, cuadros feos, obra desarrollada en un sólo ambiente y también de un sólo acto; pero  dividido en diez escenas, consta de tres personajes: Rubén Zevallos, Eduardo Zanelli, y  Alicia Zúniga. Ojos bonitos, cuadros feos (1996) fue representada por el grupo Ensayo y Mariana de Althaus actuó en  el rol de Alicia Zúniga, Salvador del Solar en el de Rubén Zevallos, y el  famoso primer actor Hernán Romero protagonizó el papel del crítico de arte:  Eduardo Zanelli. La puesta en escena fue dedicada a la memoria de Lorenzo de Szyszlo (1960-1996); hijo del pintor Fernando de Szyszlo  (1925), quien había colaborado con la escenografía de la obra hasta que un  infausto accidente de aviación cegara su vida.
                  Ojos bonitos, cuadros feos (1996) es una obra dramática que  inicialmente fue pensada para ser un guión radiofónico en la BBC de Londres. De  hecho, Vargas Llosa fue contratado por la European Broadcasting Union para este  proyecto cultural. El título del drama fue inspirado por una crítica de pintura  firmada por Luis Lama, y publicada en la revista limeña Caretas en 1981. Es  relevante señalar que en Ojos bonitos,  cuadros feos, hay dos referentes culturales muy importantes. La música de  Mahler que funciona como signo acústico primordial, y las pinturas de Mondrian  que son el signo visual preponderante en la obra.
         A lo largo de la pieza teatral oímos la música de fondo que es la  última sinfonía del compositor austríaco Gustav Mahler (1860-1911), titulada:  “Das lied von der Erde” o “El canto de la tierra.” Copiamos aquí el nexo en youtube disponible en Internet correspondiente  a esta famosa e imponente sinfonía.
                Hemos dicho pues, que la pintura además de la música, actúa como un  segundo elemento de este diálogo cultural en Ojos bonitos, cuadros feos. En efecto, las pinturas del fundador  del neoplasticismo: el artista holandés Piet Mondrian (1872-1944), forman parte  fundamental del drama de Vargas Llosa, incluso la carátula de la obra publicada  por la editorial Peisa y diseñada por Gredna Landolt, fue inspirada en el  lienzo de Mondrian llamado: “Composición en rojo, amarillo, azul y negro”,  creado en 1921. Mondrian se dedicó a la abstracción geométrica buscando  encontrar lo que él llamaba “la retícula cósmica” o la estructura básica del  universo. Es interesante recalcar que Vargas Llosa suele intentar en sus obras  representar la realidad total, y precisamente escoge como colega de esta  múltiple experiencia cultural en Ojos  bonitos, cuadros feos, a un pintor que apostó por hallar en el arte  pictórico una suerte de indagación de lo absoluto; un arte puro y totalizante.
         Hemos dicho que hay tres personajes en Ojos bonitos, cuadros feos, sin embargo, su autor le precisó a Luis  Peirano en una carta que éste tuvo a bien reproducir en el programa de la  presentación teatral, que: “[…] desde que escribí Ojos  bonitos, cuadros feos, he tenido  la indemostrable certeza de que los principales personajes de la historia no  son Eduardo Zanelli, Rubén Zevallos, ni Alicia Zúñiga, sino esa sinfonía de  Mahler y los cuadros abstractos de Mondrian[…]”  
        En Ojos  bonitos, cuadros feos (1996),Vargas  Llosa emplea el flash-back, -técnica narrativa prestada del cine- para evocar  el pasado de manera eficiente y presentar en el escenario, casi  simultáneamente, diversas instancias temporales que nos colocan así en un  contexto cultural e histórico significativo. Vargas Llosa ya nos había  acostumbrado al uso de ésta técnica en sus novelas así como en sus obras  dramáticas. Bien cabe destacar incluso que en sus memorias: El pez en el agua (1993), Vargas Llosa recurre a los saltos  temporales para combinar intercalando los capítulos de su entonces reciente actividad política como  candidato a la presidencia peruana con los de su infancia, adolescencia, y  juventud. De esta manera MVLl nos brinda un lienzo más ágil y dinámico de su  vida y quehacer político.
         Las obras dramáticas de MVLl ocurren, en su mayor parte, en el  recuerdo; en el fascinante ámbito de la nostalgia. El estudioso italiano  Domenico Cusato, entre otros, afirma que el teatro de Vargas Llos es  básicamente narrativo donde existe un narrador-generador o varios, los cuales  mediante el diálogo, la fantasía, y el recuerdo cuentan una historia o evocan  un recuerdo. Es esta evocación recobrada mediante la narración la que Vargas  Llosa desea escenificar en las tablas. ¿Acaso Vargas Llosa dramaturgo, en su  intento por buscar un teatro totalizante busca a la manera de Marcel Proust  aprehender las instancias temporales que conforman una vida, en suma “el tiempo  perdido”?
         El  teatro de Vargas Llosa comparte con su obra narrativa sus técnicas más  importantes: los saltos temporales, las cajas chinas, los vasos comunicantes,  el dato escondido, los famosos saltos de nivel espacio-temporal y de nivel de  realidad, la polifonía, así como los diálogos muy eficientes a nivel  sociolingüístico porque Vargas Llosa –nunca está demás recalcarlo- es un  verdadero maestro del diálogo. El teatro de Vargas Llosa, al igual que su obra  narrativa cuestiona incluso el mismo hecho de la ficción.
        Vargas  Llosa privilegia el signo visual de la iluminación para expresar el paso del  tiempo en sus obras dramáticas. Estos cambios temporales ocurridos en las  tablas al usar la técnica del “flashback” son señalados precisamente con el  empleo acertado de la iluminación en las puestas en escena de sus obras.  En Ojos  bonitos, cuadros feos, el juego de luces sirvió para expresar de manera  fundamental el paso del tiempo en momentos cruciales, tales como por ejemplo, cuando Rubén evoca desde la muerte a Alicia: su  novia suicida. La música de Mahler coopera asimismo para crear un entorno  cultural y existencial en el cual prima una atmósfera tenebrosa de misterio y zozobra  que socava el único espacio dramático donde se desarrolla la obra: el  departamento del crítico de pintura. Esta obra de teatro es parca en  didascalias y no lleva prólogo; pero los títulos de las diez escenas en las que  se divide el único acto de la obra, son muy elocuentes. En Ojos bonitos, cuadros feos hay  múltiples signos acústicos -que podrían considerarse didascalias auditivas-, y  como ya señalamos, Ojos bonitos, cuadros  feos fue creada para ser un guión radiofónico y eso explica la relevancia y  la gran cantidad de signos acústicos. Estas didascalias son muy elocuentes para  guiar a lectores y espectadores en la comprensión cabal de la historia. No hay  muchos signos visuales en esta obra; exceptuando el afiche de la exposición del  pintor Mondrian, los libros de arte, y los escasos cuadros colgados en el  departamento de Zanelli. Los títulos de las escenas son muy descriptivos  también; por ejemplo: “II.- Rosquete decente con imbéciles,” IV.- “Frustrado y  resentido”, V.- Ojos y cuadros,” VI. “Triste y amargada,” VII. “Ruptura de  novios” y etc.  Nos dice el académico  italiano Antonio Cusato con respecto a los elocuentes títulos empleados por  Vargas Llosa en sus obras de teatro que: “[…] Esto demuestra una vez más que,  como en las piezas anteriores, Vargas Llosa sigue dirigiéndose más al lector  que al espectador (teatral o radiofónico)” (145). 
        El  argumento de la obra es muy interesante y creativo como suelen ser todas las  historias del gran autor Vargas Llosa. Ojos  bonitos, cuadros feos, nos lleva al escenario a un reconocido crítico  mordaz de arte y pintor frustrado: Eduardo Zanelli. Este crítico de arte tiene  60 años y es homosexual  pero a puerta cerrada; no ha “salido del closet”, y no lo ha hecho  probablemente para poder sobrevivir sin problemas de discriminación ni  aislamiento en una sociedad tan machista como la peruana. En un  <<vernissage>> en el barrio exclusivo de Miraflores, Zanelli  sucumbe a los encantos e insinuaciones sexuales de un joven apuesto de 30 años;  el marino Rubén Zevallos. Ambos hombres se retiran discretamente del evento  donde sus deseos pasionales se han cruzado por vez primera en el espacio  público, para dar rienda suelta a esa ardiente pasión que las miradas  seductoras de Zevallos anticipan y acaso garantizan. Se van entonces, al  departamento de Zanelli donde el crítico de arte se transforma en el más amable  de los anfitriones y por tanto halaga a su joven conquista con whisky escosés  en las rocas, y frases seductoras comparando su gallardía con la de los dioses  del olimpo griego, mientras la sinfonía de Mahler inunda el espacio augurando  tal vez desgracias o por lo menos desconciertos. El clímax de la historia  sucede cuando Zanelli descubre que Rubén Zevallos, revólver en mano, no está en  su departamento para la seducción, ni el erotismo, ni menos el amor, sino más  bien impelido por la fuerza bruta que le otorga su urgencia primitiva de  venganza. Su novia Alicia Zúñiga, amada profundamente por él, se había  suicidado al convencerse de que no tenía talento alguno como pintora. Eduardo  Zanelli había sido profesor de pintura de Alicia y además el responsable de una  crítica feroz y cruel a la primera y única exposición de arte que Alicia, quien  buscaba desesperadamente su espacio en el mundo, había organizado. La reseña de  Zanelli fue publicada en el diario principal del Perú: El Comercio, bajo el título zumbón que da nombre a la obra de  teatro. 
        El referente temporal de esta obra es la época actual, y el espacio  geográfico es toda la ciudad de Lima cuya vista panorámica es posible desde el  décimo piso donde está ubicado el departamento de clase media del crítico de  arte. Los dos hombres en la obra dialogan en un mismo plano espacio-temporal en  el departamento de Zanelli. El tercer personaje; Alicia, la frustrada pintora  suicida, se materializa desde los recuerdos nostálgicos de su novio marino.  Ella se presenta en el escenario para los espectadores cuando Rubén Zevallos la  revive en sus recuerdos. Eduardo Zanelli no la verá pero sabrá de sus palabras  de manera indirecta; a través de los parlamentos de Zevallos porque Alicia está  muerta. Cusato (152) anota muy bien que cuando Rubén Zevallos le presenta la  carta de Alicia a Eduardo Zanelli, los espectadores ven a Alicia leyéndole la  carta de ruptura a Rubén; pero el comentario cruel de Zanelli señala que Alicia  no ha estado en el escenario para él: “Es una carta melodramática e histérica, en  la que, una vez más, se nota la espantosa influencia de las telenovelas. (550).
         Alicia no desea casarse con su novio Rubén ni tampoco con nadie:
        
          “[….] ella le confiesa (a Rubén) que rompió con él  por  detestar el matrimonio y la vida de casada. […] Alicia se ha dado por  vencida y ha decidido no luchar más. Su angustia ha terminado porque ya no  necesita seguir luchando, abriéndose camino. Desde su perspectiva derrotista,  ya no hay más caminos abiertos para ella. Su horizonte existencial es una  angostura sin salida, una oquedad, un cuadrito de Mondrian. Alicia Zúñiga, no  disfrutará nunca más de esa vida detrás del espejo porque ya ha dejado de soñar  […]. La vida ha perdido todo sentido para Alicia que no pudo encontrar su  espacio.  Desaparecida la pintura como un  territorio salvador que le daría sentido a su vida, a la vida que ella se había  diseñado, Alicia se retira del juego vencida. A diferencia de Sísifo, y como  Aldo Brunelli, Alicia exenta de maravillas, apuesta al suicidio para descansar  y finalmente ser libre.” 
          Luna-Escudero-Alie, María-Elvira. (2010)  Capítulo V.-          
          La  estructura temporal en el teatro de Mario Vargas Llosa.
            Accesible en: https://repository.library.georgetown.edu/bitstream/handle/10822/553244/lunaEscuderoAlieMariaElvira.pdf
          
                    Sigmund Freud  (1856-1939) nos habló de las pulsiones contrarias pero intrínsicamente unidas  de vida y muerte, en su teoría psicoanalítica expresada concretamente en su  obra llamada: Más allá del principio de  placer (1920) cuyo título original fue: Jenseits  des Lustprinzips. 
         Los vocablos griegos; Eros y Tánatos representan estas pulsiones: Eros  agrupa todo lo que significa el impulso de vida y Tánatos el de la destrucción  y muerte. Encontramos en Ojos bonitos,  cudros feos, estas dos energías opuestas que sin embargo se complementan  como dice Freud en sus estudios psicoanalíticos, y como afirma Octavio Paz en  su ensayo La Llama Doble: Amor y Erotismo (1994). 
        Las  caraterísticas del amor y el erotismo en Octavio Paz, de acuerdo a su ensayo: La Llama Doble: Amor y Erotismo (1994)  son:
        
          -El  amor es elección en libertad.- En efecto, el Nobel  de Literatura de 1990 nos dice en su ensayo que el amor verdadero no es posible  en una sociedad que no privilegia la libertad. Platón también consideraba que  la libertad era una característica intrínsica del amor. Nuestra sociedad  promueve el matrimonio y esta institución no es, en absoluto, un espacio de  libertad. En relación a este aspecto, Ortega y Gasset también afirmaba que el  matrimonio no era un reflejo de los propósitos del amor. Rougemont y Stendhal  por su parte, también coincidían en que la libertad era fundamental en el amor.  De hecho, Rougemont hacía una diferencia entre el matrimonio por amor de aquél  que era producto de conveniencias sociales o de cualquier otra consideración  que implicara una obligación en lugar de una opción; un cálculo de intereses en  vez de una elección libre basada en sentimientos auténticos y reales. Stendhal  afirmaba además que no era posible exigirle fidelidad a una mujer en un  matrimonio de conveniencia; es decir en una unión sin amor.
        
        En Ojos  bonitos, cuadros feos (1996), Rubén ama a Alicia y su amor es auténtico y  profundo. Se sacrifica por ella controlando su machismo y sus celos por el  interés desmesurado de su novia por la pintura y sobre todo por haber puesto en  un pedestal a su profesor de pintura: Eduardo Zanelli. Rubén tolera las  supuestas excentricidades de su novia porque la ama y quiere verla realizada  artísticamente. Él la deja ser ella misma, la deja ser libre y de hecho el amor  que Rubén siente por Alicia fue una elección hecha en libertad.
        Rubén le explica a Alicia que él no puede ser su  amigo porque la ama:
        
           “Yo no quiero ser tu amigo. Yo estoy enamorado  de ti. Yo te quiero. Yo sueño con que seas mi mujer. Siempre he tratado de  amoldarme a tus gustos, aunque a veces me costaba […]” (Vargas Llosa, Mario, p.  536).
        
         Al  parecer, Alicia ama también a Rubén; pero no de la misma manera. Es un amor  sincero pero no suficiente como para hacerla feliz:
        
          “[…] Me porté muy mal contigo, peleando así de  la noche a la mañana, sin que hubiera pasado , sin que hubiéramos tenido una  discusion, ni nada de nada. Creías que me había enamorado de otro; mi mama me  contó que viniste varias veces a tratar de sonsacarle la verdad. No, Rubén, no  había ningún otro. Tampoco lo ha habido en estos dos años. Ni lo habrá en el  futuro. Tú has sido el único hombre en mi vida. El único enamorado en serio que  he tenido. […].” (Vargas Llosa, p. 548).
          
          -El  amor es exclusivo y fiel.-  Para Octavio  Paz, el amor es un sentimiento muy intenso y por ende es exclusivo y fiel. No  puede dividirse. 
          “El amor es intensidad y por eso es una distensión  del tiempo: estira los minutos y los alarga como  siglos. El tiempo, que es medida isócrona, se vuelve discontinuo e  inconmensurable. (Paz,  ob. cit. p. 214)
          
        Si bien es cierto, Paz es uno de los herederos  de la teoría platónica del amor, hallamos también ciertas diferencias  importantes de mencionar, tales como, la relación entre amor y fidelidad que es  fundamental en Paz; pero no así en Platón. Obviamente habría que tomar en  cuenta el contexto histórico-social en la Grecia de Platón y recordar también  que en el mundo helénico el amor homosexual entre un hombre maduro y un joven  hermoso era el "sumum" de la experiencia amorosa. Consideremos que el  amor en Platón nos impele a buscar la belleza, y ésta no es exclusiva al  hallarse en diferentes cuerpos hermosos. Pero no solamente para Paz, sino también  para Ortega y Gasset, Rougemont y Stendhal, el amor es por definición fiel, en  tanto que es una fuerza que concentra toda nuestra energía amorosa hacia una  sola dirección. 
        
          “El amor es  una atracción hacia una persona única: a un cuerpo y a un alma” (Paz, ob. Cit.  p. 33)
            Destaca  la afirmación de Ortega y Gasset relativa al amor y la fidelidad; de hecho nos  dice el filósofo español que el amor romántico es: "un estar  ontológicamente con el amado, fiel al destino de éste, sea lo que sea".  (Paz, ob. cit. p. 31).
            Rubén  le confía al crítico de arte:
            “[…] Ella me seguía queriendo. Pero no era un  gran amor, no era una pasión. No se parecía ni remotamente a lo que había  significado para ella la pintura. O tú. […] Tú llegaste a ser para Alicia la  persona más importante del mundo. Más que la pintura, incluso. Su razón de  vivir. […]”                                                                                                       (Vargas Llosa, p. 539-540).
          
            - El  amor es erotismo; pero hay ciertas diferencias entre ambos.- Nos dice  Paz que el amor supera el erotismo pero que éste es necesario para que el amor  florezca:
          “[…]  El  amor es  elección; el erotismo  aceptación. Sin erotismo -sin forma visible que entra por los sentidos- no hay  amor; pero el amor traspasa al cuerpo deseado y busca al alma en el cuerpo y,  en el alma, al cuerpo, a la persona entera”. (Paz, ob. cit. p. 33).
        
         De  acuerdo a Denis de Rougemont, el erotismo es un deseo inacabable y dialéctico:
        
          
            “[…] L’Eros, cést le D’ésir total, cést  l’Aspiration lumineuse, l’elan religieux originel 
              porté à sa plus haute,  puissance, à l’extrême exigence de pureté qui est l’extrême 
              exigence d’ Unité (…)  La dialectique d’ Éros introduit dans la vie quelque
              chose  de tout étranger aux rythmes de l’áttrait sexuel: un désir que 
              ne retombe plus,  que
              plus rien ne  peut satisfaire….” 
              (Rougemont, L’Amour est L’Occident, p. 48).
          
        
         Es  interesante recordar que el concepto de Denis de Rougemont sobre el erotismo en  tanto un deseo inacabable coincide con lo que Platón nos dice en “El Banquete”  sobre el amor como hijo de la riqueza y de la pobreza. Paz parafrasea a Platón  así:
        
          
             “Como hijo de Pobreza,  busca la riqueza; como hijo de Abundancia, reparte bienes.
              Es  el deseante que pide, el deseado que da". (La llama doble, p. 42). 
          
        
         Paz  dice que el erotismo es fiel a sí mismo, pues solamente es fiel en cada  encuentro erótico. El amor, que tiende a la exclusividad por ser una elección  en libertad, según Paz no es un sendero de perfección a la manera que sí lo es  para Platón y para Ortega y Gasset. Para Octavio Paz, el amor “principia y  acaba en sí mismo” (Paz, ob, cit. p. 210).
         Veamos  aquí que Octavio Paz encuentra también una relación intrínsica muy relevante  entre el erotismo y la poesía:
        
          “La relación entre erotismo y poesía es tal que  puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda,  es una erótica verbal.(…)  La imagen  poética es abrazo de realidades opuestas y la rima es cópula de sonidos; la  poesía erotiza al lenguaje y al mundo porque ella misma, en su modo  de operación, es ya erotismo. Y del mismo modo: el erotismo es una metáfora de  la sexualidad animal”. (La llama doble p.10).
        
        De  acuerdo a Paz, la imaginación es un elemento central tanto en la poesía como en  el erotismo, es el puente que los une.
        
           "El  agente que mueve lo mismo al acto erótico que al poético es la imaginación. Es la  potencia que transfigura al sexo en ceremonia y rito, al lenguaje en ritmo y  metáfora".   (ob. cit. p.10)
        
         Paz  establece una triple analogía muy gráfica entre amor, sexo y erotismo:
        
           "el sexo es la  raíz, el erotismo es el tallo, y el amor la flor. ¿ Y el fruto ? Los  frutos del  amor son intangibles. Éste es uno de sus enigmas". (Paz, ob, cit., p. 37).
        
         Para  Paz la sexualidad, el erotismo y el amor serían tres aspectos de una misma  realidad en la cual el sexo vendría a ser lo fundamental: “el centro y el  pivote de esta geometría pasional" (ob. cit. p. 13). De acuerdo al poeta  Paz, el erotismo es asimismo un fenómeno dialéctico que nos trae tanto vida  como muerte; Eros y Tánatos en tanto simboliza creación y destrucción. “[…] El  erotismo defiende a la sociedad de los asaltos de la sexualidad […] Es el  caprichoso servidor de la vida y de la muerte”. (Paz, ob. cit. p. 17). 
        En Ojos  bonitos, cuadros feos, tenemos un ejemplo claro de erotismo en la atracción  inmediata que siente Eduardo Zanelli por Rubén Zevallos cuando está bajo la  falsa impresión de que Rubén intenta seducirlo: 
        
          “Tú tienes la culpa de mis nervios, buen mozo,  no el whisky. […] Estaba turbado por tu desfachatez. Bueno, no sólo por eso.  Eres muy guapo. La belleza de un muchacho siempre me turba un poco.” (Vargas Llosa, p. 491).
          
            - El  amor es comunicación; comunión.- Octavio Paz nos dice  que el fuego original que aviva la llama doble del amor y el erotismo es la  sexualidad. La comunicación ocurre a este nivel primordial para luego trascender  a todos los demás:” El amor mediante el cuerpo, es erotismo y a través de él se  comunica con "las fuerzas más vastas y ocultas de la vida".  (Paz, ob. cit. p. 207). 
        
        La  soledad del ser humano es superada gracias a la comunión que posibilita el  encuentro con el ser humano, y esta comunión sólo ocurre verdaderamente cuando  somos ónticamente en el otro.
         No  podemos decir que hubiera una comunión entre Rubén y Alicia, al contrario. Si  bien es cierto, él la amaba profundamente y quería vivir el resto de su vida con  ella, Alicia no sentía el mismo tipo de amor telúrico. Lo amaba de una manera  tranquila; pero su amor no era suficiente para unir su vida a la de su novio.
        
          
            - Es  fin en sí mismo, el amor es suficiente.
        
        A diferencia de Platón, Paz afirma que el amor  es un fin en sí mismo- y también señala que es una respuesta a la soledad y en  este sentido un medio, que el amor no busca nada. Por otro lado, Platón afirma  que el amor siempre está buscando la belleza.
        
           “El amor no busca nada más allá de sí  mismo. Es una atracción por un alma y un cuerpo; no una idea: una  persona." (Paz, ob. cit. p. 210). 
        
         Ortega  y Gasset establece una analogía entre el amor y la experiencia mística.
         Para  Rubén, Alicia era suficiente para su felicidad, pero para ella no; el amor que  sentía por Rubén no era tan grande como para arriesgarse a planear un futuro  con él.
        
          
            - Es  una criatura del tiempo.
        
        El amor existe en el tiempo que es finito y  lineal. Al amar vivimos una experiencia intensa y sentimos que el tiempo se  detiene y por tanto percibimos ese instante de maravilla al que Paz se refire  en muchos de sus poemas.
        
          “El  amor es intensidad y por eso es una distensión del tiempo: estira los minutos y  los alarga como siglos. El tiempo, que es medida isócrona, se vuelve discontinuo  e inconmensurable. (Paz, ob. cit. p. 214).
          
        Amar es por tanto arriesgarse en el tiempo;  lanzarse a experimentar el instante o “nuestra ración de paraíso”. El amor: "es  una apuesta contra el tiempo y sus accidents." (Paz, ob. cit. p. 220). El  tiempo del amor no se experimenta como sucesivo porque el amor es tan intenso  que nos posibilita construir un paréntesis en la temporalidad que vendría a ser  “el instante.” Y Paz nos dice también sobre el amor en tanto la encarnación del  instante en el que se instala la maravilla:
        
           “El amor no es la eternidad; tampoco es el  tiempo de los calendarios y los relojes, el tiempo sucesivo. El tiempo del amor  no es grande ni chico: es la percepción instantánea de todos los tiempos en uno  solo, de todas las vidas en un instante, No nos libra de la muerte; pero  nos hace verle la cara”. (Paz,  ob.cit. p. 220).
        
         Además  de ser libre, el amor es trasgresión o "hamartía" al desafiar nuestra  condición finita de seres humanos, al intentar aprehender e incluso afincarse  en "el instante" de maravilla, en ese preámbulo de la eternidad.
         Amar  es entender lo más importante de la vida; ese vínculo ineludible entre la  creación y la destrucción; entre la vida y la muerte. Paz nos habla en La  llama doble de la pareja Eros-Tánatos; de esa dialéctica del placer que nos  ofrece tanto la vida como la muerte.
        En La llama doble, Paz afirma que el amorsería una  manera de vivirsin perder en perpectiva la muerte que en este  caso sería una especie de colofón. 
        El  amor está limitado por la finitud temporal porque en tanto seres humanos  estamos inscritos en el tiempo que es finito. Y el amor se mueve a horcajadas  entre ese “instante” de maravilla y el tiempo lineal de nuestra frágil  cotidianeidad. En este sentido diríamos que el amor pertenece al tiempo mítico.  El amor implica una experiencia creadora: Eros, y dualmente, una destructora:  Tánatos. El amor es por tanto dialéctico al llevar en sí tanto la vida como la  muerte. 
         Podríamos  decir que Alicia fue capaz de alcanzar ese instante de maravilla cuando creía  en su pasión por la pintura. Pero con Rubén nunca logró experimentar ese  instante mágico que es un paréntesis en el tiempo cronológico.
        
          
 
            - Es  conciencia de la muerte; Tánatos.- Porque el amor se sabe  finito por exisitir en el tiempo y como tal es a la vez angustia y sufrimiento.
          "El amor es un regreso a la muerte, al lugar de  reunión. La muerte es la madre universal". (Paz, ob. cit.  p. 145).
        
         Puesto  que el amor no es capaz de vencer a la muerte ya que la muerte es invencible,  debe integrarla a la vida y así lo hace. La vida acepta su contrapartida  dialéctica: la muerte. Puesto que el amor no puede ser eterno por ser una  criatura del tiempo, es a la larga desdichado.
        En su obra seminal El laberinto de la soledad, Octavio Paz afirmó que: 
        
          "Creación y destrucción se funden en el  acto amoroso; y durante una fracción de segundo el hombre entrevé un estado más  perfecto."
 
            (El  Laberinto…., p. 213).
        
         El  amor se vincula al sufrimiento y no solamente por su condición finita en tanto  criatura del tiempo:
        
          
            “L’amour  heureux n’a pas d’histoire. Il n’est de roman 
              que de l’amour mortel, c’est –à-dire de l’amour menace 
              et condamme par la vie même. Ce qui exalte le lyrisme 
              occidental, ce n’est pas le plaisir des sens, ni la paix  
              féconde  du couple. C’est moins l’amour comblé que la passion 
              d’amour.  Et passion signifie soufrance. Voilà le fait fundamental.”
 
              (Rougemont,  ob.cit., pp. 11-12)
          
        
         En el  apéndice del libro: El Laberinto de la Soledad, Paz nos diceque el amor es la respuesta a la soledad  porque hace posible la comunicación entre los seres humanos eliminando así la  alienación en la que estamos inmersos: 
        
          
             “El hombre es  nostalgia y búsqueda de comunión. 
              Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente 
              como  carencia de otro, como soledad (…..) La plenitud, 
              la  reunión que es reposo y dicha, concordia con el mundo, 
              nos  esperan al fin del laberinto de la soledad.” 
 
              (Paz, El Laberinto de la Soledad, pp. 211-212)
          
        
         Mientras  Platón y Ortega y Gasset tienen una visión filosófica del amor, la posición de  Octavio Paz sería más bien poética y romántica y por consiguiente más trágica.  Para Paz, el amor debe buscar la maravilla en el instante en tanto paréntesis  del tiempo cronológico, y ese instante de maravilla es de hecho huidizo,  efímero y acaso utópico.
         Así  nos habla Paz del instante; de una manera metafísica no exenta de poesía:  "Instante: reverso de la muerte, nuestra frágil eternidad". La  vinculación del amor con la soledad sería un nexo de oposición binaria porque  el amor sería lo contrario de la soledad al implicar una comunión como nos los  dice Paz en su poema: 
        
          
             . . . . . . Amar:
              hacer  de un alma un cuerpo,
              hacer  de un cuerpo un alma,
              hacer  un tú de una presencia.
            
          
        Alicia decidió terminar con su vida cuando no  encontró más salidas para ese futuro que se había trazado ella misma; cuando  sus horizontes de mundo se desvanecieron al creer en las palabras de su  admirado profesor y asumir como verdad apodíctica que carecía de talento  artístico como pintora. Al decidir terminar con su vida en sus propios  términos, Alicia quiso darle explicaciones a Rubén sobre su ruptura porque  sabía que el amor de Rubén era sincero y real. Su carta de despedida a Rubén  fue su testamento también. Alicia perdió en el juego de la vida; pero murió en  su ley siendo auténtica al no dejarse atrapar por las convenciones sociales y  rechazar un matrimonio donde no había suficiente amor de su parte. 
        
          “Pero, es que no me podía casar, Rubén. Pese a  quererte, no me sentía con ánimos, con el espíritu que hace falta para tener  una vida familiar, dirigir una casa, criar niños, ocuparme de mi marido, en  fin, todas esas cosas que tú esperabas de mí. […] casarme no me hizo nunca  ilusión; al contrario, el matrimonio de dio siempre espanto.” (Vargas  Llosa, pp. 548-549).
        
         Alicia arrojada tempestuosamente  fuera de toda maravilla por la cruenta dinámica de la vida, se rindió frente al  mundo al sentirse cosificada; convertida en una figura geométrica; en una de  las líneas rectas de los cuadros de Mondrian. Alicia en realidad ya no existía  para el mundo tal cual; ella se había transformado en un ser para la muerte,  para decirlo a la manera de Heidegger. Precisamente por ser auténtica, Alicia  decidió ponerle de manera oficial, punto final a su vida:
        
          “Los cuadraditos son el símbolo de unas vidas  horribles. De campos de concentración, de celdas, de trabajos embrutecedores,  de existencias sin sentido, de esos destinos malogrados, desperdiciados, que  son una diaria frustración, una muerte lenta y a pedacitos.” (Vargas Llosa, p.  509). 
        
         
        * * *
        Bibliografía  consultada
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          ____________“Mario Vargas Llosa, Ojos  bonitos, cuadros feos”, en Mario  Vargas 
                                       Llosa. Escritor,  ensayista, ciudadano y político. Ed.  Roland Forgues.              
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